Anemia en gatos - Síntomas y tratamiento

Como avanzamos, la anemia es una disminución del número de glóbulos rojos de la sangre, también llamados eritrocitos. Es una situación patológica no contagiosa en la que el gato no va a tener todos los glóbulos rojos que necesita para el correcto funcionamiento de su organismo. Los glóbulos rojos tienen la importante función de transportar el oxígeno a los tejidos.

La anemia puede deberse a múltiples causas y siempre va a requerir la intervención del veterinario, mejor cuanto antes para evitar que el estado del gato empeore hasta extremos no reversibles. Puede producirse anemia cuando hay más destrucción que generación de glóbulos rojos o cuando, directamente, la médula ósea no los genera o no en la cantidad suficiente. La anemia no es contagiosa, pero alguna de las causas que la originan sí lo son.

No hay que confundir la anemia con la trombocitopenia, un trastorno de la sangre que se produce cuando hay un mayor consumo, destrucción o disminución en la producción de plaquetas. Las plaquetas bajas en gatos se diagnostican con menos frecuencia que la anemia y se traducen en problemas de coagulación.

Aunque solemos relacionar la anemia con una mala alimentación, las principales causas de anemia felina son las siguientes:

• Hemorragias internas y externas, como las debidas a intoxicaciones, traumatismos o problemas de coagulación.
• Enfermedades autoinmunes.
• Enfermedades víricas. La anemia en gatos con leucemia o con inmunodeficiencia es una complicación relativamente frecuente.
• Parásitos internos y externos, como las pulgas.
• Insuficiencia crónica renal o hepática.
• Neoplasias.
• Déficit de hierro.

Las anemias pueden dividirse en dos grandes grupos según la capacidad que la médula ósea tenga para regenerar los glóbulos rojos. Así, encontramos dos tipos de anemias, que son:

• Anemia regenerativa: cuando el organismo tiene la capacidad de volver a fabricar glóbulos rojos. Suele ser la anemia que se presenta en los casos de hemorragias o hemólisis, que es cuando se produce una destrucción de los glóbulos rojos. En este caso se habla de anemia hemolítica.
• Anemia no regenerativa o arregenerativa: es el tipo de anemia más grave y con peor pronóstico porque el organismo ha perdido la capacidad de generar nuevos glóbulos rojos o lo hace en muy pequeña cantidad.

Para diagnosticar la anemia en un gato hay que extraerle una muestra de sangre para hacer una analítica. Si el hematocrito o HCT, que es el volumen de glóbulos rojos en la sangre, y la hemoglobina, que es el pigmento de los glóbulos rojos que captura las moléculas de oxígeno y de dióxido de carbono de la sangre, están por debajo de los parámetros normales, el veterinario diagnosticará la anemia.

Pero no basta con esta confirmación, sino que el profesional también tendrá qué determinar cuál es su causa. Para ello tendrá en cuenta la historia clínica, la sintomatología, la exploración física y los resultados de las pruebas que considere necesario realizar, como los test para detectar la presencia de enfermedades víricas como la leucemia o la inmunodeficiencia.

El tratamiento de la anemia dependerá de la causa. Por ejemplo, si estamos ante una anemia en gatos por pulgas, habrá que aplicar un desparasitador adecuado y eliminar también todos los parásitos del ambiente. Cuando la anemia se debe a una enfermedad autoinmune, se suelen recetar corticoides por su efecto inmunosupresor. Además, en las anemias más graves puede necesitarse una transfusión de sangre para intentar que el gato disponga rápidamente de glóbulos rojos mientras su organismo consigue generar más.

Aún así, el tratamiento para la anemia en gatos puede prolongarse durante varias semanas en función de su causa y recuperar los valores de glóbulos rojos que se consideran normales llevará todavía un poco más de tiempo. Por eso, si te preguntas cuánto dura la anemia en gatos, no hay una respuesta fija. El veterinario irá revisando a tu gato para controlar su evolución hasta poder darle el alta.

Alimentos para la anemia en gatos

Un gato con anemia es habitual que pierda el apetito y, al no comer, se sentirá todavía más débil, empeorará su estado y tendrá cada vez menos hambre, agravando el cuadro. Por eso es importante que coma. Lo más recomendable es recurrir a alimentos especialmente formulados para gatos convalecientes que encontrarás en clínicas veterinarias o en establecimientos especializados.

Cuentan con la ventaja de que son muy palatables y nutritivos, con lo que llega con que el gato coma una pequeña cantidad. Además, su textura es muy suave y puede añadirse agua para darlos con jeringuilla a los gatos con más dificultades para comer.

Ofrecer la comida templada para potenciar el olor que desprende o recurrir a los alimentos favoritos del gato son otras opciones para abrir el apetito de nuestro felino. Hígado y carnes rojas están especialmente recomendados en estas situaciones. Descubre más en nuestro artículo Alimentos ricos en hierro para gatos. En cualquier caso, siempre se aconseja una dieta de calidad y una buena hidratación.

Si repasamos las principales causas de anemia, veremos que algunas no se pueden prevenir, pero hay otras ante las que sí podemos actuar a través de medidas como las siguientes:

• Crea un entorno seguro para tu gato, evitando que tenga acceso a potenciales tóxicos o a balcones o ventanas desde las que pueda caerse.
• Intenta mantenerlo dentro del hogar para impedir que contraiga enfermedades infecciosas, acceda a tóxicos o sufra algún accidente.
• Cástralo para que no intervenga en peleas con otros gatos en las que pueda lastimarse o contagiarse de enfermedades. Es solo uno de los beneficios de castrar gatos.
• Desparasítalo y vacúnalo según el calendario que te marque el veterinario. Aunque no salga de casa, otros animales o tú mismo puedes introducir parásitos e incluso virus en el hogar.
• Acude a las revisiones que te aconseje este profesional.
• Dale una alimentación de calidad.

Una vez hemos visto en qué consiste la anemia en gatos, es un error pensar que podemos diagnosticarla sin acudir al veterinario o que podemos tratarla en casa, simplemente dándole vitaminas a nuestro gato. No existen remedios caseros para curar la anemia.

No solo es imprescindible que el veterinario nos confirme la anemia e identifique qué la ha causado, sino que solo este profesional puede prescribirnos el tratamiento adecuado. Nunca hay que darle nada a nuestro gato si no lo ha recetado este profesional, ni aunque sean unas vitaminas que nos parezcan inofensivas. Si sospechas que tu gato tiene anemia, no esperes más para acudir a un centro veterinario. Retrasar la visita solo agravará su estado.

Una vez el veterinario te haya pautado un tratamiento, en casa sí puedes ofrecerle a tu gato alimentos como los que hemos mencionado en el apartado anterior, así como todos los cuidados que necesite, minimizando cualquier elemento estresante para favorecer su recuperación.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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