La reproducción de las tortugas

Los quelonios o tortugas son unos reptiles que se caracterizan por poseer un caparazón que les envuelve y protege el cuerpo. Obviamente el primer paso de la reproducción de las tortugas empieza mediante una fórmula clásica entre los vertebrados: la cópula.

Los machos de las tortugas terrestres son muy brutos y el cortejo nupcial consiste en morderle las patas a la hembra y golpearle insistentemente su caparazón contra el de la pobre hembra.

Afortunadamente la Naturaleza es muy sabia y ha ideado un sistema para evitarles suplicios a las pobres hembras y minimizar la brutalidad del acto. Las hembras de tortuga terrestre pueden conservar activo el semen durante 3 años, con lo cual pueden evitar durante dicho tiempo el apareamiento.

Lo habitual entre las tortugas domésticas terrestres es que sean fértiles a partir del noveno año de vida en el caso de las hembras, y a partir de los 7 años los machos. Por lo tanto, emparejar ejemplares que alguno de ellos sea inmaduro es un error.

En el caso de que ambos sean maduros sexualmente y tras la cópula, la hembra pondrá los huevos fertilizados en unos agujeros de 10-12 cm de profundidad que previamente habrá excavado. No existe un periodo fijo para que eclosionen los huevos (habitualmente de 5 a 7), ya que dependerá de la temperatura que genere la insolación sobre el terreno de la puesta.

Llegado el momento de la eclosión nacerán las pequeñas tortugas, emergiendo a la superficie. Estas pequeñas tortugas medirán escasamente 4 cm o menos.

El ritual de apareamiento de las tortugas de agua dulce es distinto de las terrestres, pero una cosa en común es que los machos en ocasiones son violentos. Normalmente las tortugas anfibias son sexualmente maduras a los 5 años de edad. La danza ritual se desarrolla con el macho por delante de la hembra a la cual intenta acariciar su cara con sus las patas delanteras. Luego nadará en círculos rozando los caparazones. Si la hembra no coopera, el macho puede intentar sumergirla e impedirle respirar.

Una vez consumado el apareamiento y si la hembra sigue viva, la gestación de los huevos en el interior de la tortuga suele durar unos 2 meses. La puesta de huevos sucede en tierra, en zonas arenosas preferentemente. Hay especies que ponen hasta 20 huevos de una vez. Una vez que la hembra cubre de arena, o tierra, los huevos en una zona soleada. Éstos tardan entre 80 y 90 días en incubarse. Pasado este periodo nacen las tortuguitas.

Las tortugas marinas son muy longevas, llegando a superar con creces los 100 años de edad. Son fértiles a partir de los 6-8 años. Las tortugas marinas se aparean en aguas profundas, y tras ello las hembras forman en su interior los huevos durante un periodo de 2 a 3 semanas.

La puesta de huevos se realiza en la mayoría de especies durante la noche. Las hembras recorren distancias considerables por la playa para que los huevos de la inminente puesta no queden expuestos a las grandes olas y la pleamar. Una vez escogido el sitio cavan un hoyo de unos 50 cm de profundidad, depositando en el agujero entre 50 y 100 huevos. Tras la puesta la hembra cubre con arena los huevos.

Tras un periodo entre 40 y 70 días empiezan a nacer las pequeñas tortugas, esperando que la mayoría de hermanas nazcan para dirigirse hacia el mar todas juntas; cosa que ocurre durante la noche. De este modo minimizan su exposición a los predadores. La temperatura de la arena es la que determina el sexo de las tortugas. A temperaturas elevadas nacen todas hembras.

Habitualmente las hembras desovan en las mismas playas donde nacieron, pero no siempre es así. Son los machos quienes sienten más querencia por los litorales conocidos en su infancia.

Dado que todas las especies de tortugas marinas están muy amenazadas, hay diversos programas internacionales para reintroducir tortugas en playas donde ancestralmente existían tortugas, pero que actualmente han dejado de desovar.

Por este motivo se han creado zonas de desove protegidas y también se está recurriendo a la incubación artificial para maximizar la cantidad de crías vivas.

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