Ciclosporina en gatos - Dosis, usos y efectos secundarios

Ciclosporina en gatos - Dosis, usos y efectos secundarios

En este artículo de ExpertoAnimal hablaremos de la ciclosporina para gatos, un fármaco conocido por su efecto antiinflamatorio que se emplea para combatir distintas patologías. Pero hay que saber que va a actuar también sobre el sistema inmunitario, por ello es fundamental que solo lo administremos con receta veterinaria.

A continuación, explicaremos cuáles son los usos de la ciclosporina en gatos, cómo debe darse este medicamento, en qué ejemplares no es conveniente y, sobre todo, de qué efectos secundarios tenemos que estar pendientes.

¿Qué es la ciclosporina?

La ciclosporina es un fármaco que se incluye en el grupo de los agentes inmunomoduladores, al tener la capacidad de influir sobre el sistema inmunitario, aumentando o disminuyendo su respuesta. Tiene un efecto inmunosupresor selectivo, ya que afecta, en concreto, a los linfocitos T, células que se forman en la médula ósea y pertenecen al sistema inmunitario.

La ciclosporina en gatos presenta un efecto antiinflamatorio y antiprurítico. Influye en la producción de diferentes sustancias que se asocian a la inflamación, de ahí el efecto que consigue. Esta acción es relativamente rápida, ya que, incluso en la administración oral en ayunas, en 1-2 horas alcanza la concentración máxima en la sangre. Se metaboliza en el hígado.

¿Para qué sirve la ciclosporina en gatos?

La ciclosporina se emplea con frecuencia para el tratamiento de una enfermedad conocida con el nombre de dermatitis alérgica crónica. Esta patología suele cursar con picor, inflamación de la piel, irritación sobre todo en cabeza y cuello, pérdida de pelo simétrica, etc., signos que pueden ser compatibles con otras enfermedades de la piel, por ejemplo parasitosis, infecciones, alergias alimentarias, entre otras. Por eso es imprescindible que sea el veterinario quien diagnostique y determine la necesidad de administrar ciclosporina y no se nos ocurra medicar a nuestro gato por nuestra cuenta. Además, hay que saber que es habitual que la ciclosporina solo sea una de las herramientas para tratar el cuadro clínico, por lo que el veterinario tendrá que pautar otros fármacos y distintas medidas de manejo, sobre todo para aliviar el picor que se asocia a esta patología.

Hay otras indicaciones para el uso de la ciclosporina en gatos relacionadas con su función antiinflamatoria, como las siguientes:

  • urticarias
  • asma
  • granulomas
  • estomatitis
  • determinadas alteraciones oculares
  • enfermedad inflamatoria intestinal
  • anemia hemolítica autoinmune

Igualmente, solo el veterinario podrá prescribir su uso.

Dosis de ciclosporina en gatos

Para calcular la dosis de ciclosporina para gatos es imprescindible determinar con exactitud el peso del gato. Se recomiendan unos 7 mg por cada kg de peso para administrar una vez al día, al menos como tratamiento de inicio, pero la dosis varía en función de la enfermedad a tratar. La idea es ir reduciendo esta frecuencia según vaya evolucionando el gato, pero hay que saber que suelen ser tratamientos prolongados, de varias semanas de duración, antes de poder pasar a darlo cada dos días, tres o incluso cuatro. Es una valoración que queda a criterio del veterinario. Hay que tener en cuenta que, en ocasiones, el gato recae y hay que volver a empezar con el tratamiento diario.

La ciclosporina suele encontrarse en solución oral y administrarse directamente en la boca o mezclada con la comida en muy pequeña cantidad para asegurarse de que el gato ingiere la dosis entera. También existe su administración transdérmica, pero no se recomienda en gatos porque la absorción es menor. Además, la ciclosporina se encuentra en colirios para emplear en afecciones oculares, por lo que no solo existe la ciclosporina atópica para gatos, también disponemos de la ciclosporina oftálmica para gatos.

Contraindicaciones de la ciclosporina en gatos

No todos los gatos van a poder aprovecharse de las ventajas de la ciclosporina. Hay algunos casos en los que no está indicado este fármaco. Destacamos los siguientes:

  • Ejemplares que en algún momento hayan manifestado alergia a este principio activo o sospechemos que pueden ser hipersensibles.
  • Enfermos de leucemia o inmunodeficiencia. Si se desconoce este dato, hay que testar al gato antes de darle ciclosporina.
  • Diabéticos.
  • Gatitos con menos de dos meses de vida.
  • Gatos que no lleguen a los 2,3 kg de peso, salvo las excepciones que decida el veterinario.
  • En gatas gestantes o lactantes también queda a criterio del veterinario tras valorar los riesgos y los beneficios de su uso, ya que no se dispone de estudios sobre la seguridad de la ciclosporina en estas situaciones. Sí se ha visto la posibilidad de que atraviese la barrera placentaria y se excrete en la leche.
  • Gatos que hayan recibido una vacuna en las dos semanas anteriores. Por otra parte, no hay que poner vacunas mientras dura el tratamiento con la ciclosporina ni antes de que transcurran dos semanas después de finalizarlo. La ciclosporina interfiere con la eficacia de la vacunación.
  • Por último, si el gato está en tratamiento con algún otro fármaco, el veterinario tendrá que valorar posibles interacciones.

Efectos secundarios de la ciclosporina en gatos

La ciclosporina inhibe los linfocitos T. Este hecho se relaciona con un aumento de la incidencia de tumores malignos porque disminuye la capacidad de respuesta del organismo. Por este motivo, no solo es importante que no se nos ocurra darle ciclosporina al gato sin contar con el veterinario, sino que este mismo profesional debe valorar muy bien las ventajas y los beneficios de recetarla. Si decide utilizarla, habrá que controlar muy bien al gato y acudir a consulta de inmediato si se observa algún ganglio aumentado de tamaño.

Además, si el gato es negativo a toxoplasmosis y se contagia durante el tratamiento con ciclosporina, puede desarrollar la enfermedad, incluso gravemente. Para evitarlo, se recomienda impedirle el acceso al exterior y no permitirle la ingesta de carne o de presas crudas mientras dura el tratamiento. Por otra parte, el gato podría presentar efectos adversos, más o menos frecuentes, como los siguientes:

  • Problemas a nivel digestivo, sobre todo vómitos y diarrea.
  • Aumento del apetito.
  • Letargo.
  • Hipersalivación.
  • Hiperactividad.
  • Hiperplasia gingival, que es un incremento del tamaño de las encías.
  • Signos compatibles con diabetes, como un aumento en la excreción de orina o en el consumo de agua.
  • Pérdida de peso y menor apetito. Si es el caso de nuestro gato, hay que pesarlo regularmente para evitar un adelgazamiento excesivo que pudiera desembocar en problemas para su salud.

Algunos de estos efectos pueden resolverse por sí mismos sin tener que suspender el tratamiento, pero en otros casos sí será necesario suprimirlo o, por lo menos, modificarlo. Por lo tanto, hay que acudir al veterinario.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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