¿Cómo crear y fortalecer el vínculo con mi gato?

Dada la fama de animales solitarios e independientes que tienen los gatos, son pocos los estudios que se han llevado a cabo acerca de los vínculos que se generan entre estos felinos domésticos y los seres humanos. Sin embargo, los datos con los que contamos hoy en día nos revelan que los gatos no son, ni mucho menos, animales desapegados o ariscos, tal y como podrá corroborar cualquier persona que haya convivido con uno o varios de ellos, y que pueden establecer vínculos muy diversos con los humanos.

Un estudio publicado en 2021 por científicos de la Universidad de Lincoln (Reino Unido)^[1] definió tres grandes tipos de relaciones que se pueden establecer entre gatos y personas en función, entre otras cosas, del comportamiento mostrado por los felinos y de la implicación emocional de sus tutores humanos:

• Según esta investigación, aproximadamente un cuarto de las personas que conviven con uno o más gatos tienen una "relación abierta" con ellos, es decir, se preocupan por su bienestar pero ofrecen mucha libertad al animal, permitiéndole en la mayoría de los casos tener acceso al exterior de los hogares. Los gatos que tienen este tipo de relación con sus tutores suelen ser bastante curiosos, sociables con los desconocidos y afectuosos con los miembros de su familia, aunque no se muestran demasiado apegados a ellos.
• Por su parte, otro cuarto de la población parece tener una implicación emocional baja con respecto al cuidado de su gato o gatos. Estos tutores invierten poco tiempo jugando o relacionándose con sus animales, los cuales, aunque suelen mostrarse amistosos con ellos, son muy independientes y no buscan activamente la proximidad ni el contacto físico con los humanos.
• Finalmente, casi la mitad de los tutores de gatos que participaron en este estudio demostró tener una relación de "codependencia" con sus peludos, implicándose mucho a nivel emocional con ellos y permaneciendo la gran parte del día junto a ellos. Estos gatos muestran muchos comportamientos afiliativos hacia sus tutores, son más desconfiados con lo desconocidos y tienen mayor probabilidad de sufrir estrés o ansiedad relacionada con la separación y la soledad.

Como has podido comprobar, la relación que se crea entre un gato y su tutor depende de varios factores entre los que destaca el nivel de implicación del humano, su manera de comportarse con el animal y el tiempo y esfuerzo que invierta en su educación y cuidados, así como el carácter del gato, su herencia genética y sus experiencias previas. Por ejemplo, no es lo mismo adoptar a un gato adulto que ha vivido en la calle y ha tenido experiencias traumáticas con seres humanos que a un cachorro que ha pasado sus primeras semanas de vida en un hogar junto a su madre y sus hermanos. Igualmente, es diferente convivir con un gato persa que con un sphynx o ser una persona que pasa muchas o pocas horas fuera de casa.

Si quieres crear un buen vínculo con tu gato lo primero que debes hacer es informarte bien acerca del animal que te estás planteando adoptar o que ya tienes en casa: ¿cuáles son sus necesidades físicas y psicológicas?, ¿qué tipo de cuidados necesita?, ¿qué sabes acerca de su pasado? La respuesta a estas y muchas otras preguntas sentarán la base de una buena relación, ¡pero tranquilo!, un profesional veterinario o etólogo te puede ayudar con muchas de las dudas que te surjan.

Una vez hecho esto, es hora de empezar a construir un vínculo positivo con tu peludo. Según un estudio publicado en 2019 por la Oregon State University^[2], los gatos establecen con sus tutores relaciones de apego muy similares a las que generan los bebés hacia sus padres. Si el cuidador se implica en el bienestar del felino, comprende y respeta su lenguaje, cubre todas sus necesidades físicas, emocionales y sociales, le aporta seguridad y pasa con él tiempo de calidad, lo más probable es que el gato desarrolle un apego seguro hacia el tutor, disfrute de su compañía y se apoye en él cuando se sienta inseguro. Sin embargo, si el cuidador castiga o intimida al gato, le aísla, le sobreprotege o no respeta sus señales, el animal generará con toda probabilidad un tipo de apego inseguro, mostrándose ansioso ante las interacciones sociales y sufriendo problemas de salud y/o de comportamiento.

Si un gato forma parte de tu familia y quieres mejorar el vínculo con él, aquí te dejamos algunos consejos que pueden lograr que vuestra relación se fortalezca y disfrutéis más el uno del otro:

• Enriquece su ambiente: los gatos son animales muy activos y curiosos, por lo que necesitan jugar y explorar libremente su entorno. Colocar rascadores, torres para escalar, plataformas desde donde puedan ver la calle o proporcionarle juguetes interactivos ayudará a cubrir estas necesidades y mejorará el bienestar de tu peludo.
• Reserva un rato al día para realizar actividades con tu gato: para fortalecer la relación con tu gato debes pasar tiempo de calidad con él. Obsérvale y determina qué es lo que más le gusta hacer junto a ti. Jugar juntos o las sesiones de relajación y caricias pueden resultar muy positivas para mejorar vuestro vínculo, ¡algunos gatos incluso disfrutan aprendiendo trucos!
• Mantenlo aseado: la limpieza es un aspecto importantísimo para los felinos y, aunque ellos mismos se laven utilizando su lengua, no está de más que de vez en cuando cepilles suavemente su pelo o le pases una toallita húmeda por el cuerpo mientras le das un masaje. Las sesiones de acicalamiento reafirman la relación y mejoran el vínculo entre individuos. De igual modo, es muy importante que mantengas su arenero siempre limpio y en una zona de fácil acceso para el felino.
• Evita los castigos: los gatos son animales muy sensibles y un estilo educativo basado en amenazas y castigos no solo resulta ineficaz, sino que deteriora seriamente la relación entre el animal y su tutor, generando miedo y rechazo en el primero. Si tu gato presenta algún problema de conducta o tienes dudas sobre cómo comunicarte con él, un etólogo felino que trabaje con una metodología actualizada y respetuosa puede echarte una mano.
• Cuida de su salud física: además de cubrir sus necesidades psicológicas y emocionales, es imprescindible que mantengas a tu peludo correctamente vacunado, desparasitado y que le ofrezcas alimentos de calidad. A veces, los comportamientos indeseados, como la agresividad o el rechazo al tutor, aparecen como consecuencia de una dolencia física y no de un problema en la relación, por lo que llevar a tu gato al veterinario si observas cualquier cambio en su conducta resulta indispensable.

Crea un vínculo con tu gato basado en el respeto y tendrás a tu lado a un fiel compañero de vida. Ahora que sabes cómo fortalecer vuestra relación, no te pierdas este otro artículo: "¿Cómo saber si tu gato te quiere?".

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