Socializar a un gato adulto

El gato es un felino, predador solitario y territorial. Puede en momentos compartir territorios con otros gatos (sobre todos las hembras emparentadas), pero las tensiones jerárquicas son frecuentes.

En el gato existen distintas variables que influyen en su conducta, siendo el más importante el conocido como “periodo sensible de socialización”. Es un tiempo que transcurre desde la segunda a la séptima semana de vida del gato. Durante este periodo de maduración del sistema nervioso central, el gato empieza a tener los sentidos lo suficientemente maduros para poder explorar el entorno. Así se familiariza con su entornos, como relacionarse con otros gatos, con otros animales, lugares, olores, comida o presencia de humanos entre muchas otras.

Durante este periodo el animal desarrolla múltiples experiencias y recibe múltiple información del medio que lo rodea, no existiendo la respuesta de miedo hasta la finalización de este periodo. Todo lo que “viva” durante este corto espacio de tiempo, marcará la futura conducta del gato. Además existen otros factores que influyen en la conducta de un gato, que se van a exponer a continuación. Utilizar el refuerzo positivo por ejemplo es una forma de guiarle hacia una conducta deseada.

Por un lado la alimentación de la madre, durante la gestación y lactancia influye poderosamente en la capacidad de aprendizaje de los gatitos y en la conducta de miedo y agresividad. Una mala alimentación durante este periodo da lugar a gatos con poca capacidad de aprendizaje y con respuestas temerosas y/o agresivas.

La docilidad del padre influye mucho en la futura conducta de la camada. Un padre dócil y un periodo de socialización con presencia de humanos va a dar lugar a gatos muy dóciles. Un padre muy poco dócil va a dar lugar a gatitos poco dóciles, aunque será el periodo de socialización el que dulcifique algo esta conducta en caso de contacto con humanos.

Un aspecto que hay que tener en cuenta es que los gatos más agresivos son los que en principio tienen mayor éxito reproductivo, pues adquieren el “derecho de montar a más gatas en celo”, aunque la conducta sexual de la gata hace que otros machos menos agresivos tengan la posibilidad de transmitir sus genes. Descubre aquí algunas ventajas de esterilizar a un gato.

El mejor consejo que se puede dar es recoger al gatito durante el periodo de socialización, es la forma de asegurarse que el animal pueda convivir en el futuro con los humanos. No obstante, la conducta del progenitor influye, pero esta variable no puede ser controlada, pues no se sabe cuál es el padre, incluso (distintos gatos pueden ser padres de una misma camada) pueden ser distintos gatos padres de una misma camada.

En el caso de querer adoptar un gato adulto, los criterios de elección son más bien complicados. Un gato que se acerque de forma espontánea a un humano es un buen candidato (en principio es dócil y curioso), aunque posteriormente pueden surgir nuevos problemas, como serían la adaptación al nuevo territorio, la presencia de otros gatos, etc. No obstante te animamos a intentarlo, sigue leyendo.

El requisito básico e imprescindible de este proceso será la paciencia y el cariño que podamos ofrecerle a nuestro gato. Socializar a este animal puede ser complicado pero no imposible si dedicamos el tiempo adecuado. Si tienes dudas o la situación se complica no dudes en consultar a un profesional para que te ayude.

Con el ser humano

Para ganarse la confianza del gato utilizaremos algunos de los trucos anteriormente mencionados como son ofrecer alimento húmedo que el gato considere irresistible (preferiblemente de nuestra mano), hablarle suavemente o jugar con él. No obstante no todos los gatos van a aceptar esta conducta estrecha con el ser humano. Debemos ser pacientes y respetuosos y no forzar nunca al animal a hacer algo que no desee.

Con otros gatos

Puede ocurrir que el gato sea arisco con las personas pero que se relacione de maravilla con otros felinos puesto que ha vivido siempre en colonias de gatos. Si no sabes nada de su pasado y estás pensando en adoptar otro gato o ya tienes a uno y no sabes cómo va a resultar juntar a ambos te recomendamos lo siguiente:

Primero de todo debes saber que los gatos son tremendamente territoriales así que, al principio, debes evitar que se encuentren a toda costa pero sí que se habitúen al olor del nuevo miembro de la familia. Utiliza una cama durante unos días y cámbiasela para que descubran que hay otro gato viviendo en su hogar.

Deja que se vean a cierta distancia y observa su comportamiento. Una puerta de cristal, por ejemplo, es perfecta para ver cómo pueden llevarse. Aunque observes un comportamiento positivo no los juntes inmediatamente, deja pasar un par o tres de días.

Las peleas de gatos son tremendamente terribles, por ese motivo debes estar presente en su primer encuentro. Pon una correa o arnés a ambos gatos (aunque sabemos que va a resultarles algo incómodo) para poder frenar un ataque si éste sucede.

Con un perro

El procedimiento de socialización de un gato con un perro es muy parecido al que hemos explicado en el caso anterior. Primero será básico que ambos entiendan que hay otro animal viviendo en su misma casa. Dejar prendas con el olor del otro en su cama es una buena forma de empezar.

Después debemos procurar que exista contacto visual entre ellos para observar sus reacciones y comprobar qué hace cada uno. Finalmente la seguridad en su primer encuentro será fundamental para evitar una desgracia.

Dejar algo de tiempo entre paso y paso será fundamental para que ambos se toleren y empiecen a aceptarse. No fuerces nunca un encuentro si ambos intentan huir, las consecuencias podrían ser muy graves (incluso para ti).

El cambio de conducta de un animal adulto es bastante complejo. Por un lado hay que desarrollar una estrategia de paciencia y que el animal vaya poco a poco desensibilizándose a determinados estímulos.

La presencia de un humano de forma constante, a una distancia prudente y sin consecuencias negativas para el gato, puede hacer que el animal vaya poco a poco confiando y acercándose cada vez más al humano. En este punto hay que recordar que el gato no es un animal tan social como el perro, por lo que las llamadas, las caricias y el intento de jugar con ellos pueden resultar peligrosos para el bien intencionado propietario.

Una vez la desensibilización empieza a ser un hecho, es posible empezar a premiar al gato con algo que le guste (sobre todo comida) ante la realización de alguna conducta. Esto se llama “condicionamiento operante de refuerzo positivo”. Si el gato asocia alguna conducta con el premio, lo repetirá de nuevo.

La respuesta de los gatos ante estas estrategias suele ser muy individualizada, por lo que no es posible dar tiempos o porcentajes de éxitos. Descubre más en cómo amansar a un gato salvaje.

En estos casos lo más recomendable será acudir a un profesional para que nos aconseje algunos trucos o pautas avanzadas que podamos seguir para, poco a poco, avanzar en esta etapa de aprendizaje.

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