Ejercicio de un pastor alemán

Todos los perros pastores son o han sido en menor o mayor medida perros de servicio. Existe algunas razas que poseen algunas limitaciones, pero el perro pastor alemán no, o muy pocas de dichas limitaciones: una de ellas es el pastoreo de aves como gallinas, ocas, gansos, etc.

El ancestral instinto lobuno en su genética encuentra a dichas criaturas como presas atávicas, respondiendo de manera totalmente diferente a cómo se comportaría con ovejas o cabras.

Dejando a un lado este pequeño inconveniente, está claro que el pastor alemán está muy capacitado para muchas más funciones que las relativas al pastoreo, como todo el mundo reconoce.

Cuando un cachorro de pastor alemán es adoptado, desde el primer día hay que iniciarlo en su educación y adiestramiento. Necesariamente dicho adiestramiento conlleva una carga de ejercicio que debemos dosificar, siendo generosos en la dosis, para que nuestro cachorro crezca y se desarrolle feliz y equilibrado. Un abuso de ejercicio podría derivar en problemas musculares u óseos.

Como hemos apuntado antes, el perro pastor alemán es un perro de servicio muy inteligente. Pero debemos ser nosotros quienes lo entrenemos en las funciones indicadas. Si queremos un pastor alemán como perro faldero estaremos cometiendo un gravísimo error que en un futuro nos podrá causar disgustos o molestias; e indudablemente desequilibrará a nuestro perro causándole infelicidad. El pastor alemán es un perro muy inteligente y debemos estimular esta capacidad para que no sufra estrés en su etapa adulta.

Eso no significa que nuestro perro no vaya a ser sociable con las personas si dedicamos tiempo y esfuerzo al proceso de socialización, no obstante, es preciso entender que el pastor alemán es un perro especial con grandes necesidades de estimulación física y mental. Para que esto no suceda debemos proporcionarle la dosis diaria de ejercicio que el can precisa.

El pastor alemán cachorro necesita ejercitar cuerpo y mente paralelamente. El simple ejercicio de que aprenda a recoger y devolver un palo o una pelota que lancemos lejos, le provocará gozo al notar que se comunica con nosotros al comprender la función del juego; cuyo efecto colateral serán las carreras continuas que dicho juego provocará.

Otro buen entrenamiento será adiestrarlos para obedecer automáticamente las órdenes que le solicitemos. Sentarse, dar la pata, estirarse, correr, parar, dar vueltas sobre sí, o saltar obstáculos cada vez más elevados serán ejercicios muy beneficiosos para la mente y el cuerpo del can. Descubre cómo poner en práctica algunas de las órdenes básicas de obediencia.

Hay que iniciarse con los ejercicios más sencillos e ir progresando hacia los más exigentes. Debemos ser pacientes, reiterativos y comprender o aceptar la idiosincrasia individual de nuestro pastor alemán. Utilizar el refuerzo positivo y evitar el castigo será básico. Por lo dicho anteriormente sobre las líneas genéticas mediocres, debemos valorar y aceptar, si se da el caso, que nuestro pastor alemán no sea un "Rex" cinematográfico. Probablemente tampoco nosotros seamos los más inteligentes de nuestra familia, ¿no?; pero, sin duda, tenemos el mismo derecho de intentar ser felices y vivir una vida plena como pudiera realizarlo el más sabiondo de nuestros familiares.

Sin embargo, si nuestro pastor alemán es del montón, con unas buenas dosis de ejercicio y un correcto adiestramiento lograremos extraer lo mejor que pueda dar de sí.

Por lo explicado anteriormente se vislumbra que la mayoría de ejercicios recomendados deben realizarse en el exterior. Un jardín, un parque, la playa, el bosque; cualquier sitio será idóneo para que nuestro pastor alemán se ejercite.

Si vivimos en una ciudad deberemos restringir las carreras a los espacios adaptados para estos usos. Desde casa hasta el lugar de recreo el perro irá con correa; o del modo que marquen las normativas de nuestro municipio. Obviamente, vacunas, seguimiento veterinario, chip, y si es posible un seguro de responsabilidad civil, serán imprescindibles.

Se calcula que un perro pastor alemán precisa unos 90 minutos de paseo diarios, fraccionados entre 2 o 3 salidas. Si nos excedemos en el minutaje, mucho mejor. Debo insistir en que es conveniente que nuestro pastor alemán aprenda "cosas", al margen de ejercitarse físicamente. Traernos las zapatillas, el periódico; enseñarle a buscar las llaves o las gafas no son tarea imposible para la mayoría de pastores alemanes, aunque sean solamente "normalitos".

La reiteración, la paciencia y el refuerzo positivo, premiando con alguna golosina cuando nuestro pastor alemán logra un éxito en su adiestramiento, serán acicates para la buena salud mental y felicidad de nuestra mascota.

El paseo debe ser un momento agradable para el perro, por ese motivo no dudes en revisar los errores más comunes del paseo e intenta evitarlos.

Si tenemos la suerte de que nuestro pastor alemán posee una inteligencia muy por encima del resto, deberemos plantearnos la posibilidad de que sea entrenado por un profesional. Será un dinero muy bien invertido.

Perros policía, perros bombero, ayuda a personas discapacitadas o como coadyuvantes para trabajos con niños que requieren necesidades especiales son, entre muchas otras, distintas capacidades que algunos pastores alemanes están sobradamente capacitados para ejercer. La compañía de un perro así será fuente continua de satisfacciones y orgullo. Aunque si el perro es tan listo, quizá seamos nosotros los que finalmente les llevemos las zapatillas a él.

Un pastor alemán sin adiestrar y sin ningún servicio adjudicado por nosotros puede volverse peligroso en algunos aspectos: puede aburrirse, pensar, y auto-adjudicarse una función o servicio auto-impuesto.

El hecho de que un perro así pudiera pensar, a priori parecería una buena noticia. Pero imaginemos a un hooligan sin estudios, vago, corto de miras y envidioso que se pusiera a pensar en alguna fórmula cómoda de lograr "pasta" sin necesidad de estudiar o "currar". Todas los lectores adultos conocen el tipo de ideas que pueden producir dichas mentes abúlicas y abotargadas.

Si las quinielas o la lotería no les resuelven el problema de raíz, las alternativas no serán muy alagueñas. El tipo podría decidirse por robar, o lo que es peor: ¡le podría tentar la política! Un perro pastor no entrenado es un mal asunto por varios motivos que describiremos seguidamente.

Síntomas de desequilibrio:

Los pastores alemanes no adiestrados y faltos de ejercicio normalmente acusan algunos síntomas claros de infelicidad. Uno muy frecuente es que el perro nos acompaña hasta cuando vamos al lavabo; ésto podría señalar que el can es muy cariñoso, pero no siempre es cierto. Es un claro síntoma de dependencia e infelicidad. Este perro cuando salimos diez minutos para ir a buscar el pan se siente abandonado y sufre nuestra ausencia. Imaginaros lo que padece el pobre animal cuando nos ausentamos para ir a trabajar: ansiedad por separación. Cuando nuestro perro empieza a destrozar objetos, orinar sin control en casa o a ladrar sin parar estamos claramente ante un problema grave. Utilizar el kong para tratar la ansiedad por separación es una buena forma de paliar su estrés.

Otro problema es el tema de la jerarquía. Un perro adiestrado sabe el lugar y el rol que ocupa en el seno de la familia, y no aspira a más porque tiene sus tareas bien definidas y se ocupa de cumplirlas todas, siendo feliz al realizar su tarea. Se siente útil dentro de su familia. En las manadas todos sus componentes saben su lugar jerárquico.

Un perro pastor aburrido y sin ninguna obligación, o se dedica a destrozar muebles y ropa, o le da por calibrar la posibilidad de prosperar en la escala social familiar. Puede hacerlo orinando en la habitación o cama del niño más pequeño, o siendo agresivo para demostrar al grupo familiar su prevalencia obvia sobre el ejemplar humano más débil. Ante este tipo de conductas lo apropiado sería acudir a un profesional ya sea educador canino o etólogo.

Historia real de un perro pastor alemán desequilibrado

Esta historia que voy a narrar es totalmente auténtica. Me la contó una clienta mía hace algunos años:

Tenían un perro pastor alemán de preciosa estampa. Eran gente adinerada que vivían en una mansión con un pequeño jardín vallado. El perro tenía una caseta exterior de madera y vivía en ella; la señora no lo quería en casa porque le llenaba de pelos los carísimos muebles.

El perro estaba en buena forma física porque correteaba por el jardín durante horas. Estaba también excelentemente alimentado.

A medida de que pasaba el tiempo, el perro siempre que tenía ocasión intentaba colarse en el hogar familiar. Según sus dueños tenían al can como perro guardián, pero sin ningún tipo de adiestramiento por parte de nadie. Suponían que sería algo innato en el perro guardar la casa.

En un momento determinado aquella familia empezó a encontrarse con cadáveres de ratones y pájaros ante el umbral de la puerta de su casa. Y el perro estremeciéndose de orgullo por sus repetidas hazañas cazadoras que quizás le posibilitarían su entrada en el hogar para de esta forma lograr convivir con la "manada" humana, convirtiéndose en uno de ellos.

Como aquello no le franqueó la entrada, empezó a matar gatos, perros pequeños y medianos que al principio paseaban por delante de la casa; pero luego iba a por ellos a las casas de los vecinos de la lujosa urbanización, o los arrebataba a la gente que paseaba sus mascotas por la calle. Siempre dejaba los cadáveres delante de la puerta vetada y aullaba como un lobo de forma estremecedora. Aquel perro intentaba demostrar que era capaz de colaborar en la alimentación de la familia para hacerse un hueco en ella, era un servicio auto-impuesto.

Ante la multitud de problemas vecinales ocasionados, el perro fue sacrificado.

Esta es la triste historia de un perro que muy probablemente con un buen adiestramiento y más calor humano, hubiera logrado mantener el equilibrio mental. Y no se hubiera convertido en un peligro cierto, incluso para los seres humanos transeúntes, si no se hubiera detenido su progresión cazadora.

En nuestro artículo sobre ejercicio para perros adultos puedes encontrar una gran variedad de propuestas distintas para practicar con tu perro. La mayoría no serán dificultosas de llevar a cabo por tu pastor alemán. Empieza ya a practicar footing, canicross, agility o bicicleta con tu mejor amigo para que se encuentre sano mentalmente y muy feliz a tu lado. Recuerda que, al margen del ejercicio, el perro lo que disfruta realmente es que le acompañes.

Por otro lado, si tu pastor alemán es ya un perro anciano, debes considerar que pueda sufrir displasia de cadera, una enfermedad degenerativa y hereditaria que suele afectar a esta raza. Para ello consulta nuestro completo artículo acerca de ejercicio físico para perros con displasia de cadera.

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