Caballo lusitano

Los orígenes del caballo lusitano remontan a la antigua región romana de Lusitania, al oeste de la Península Ibérica, donde hoy se encuentra en territorio de Portugal. No obstante, se estima que su más antiguo ancestro ha sido el caballo de Sorraia, que ha habitado en donde se encuentra el actual territorio de Málaga en los años 25.000 a.C. Los pueblos nativos de la Península Ibérica solían utilizarlos para la caza y en la agricultura, además de montarlos para combatir contra sus enemigos.

Así mismo, el actual aspecto y el comportamiento del caballo lusitano solo empiezan a ser definidos tras la realización de varios cruces selectivos entre los caballos nativos de Península Ibérica y los caballos provenientes del oriente. Aunque también existan hipótesis que afirman que algunos caballos del Norte de África también pueden haber participado en el desarrollo de este pura sangre portugués.

En la actualidad, también se sabe los romanos ya empleaban caballos en sus combates hace más de siete mil años y el caballo lusitano solía ser uno de los preferidos para el desempeño de dicha función en el campo de batalla. Durante los siglos XVII y XVIII, el pura sangre portugués alcanza el ápice de su fama internacional, siendo considerado como el "caballo de los reyes", después de conquistar gran popularidad entre los miembros de la realeza y la nobleza. Por aquél entonces eran empleados para varias actividades gracias a su gran versatilidad y excelente resistencia física, exhibiendo sus calidades en desfiles, equitación, eventos deportivos y otros tipos de competiciones.

No obstante, su fama empieza a decaer a los comienzos del siglo XX, después de la creación del caballo pura sangre inglés. Varios años más tarde, ya en los finales del mismo siglo, el caballo portugués vuelve a recuperar popularidad, estando su cría muy extendida actualmente en países como Portugal, Francia, Brasil y México. Su población se encuentra en ascenso en España, Bélgica y Reino Unido.

Al igual que el pura sangre andaluz, el caballo lusitano es considerado de estilo barroco, destacando una combinación armoniosa de masa y superficie. Se trata de un equino de porte mediano a grande, cuerpo compacto y perfil convexo, cuya altura a la cruz suele ser de 1,50 a 1,60 metros. Su pelaje corto, suave y brillante suele exhibir tonalidades grisáceas, castañas, bayas y tordas. Pero también es posible encontrar caballos lusitanos con manto palomino y cremello, que son variedades muy valorizadas por su rareza.

Entre sus rasgos morfológicos más destacados, encontramos el tronco fuerte, el cuello y los cuartos traseros poderosos, la grupa redondeada, la cola baja y las extremidades alargadas. Su cabeza también debe ser bien proporcionada en relación a las demás dimensiones en su cuerpo, destacando una frente ancha y unas orejas finas, cuyos movimientos y posiciones dicen mucho sobre su estado de ánimo.

No obstante, es posible observar algunas diferencias morfológicas entre las dos variedades de caballo lusitano más reconocidas en la actualidad:

• El caballo lusitano de Andrade, que destaca por su talla alta, musculatura bien desarrollada que le confiere extraordinaria fuerza y la cabeza ligeramente recta. Se considera como uno de los siete caballos que forman la base del linaje de los actuales pura sangre.
• El caballo lusitano de Veiga, que se distingue por la cabeza ligeramente convexa, el cuello flexible y la talla más corta.

Al caminar, el caballo lusitano destaca un paso alto y amplio, combinando fuerza y elegancia en sus movimientos precisos y ágiles. Además, los expertos afirman que su movimiento dirigido hacia adelante, su facilidad para el salto y su flexibilidad resultan particularmente cómodos para los jinetes, convirtiéndolo en un estupendo caballo para la monta y muy versátil para las actividades deportivas y terapias con caballos.

El caballo pura sangre lusitano es un animal que destaca por su gran valentía, privilegiada inteligencia y predisposición para el aprendizaje. Cuando recibe los cuidados apropiados y vive en un entorno positivo, muestran un temperamento equilibrado y calmado, pudiendo convivir con otros animales con mucha facilidad y creando una relación de amistad y confianza mutua con sus cuidadores y jinetes.

Gracias a su carácter dócil y muy receptivo a la monto, así como a su gran versatilidad a la hora de aprender es que estos equinos se han convertido en los favoritos tanto de guerreros como de nobles y reyes en el paso, y de deportistas de élite en la actualidad. Destaca como uno de los mejores caballos de doma clásica. Desde en los campos de batalla del antiguo Imperio Romano, hasta el césped de las competencias internacionales: sus movimientos precisos, su agilidad y su vínculo con su jinete han escrito en nombre del caballo lusitano en la historia.

El caballo lusitano necesitará recibir todos los cuidados básicos de los caballos para mantener su óptima salud y desarrollar plenamente sus habilidades físicas, cognitivas y emocionales. Entre ellos, es esencial destacar la importancia de mantener una buena rutina de acicalamiento e higiene, que necesariamente debe incluir cepillados diarios en su manto y la limpieza diaria de sus cascos.

Dependiendo del entrenamiento o de la actividad que se realice y de las condiciones climáticas, puede hacerse necesario darle una ducha o, al menos, limpiar sus patas al concluir. Caso optes por bañar completamente a tu caballo lusitano, recuerda usar productos adecuados para su higiene y tener especial cuidado al lavarlo cerca de sus ojos.

Lógicamente, el caballo lusitano necesita un espacio amplio en el que pueda pastar y expresarse libremente, además de contar con un entorno protegido para descansar por las noches y abrigarse en caso de lluvias o condiciones climáticas adversas. Lo ideal es contar con al menos una hectárea para que el equino disfrute, que necesitará estar correctamente cercada para evitar intentos de escape. También será fundamental recorrer toda la extensión del terreno para constatar si existen elementos potencialmente peligrosos o plantas toxicas para los caballos.

Otro cuidado fundamental para el caballo lusitano será la calidad de su nutrición, que debe suplir completamente las necesidades nutricionales del equino en cada etapa de su vida. La alimentación del caballo está basada en alimentos de origen vegetal, al igual que todos los animales herbívoros, debiendo consumir suficiente cantidad de heno, forraje verde, pasto y algunos vegetales buenos para su salud, como patatas, alfafa y zanahorias. Por lo general, se calcula 1 kg de comida por cada 10 kg de peso corporal del animal.

Para complementar la nutrición del caballo lusitano, también se aconseja proporcionarles piedras de sal de forma moderada, ya que son una excelente fuente de minerales, principalmente de calcio, y de vitaminas que resultan indispensables para fortalecer el sistema inmunológico de los caballos. Por último y, no por ello menos importante, cabe resaltar que los caballos lusitanos necesitan tener su cuerpo y su mente estimulados diariamente, siendo unos animales muy enérgicos e inteligentes.

Los caballos lusitanos destacan su excelente salud y óptima resistencia física. No obstante, también puede verse afectado por algunas enfermedades comunes en los caballos, como pueden ser los cólicos, la influenza equina y los tétanos. Caso no reciban una adecuada higiene bucodental, también serán vulnerables a los problemas odontológicos, como abscesos dentales. La higiene de su entorno y una buena rutina de acicalamiento también serán clave para prevenir la aparición de problemas dérmicos en el caballo lusitano, como la tiña o la sarna en caballos.

Por supuesto, tu caballo necesitará recibir una adecuada medicina preventiva para fortalecer su sistema inmunológico y evitar que su salud se vea afectada por numerosas patologías o por infestaciones de parásitos. Por ello, recuerda realizar consultas preventivas a cada seis meses con un veterinario especializado, y mantener al día las desparasitaciones y las vacunas de tu caballo.