Castrar a un perro - Precio, posoperatorio, consecuencias y beneficios

Castrar a un perro es una intervención que consiste en la extirpación de sus testículos. Es importante señalar que la castración no es sinónimo de esteriliación, pues existen diferencias entre ambos conceptos. La esterilización implica hacer estéril a un animal, lo que se consigue castrando pero, también, practicando una vasectomía, es decir, el corte de los conductos que transportan los espermatozoides.

En veterinaria suele recomendarse la castración, de la que hablaremos en este artículo, ya que la vasectomía solo impide la fecundación y resulta más complicada de realizar y para el posoperatorio. Además, no evita todo el cuadro que desarrolla un perro cuando detecta a una perra en celo ni inhibe la monta.

Como las perras son las que más "problemas" causan a sus cuidadores durante el celo, ya que manchan y, además, pueden quedarse preñadas, es más habitual operarlas a ellas antes que a los machos. Pero los cuidadores de perros también tienen que conocer los beneficios de la castración y las consecuencias de no operar a su perro.

No solo se trata de evitar la sobrepoblación canina, que también. Castrar ofrece beneficios para la salud del animal. Evita peleas y fugas, ansiedad y estrés al detectar una hembra fértil, tumores testiculares y perianales, hiperplasia de próstata, así como prostatitis o quistes prostáticos y prolonga la esperanza de vida.

El procedimiento para castrar a un perro es sencillo y es muy habitual en cualquier centro veterinario. Con el perro dormido se realiza una pequeña incisión por la que se extraen los testículos. Después, tan solo hay que suturar, lo que puede hacerse bajo la piel, evitando así poner puntos externos. Por supuesto, es una técnica quirúrgica que solo puede realizar un veterinario. Este profesional podrá explicarnos con todo detalle el procedimiento.

No existe una edad máxima para castrar a un perro. Así, aunque lo adoptemos de mayor, es posible castrar a un perro adulto. El único límite es su salud. Antes de meter en quirófano a un animal hay que realizarle una revisión veterinaria, idealmente con una analítica de sangre y un electrocardiograma. Si el animal está sano, puede operarse. En caso contrario habría que valorar los riesgos y los beneficios de la intervención.

Respecto a la edad idónea para la operación, va a variar en función del tamaño del perro. Suele buscarse que haya completado su crecimiento pero que todavía no manifieste conductas sexuales, aproximadamente a los 8-9 meses, antes en los perros pequeños y algo después en los de talla grande. En cualquier caso, en función de cada perro y sus circunstancias, el veterinario nos indicará el momento más adecuado.

El posoperatorio de una castración es sencillo. Es normal que el veterinario administre al perro algún antibiótico y un analgésico que podemos continuar dándole en casa los primeros días para evitarle cualquier molestia. Aunque hay perros más sensibles que pueden reducir su actividad o mostrarse algo apagados, lo habitual es que los perros, nada más salir del quirófano, continúen con su rutina.

Tan solo debemos vigilar que la herida cicatrice bien y que no se toque, ya que podría abrirse la incisión y provocar una infección. Para ello es probable que el veterinario nos recomiende el uso del collar isabelino o de algún tipo de malla para cubrir su cuerpo. Otras complicaciones de castrar a un perro son poco frecuentes y serían las asociadas a cualquier cirugía. Por lo tanto, estamos ante una operación segura y de rápida recuperación.

Cuando castramos a un perro estamos impidiendo, en primer lugar, que se reproduzca. En este punto es necesario que deslindemos reproducción de sexualidad. Los perros solo se reproducen, por lo que, sin el estímulo hormonal que se le retira con la castración, no van a tener ninguna necesidad de montar a ninguna hembra. No lo van a echar de menos. De hecho, no van a reaccionar ante una perra en celo, aunque es cierto que, si la cirugía se realiza en un perro mayor, pueden seguir manteniéndose comportamientos de apareamiento.

La castración tendrá consecuencias sobre conductas como la agresividad vinculada a la reproducción, el marcaje, la monta o el escapismo, pero no va a afectar a la personalidad del perro. Sí es posible que engorde al verse reducidas sus necesidades energéticas, lo que podemos evitar controlando su alimentación y propiciando que haga el ejercicio adecuado.

Ya hemos repasado beneficios que esta operación tiene para la salud del animal. En cuanto a efectos adversos podemos señalar un pequeño incremento en el porcentaje de aparición de algunos tumores para los que las hormonas sexuales ofrecer cierta protección. Este aumento también se vincula a que los perros castrados viven más años, de forma que es más probable que enfermen de cáncer.

El precio de la castración puede sufrir variaciones, ya que es cada Colegio de Veterinarios quien establece unos precios de referencia por los que se van a guiar todas las clínicas de una misma zona. Además, es habitual que el precio sufra variaciones en función del tamaño del animal. Así, cuanto más grande sea el perro, más costará su intervención. Como referencia, podemos hablar de unos 100-300 euros.

Podemos acceder a precios más bajos si en nuestra ciudad se desarrollan campañas de esterilización. Fuera de ellas, precios muy económicos deben ponernos en alerta, ya que pueden deberse a que la cirugía se realiza sin las suficientes garantías.

Por último, es muy frecuente que se recomiende la castración para perros que muestran conductas agresivas. Es cierto que si este comportamiento está relacionado con el celo, es decir, el perro defiende su territorio o ataca a congéneres por hembras en celo, la castración puede conseguir eliminar o reducir estas conductas. Pero si el perro ya es mayor y lleva años arrastrando esa agresividad es posible que la castración no consiga un control total.

Además, tendremos un perro agresivo después de castrar si la agresividad se debe a otras causas. Recomendamos la esterilización por numerosos motivos pero si nuestra intención es hacer desaparecer comportamientos agresivos, antes debemos consultar con un etólogo o un especialista en conducta canina para asegurarnos de que la agresividad puede mejorar con la castración.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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