¿A qué edad los gatos cazan ratones?

Si acabamos de adoptar un minino de pocos meses puede surgirnos la duda de a qué edad los gatos cazan ratones, que suelen ser sus presas predilectas, o, en menor medida, pájaros. Son las gatas las que enseñan a sus gatitos a matar, ya que la caza es un comportamiento instintivo. Comienzan por familiarizarlos con las presas llevándolas al nido. Aproximadamente a las siete semanas se presenta con una presa muerta para ingerirla delante de los pequeños. Más adelante repetirá el comportamiento, pero jugará un rato con el cadáver para hacer una demostración de técnicas de caza. La siguiente fase implica que los gatitos sean los que se coman la presa. Cuando hayan crecido, esta llegará al nido viva o medio muerta. La gata la matará delante de ellos y, cuando estén preparados, acompañarán a su madre a cazar e iniciarán los intentos de dar muerte ellos mismos.

Ver a otros gatos, aunque no sean la madre, también ayuda a los gatitos a desarrollar su habilidad cazadora. Con unos seis meses los gatos son capaces de cazar solos. Este sería el transcurso habitual del aprendizaje en gatos salvajes o callejeros, pero debemos saber que, aunque la caza es innata, puede verse muy mermada en función de las condiciones de crianza. Gatos que nunca han visto cazar pueden no ser capaces de matar una presa o lo consiguen pero no se la comen. Ejemplares que conviven con roedores pueden dejar de verlos como presas. La eficiencia en la caza también disminuye si entre las 6 y las 12 semanas de vida la gata no expone a sus gatitos a las presas tal y como detallamos. Por este motivo, muchos gatos domésticos no tienen por costumbre cazar otros animales, otros sí los cazan pero no se los comen y unos pocos llevan a cabo todo el proceso anteriormente explicado.

Ahora que sabemos a qué edad los gatos cazan ratones, la siguiente pregunta será si todos los gatos van a desplegar su capacidad de cazar. Lo cierto es que todos van a tener el instinto de caza y, debido a ello, al menos de manera periódica, van a salir a cazar. Pero debemos tener en cuenta que las condiciones de vida actuales de parte de los gatos domésticos van a influir en la necesidad de estas salidas. El control raticida que ejerce el ser humano ha disminuido la población de roedores alrededor de los hogares. Como consecuencia, el gato tendrá menos oportunidades de cazar.

¿Las gatas castradas cazan ratones? ¿Y los gatos?

Es habitual la pregunta de si las gatas castradas cazan ratones y lo cierto es que sí, al igual que los gatos castrados. La extirpación de los órganos sexuales no merma, para nada, el instinto de caza del animal. De hecho, en concreto las hembras castradas suelen cazar y ofrecernos la presa, como veremos en el último apartado.

El instinto está detrás del comportamiento de caza, que en cada especie presentará unas características diferenciadas que son las que van a determinar cuándo empiezan a cazar los gatos a sus presas y cómo. Lógicamente, los gatos cazan para comer, aunque, en la actualidad, no todos lo necesitarían, ya que están bien alimentados por sus cuidadores.

Los ratones son unas presas ideales para los gatos gracias a su tamaño y su abundancia, sobre todo en tiempos pasados. Por ello, se han especializado mucho en su caza, lo que no quiere decir que descarten otras presas. Los gatos también son capaces de cazar aves, incluso de un tamaño considerable, en proporción, como las palomas o los zorzales. Y, aunque se considere que el gato odia el agua, también consiguen ser muy buenos pescadores.

Los gatos pueden comer ratones pero no siempre lo hacen debido a sus condiciones de vida. Los gatos son unos hábiles depredadores que disponen de una técnica depurada y precisa para dar muerte a sus presas. Les resultaría sencillo cazar y comer. Pero, en ocasiones, en vez de asestar un mordisco mortal, podemos descubrir al gato jugando con el roedor, golpeándolo y lanzándolo al aire. Este comportamiento se da en gatos bien alimentados que no tienen necesidad de cazar para comer. No lo hacen por crueldad, sino porque, como para ellos atrapar una presa es un hecho excepcional, prolongan al máximo el momento.

Este comportamiento también se observa en la hembra que quiere enseñar a matar a sus gatitos. Esto puede explicar la mayor tendencia de las gatas a demorar la muerte de la presa. Por otra parte, los gatos más inexpertos pueden presentar una técnica de caza menos eficaz, de forma que, como no se ven seguros, golpean con las patas a la presa antes de atreverse a acercar la cara para propinar el mordisco final. En cualquier caso, la intención es comer lo cazado, aunque, tras matar al roedor, es posible que el gato espere a relajarse de la tensión de la caza antes de ingerir.

Por último, insistimos en que el impulso de cazar es independiente del hambre, por lo que no es cierto que tengamos que reducir la comida del gato para que cace. De hecho, eso consigue que amplíe su territorio buscando alimento. Al contrario, se quedará cerca de la casa y, por lo tanto, podrá cazar los roedores que ronden la vivienda.

Ya sabemos a qué edad los gatos cazan ratones y cómo desarrollan este comportamiento. Nos toca ahora hablar de la costumbre asociada de traer las presas cazadas a casa. Se considera que lo hacen porque los gatos entienden que somos parte de su familia y, al ver que nosotros no cazamos, pretenden enseñarnos, igual que con ellos hicieron sus madres. Es un comportamiento que se ha observado con más frecuencia en gatas castradas que no tienen gatitos propios a los que educar.

Podemos entenderlo como un regalo que nos hace el gato y una demostración de confianza. Por ello, nuestra reacción nunca debería ser negativa, por mucho que nos desagrade. Qué hacer cuando un gato caza y nos trae la presa sería felicitar al gato, recogerla y deshacernos de ella. Por lo tanto, es una conducta natural que no vamos a poder evitar, salvo que mantengamos al gato en el interior del hogar sin posibilidad de salir a cazar.

Por otro lado, si nuestro gato no tiene acceso al exterior y, por tanto, no puede cazar, es muy recomendable cubrir esta necesidad tan básica para él mediante el juego. Para ello, podemos adquirir juguetes que simulan la caza y pasar un rato divertido con nuestro gato. En estas sesiones de juego es fundamental dejar que el animal "cace" a la presa en algún momento, ya que si nunca consigue su objetivo podría frustrarse y estresarse. No te pierdas este otro artículo para conocer todo lo relacionado con este tipo de juegos: "¿Cómo jugar con un gato?".

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