5 señales de que tu gato te odia

5 señales de que tu gato te odia

Las personas tenemos una tendencia innata a humanizar el comportamiento de nuestros animales de compañía, así, afirmamos que un gato nos quiere cuando ronronea tranquilo sobre nuestro regazo y que nos odia cuando nos muerde, ignora o araña. Pero, ¿realmente es así? ¿Qué sabemos sobre la conducta felina?

En este artículo de ExpertoAnimal explicaremos si los gatos pueden llegar a experimentar odio hacia las personas, haremos un repaso por las distintas señales de que tu gato te odia, por qué ocurren y cómo debemos actuar en cada uno de los casos. ¿Crees que tu gato te odia? A continuación profundizaremos más en este tema:

¿Por qué mi gato me odia?

¿Los gatos odian a los humanos? Si bien los gatos pueden llegar a mostrar cierta animadversión hacia algunas personas, lo cierto es que ellos no experimentan un sentimiento de odio tal y como lo comprendemos nosotros. Existen tres motivos principales que pueden provocar que un gato "odie" a una persona:

  • Socialización: la socialización es un período sensible que empieza a las dos semanas y termina a los dos meses de vida. En esta etapa el gato aprenderá a relacionarse con las personas, animales y entornos. Si la socialización ha sido deficiente o nula, es probable que el felino desarrolle miedo o ansiedad hacia las personas, lo que explicaría muchos de los comportamientos que mencionaremos a continuación y que pueden ser interpretados por los tutores como que "los gatos odian a sus dueños".
  • Experiencias negativas y traumas: a pesar de haber socializado correctamente a nuestro felino, una experiencia negativa que derive en un trauma puede explicar por qué nuestro gato se muestra arisco o asustado. Por ejemplo: el baño suele ser una experiencia que, realizada de forma incorrecta en la etapa adulta por primera vez, puede provocar un trauma en el felino. Es probable que a partir de entonces el gato evite meterse dentro de la bañera o que rehuya a la persona que le bañó.
  • Aprendizaje: al margen de la socialización y de las experiencias vividas, cada gato es poseedor de un carácter único e individual. Existen felinos más sociables que otros y no hay de nada de malo en ello. Sin embargo, si nosotros insistimos en llevar a cabo muestras de afecto a un gato que no lo desea es probable que empiece a desarrollar conductas de rechazo. Por ejemplo: si nuestro gato sabe que a través del mordisco le dejaremos en paz es probable que lo lleve a cabo siempre que no desee nuestras caricias.

Ahora ya sabes por qué un gato puede mostrar ciertos comportamientos que, a través del pensamiento humano, pueden interpretarse como gestos de odio, rencor o aversión. Pero, ¿cuáles son? ¿Cómo saber si un gato te odia? Te los explicamos a continuación:

1. Mi gato se esconde cuando me ve

En algunas ocasiones podemos observar que el gato se esconde debajo del sofá o en el armario y no quiere salir, siendo imposible encontrarlo. También podemos advertir que el gato se esconde cuando viene gente. Si además observamos una postura corporal encorvada, cola baja, orejas caídas hacia atrás y pupilas muy dilatadas, es probable que nuestro gato presente miedo hacia las personas. El miedo puede estar provocado por la falta de socialización o por las experiencias vividas, como hemos señalado anteriormente.

Es importante señalar que un estado continuado de miedo puede provocar la aparición de estrés y ansiedad, lo que repercute en el bienestar y en la homeostasis del organismo, provocando así una bajada de las defensas del felino y, en los cuadros más complejos, la predisposición de enfermar con más facilidad.

2. Mi gato me evita y me rehuye

En paralelo al punto anterior, también debemos hablar de aquellos gatos que han cambiado su forma de relacionarse con los humanos. Podemos observar que el gato rehuye a ciertas personas, se marcha de la habitación cuando entra alguien o, directamente, no se relaciona con uno o varios miembros de la familia.

Es frecuente que los miembros de la familia manifiesten que el gato ya no les quiere como antes, pues ya no hace algunas rutinas con ellos, como dormir o ser cariñoso. También es probable que el felino evite mirar directamente a los ojos de las personas o dejarse agarrar.

La falta o rotura de vínculo puede producirse por muchos motivos, pero generalmente está provocado por un manejo erróneo por parte del cuidador. No comprender el lenguaje de los gatos, forzarle a hacer algo que no desea o el castigo son algunos de los ejemplos que pueden provocar este problema.

3. Mi gato me bufa, silba o sopla

Los bufidos, gruñidos y silbidos forman parte del lenguaje de los gatos y suelen indicar malestar y desagrado. Es muy probable que el felino los manifieste cuando le molestamos, le regañamos o realizamos algo que no le agrada. Es su forma de advertirnos y es importante prestarle atención y detener aquello que estemos haciendo.

El gato realizará movimientos rápidos de cola, que van de un lado a otro, que se traducen como irritación o malestar. También podremos observar la cola en alto, en señal de alerta, y orejas hacia atrás. En estos casos será imprescindible dedicar más tiempo a nuestro felino para comprender mejor aquello que le gusta y lo que no.

Si ignoramos estas señales de advertencia es probable que los problemas de conducta vayan a más.

4. Mi gato me ataca

Es probable que si tu gato te ataca lo interpretes como una de las señales de que tu gato te odia, ya sea mediante mordiscos o arañazos. Además del ataque en sí, es posible observar que el gato muestra las pupilas dilatadas, el manto completamente erizado y las orejas totalmente hacia atrás.

No es en absoluto agradable que un gato ataque a una persona, de hecho es un comportamiento bastante peligroso, especialmente si convivimos con niños pequeños. Es importante destacar que la agresividad en los gatos es un problema que no debe ignorarse. Si además es difícil de prever cuándo va a atacar, la visita a un veterinario especializado en etología es imprescindible, ya que todo ello nos está indicando altos niveles de estrés, ansiedad y hasta un problema de salud.

Además, si no empezamos a aplicar pautas concretas es probable que el comportamiento agresivo se cronifique, se generalice hacia otras personas y sea más difícil de tratar cada día que pasa.

5. Mi gato tiene un comportamiento extraño

La aparición de comportamientos extraños, como que el gato se acicala en exceso, utiliza la vocalización constantemente o se pasa todo el día durmiendo deben advertirnos. No es normal que un felino muestre un comportamiento negativo hacia sus tutores y además cambie de hábitos de forma repentina.

Debemos saber que los cambios de conducta en los gatos también están provocados por problemas de salud. Por ello, antes de sospechar que tu gato te odia, te aconsejamos realizar una visita al veterinario, en la que el especialista podrá descartar problemas hormonales, dolor, etc., que podrían estar influyendo directamente en la conducta de nuestro gato.

¿Qué debemos hacer si observamos estas señales en nuestro gato?

Ahora que ya conoces "las señales de que tu gato te odia" es probable que comprendas que tu gato no te odia, sino que existen algunos problemas en vuestra relación o en su estado de salud que deben corregirse para que muestre un comportamiento más positivo hacia ti y/o hacia las personas en general.

Antes de sospechar que los síntomas advertidos se deben a un problema de conducta, deberás acudir a un veterinario para descartar problemas de salud. Solo entonces podrás empezar a trabajar en el comportamiento de tu felino, con el objetivo de mejorar vuestro vínculo.

¿Cómo llevarse bien con un gato? A la hora de solucionar los problemas de vínculo eliminaremos por completo el uso del castigo, los gritos y cualquier otro comportamiento que pueda desencadenar el miedo o la agresividad en el gato.

Por el contrario, utilizaremos el refuerzo positivo para indicar a nuestro felino aquello que nos agrada. Podemos utilizar caricias, golosinas para gatos, voz amable, etc. Así mismo, nos esforzarnos por comprender el lenguaje corporal de los gatos, una herramienta imprescindible para entenderle mejor, conocer sus límites y relacionarnos de forma correcta con él.

Para terminar, en los casos más complejos, puede ser interesante apostar también por la mejora del enriquecimiento en el hogar y el uso de feromonas para gatos. Todo ello nos ayudará a mejorar su bienestar y, por ende, el comportamiento del gato y la relación que tiene con nosotros.

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