¿Cómo ayudar a las protectoras de animales?

En primer lugar, una vez te has decidido a prestar tu ayuda debes saber cuál es la diferencia entre perrera y protectora de animales. Las perreras suelen recibir subvenciones públicas para encargarse de la recogida de perros y gatos de un territorio determinado. Aunque el movimiento animalista presiona para que en todas se cumpla el sacrificio cero, lo cierto es que, más allá del tiempo legal en el que el animal debe estar en las instalaciones por si apareciese su propietario, pueden ser sacrificados. Esto no quiere decir que todas las perreras sacrifiquen por sistema cuando el animal llega a un determinado día, pero, en general, es extraño que en este tipo de centros haya lactantes, enfermos o ejemplares que requieran alguna intervención... Es muy importante, por lo tanto, ayudar a que las perreras se vacíen y, de hecho, hay asociaciones que precisamente centran en ello sus esfuerzos.

Pero quizás prefieras fomentar otro tipo de trato hacia los animales en el que en ningún caso se baraje su sacrificio si no es por motivos estrictamente humanitarios. Por ello, nos centraremos en los siguientes apartados en explicar cómo ayudar a las protectoras de animales que tienen implantada la política de sacrificio cero.

Cuando se habla de cómo ayudar a las protectoras de animales muchas personas piensan únicamente en la aportación económica. Y aunque el dinero es vital para poder continuar con su labor, hay otras formas de ayudar que no implican aportar dinero si no estás en disposición de hacerlo. Para ello, lo mejor es que contactes directamente con la protectora en cuestión y preguntes qué necesitan.

Muchas buscan voluntarios para que acudan de vez en cuando a pasear a los perros, a cepillarlos o solicitan conductores para poder realizar traslados, sobre todo al veterinario. Pero hay muchísimas más tareas que, aunque no implican un cuidado directo de los animales, sí son igualmente imprescindibles para el buen funcionamiento de la protectora. Por ejemplo, hacer reparaciones en el recinto, mejorar la informática, imprimir o hacer carteles, atender puestos en mercadillos, encargarse de las redes sociales, etc. Valora lo que puedes o se te da bien hacer y ofrece tus servicios. Por cierto, contacta antes de ir. Si te presentas sin avisar es probable que no te puedan atender.

Descubre más en este artículo: "¿Qué hace un voluntario en una protectora de animales?".

Pero si lo tuyo es el contacto directo con los animales, tienes la opción de ser casa de acogida. Esta forma de ayudar, que cada vez ofrecen más protectoras, consiste en cuidar de un animal recogido en tu propia casa mientras no se le encuentra un hogar. Es una actividad muy satisfactoria. Acoger a un animal, en ocasiones en mal estado físico o psicológico, recuperarlo y entregarlo a un hogar donde lo van a seguir cuidando es una experiencia muy gratificante, pero también muy dura. De hecho, no son raras las ocasiones en las que el acogedor acaba adoptando al acogido ante la imposibilidad de dejarlo marchar. Por otra parte, algunas personas comienzan con la acogida para saber si podrían hacerse cargo de un animal de manera definitiva.

Si te interesa esta opción, comenta las condiciones con la protectora correspondiente. Normalmente, corren con todos los gastos, pero en numerosas ocasiones el acogedor decide asumirlos como ayuda adicional. Algunas protectoras incluso pagan. Por supuesto, es la protectora la que gestiona la adopción. Pero si aún tienes dudas sobre si ser o no casa de acogida, en los siguientes apartados te explicamos cómo ayudar a las protectoras de animales de otras formas menos comprometidas.

Apadrinar o amadrinar a un animal de protectora es una opción cada vez más popular. Cada protectora tiene sus propias normas al respecto, que habrá que consultar, pero, en general, se trata de escoger alguno de los animales recogidos y pagar una cantidad mensual o anual para ayudar a sufragar sus gastos. Normalmente, a cambio se recibe información puntual, fotografías, vídeos e incluso se tiene la posibilidad de visitar al elegido. Si estás interesado en cómo ayudar a los animales abandonados, esta puede ser una buena alternativa, ya que te permite establecer una relación especial con un animal, pero sin adquirir el compromiso de llevarlo a casa.

Seguro que si te has preguntado cómo ayudar a las protectoras de animales, has valorado ya la posibilidad de hacerte socio. Es una muy buena forma de contribuir a su mantenimiento con el importe y la periodicidad que escojas. Recuerda que las aportaciones a las ONG desgravan en la declaración de la renta, con lo que te costará todavía menos.

Lo normal es asociarse, pero las protectoras también aceptan donativos puntuales, sobre todo cuando deben atender alguna emergencia. Eso sí, tienes que saber que para organizarse les resulta mucho mejor tener socios porque así saben de qué dinero disponen y cuándo. En este sentido, cada vez más protectoras, reservas y refugios están implantando en su sistema de donaciones el llamado "teaming", que consiste en hacer microdonaciones de tan solo 1 € al mes. Aunque parezca una cantidad muy pequeña, si sumamos todas las microdonaciones mensuales, es posible ayudar muchísimo a los animales que residen en las protectoras. Por ello, resulta una forma de ayudarlas mucho más accesible para todas aquellas personas que no dispongan de recursos ni tiempo. Si puedes, hazte teamer de una o varias protectoras.

Otra forma de ayudar que ofrecen algunas protectoras es comprar productos que tienen a la venta, como camisetas, calendarios, lotería, artículos de segunda mano, etc. Además, los donativos no solo son económicos. Estas asociaciones tienen necesidades muy numerosas y diversas. Por ejemplo, mantas para el invierno, collares y correas, comida, desparasitadores, etc. De hecho, muchas, incluso, disponen de una lista de productos que necesitan en plataformas como Amazon. Pregunta antes para que te digan qué les urge.

Por último, no lo dudes y, si puedes, adopta. De entre todas las formas que hemos explicado sobre cómo ayudar a las protectoras de animales, asociaciones o refugios, hacerse cargo de uno de sus recogidos es la mejor y, quizás por ello, la más difícil y escasa. Pero adopta solo si verdaderamente te puedes comprometer con el cuidado de ese animal. Solo si dispones del tiempo y de los recursos necesarios. Si no lo tienes claro, prueba antes a ser casa de acogida. Y, si no te decides, siempre tienes la opción de difundir las bondades de la adopción frente a la compra de animales para ayudar a crear conciencia. Consulta Qué tener en cuenta antes de adoptar un perro.

Compartir todas las ayudas que existen también es una forma de ayudar porque permites que otras personas que quizá sí tengan los recursos necesarios puedan hacer un voluntariado o una donación.

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