¿Cómo hacer que un gato acepte a un perro?

¿Cómo hacer que un gato acepte a un perro?

La llegada de un nuevo miembro a tu familia puede no ser de buen recibo para tu gato, más si el recién llegado se trata ni más ni menos que de un perro. Y es que tu simpático felino puede ser de lo más mimoso y adorable para ti, pero comportarse a su vez como el peor enemigo para tu can.

Efectivamente, el dicho de llevarse como el perro y el gato puede tener su parte de razón en algunos casos, pero ¿es algo irremediable? Todo al contrario, pues si quieres saber cómo hacer que un gato acepte a un perro, en este artículo de ExpertoAnimal te detallaremos qué puedes hacer para solucionar esta enemistad.

¿Pueden un gato y un perro llevarse bien?

La relación entre perros y gatos tiene la fama de ser complicada. Pero nada más lejos de la realidad, ya que la formación de una relación estable y segura entre estas dos especies dependerá de múltiples factores.

Con esto queremos decir que, efectivamente, un gato y un perro pueden llevarse bien hasta el punto de ser grandes amigos o, como mínimo, tolerar el vivir en un mismo hogar. Pero si te estás preguntando por qué tu gato bufa y gruñe a tu perro, debes saber que esta relación dependerá en gran parte de si se cumplen las siguientes condiciones:

  • Si se ha realizado una socialización adecuada durante la etapa de cachorros.
  • Darles un tiempo de adaptación y aceptación adecuado.
  • Establecer unas pautas de convivencia claras.
  • Proporcionarles un entorno adecuado a ambos.

Como veremos a continuación, cuando alguno de estos puntos o múltiples de ellos cojean, puede originarse una mala relación entre ambas especies que dificultará la convivencia armoniosa en casa.

En este otro artículo de ExpertoAnimal te damos algunos Consejos para que un perro y un gato se lleven bien.

Para más información, te animamos a consultar el vídeo que aparece a continuación, donde veremos más

¿Por qué mi gato no acepta a mi perro?

Tanto perros y gatos son animales sociables, los cuales tienen la tendencia innata de crear vínculos de amistad y pertenencia a un grupo. Sin embargo, en este caso, el proceso de aprendizaje será una parte fundamental y que determinará cuan sociables son, así como a qué deben y no tener miedo. Teniendo esto en cuenta, veamos entonces por qué tu gato rechaza a tu perro:

Nula socialización con perros

El período de socialización de un cachorro es una etapa en la cual se encuentra especialmente susceptible al aprendizaje de su entorno y de los que lo habitan.

En este período, tu gatito aprende a relacionarse con otros, ya sea con otros gatos, personas o perros. Si por el contrario, tu gato de cachorro no conoció a ningún perro amistoso, que ahora le presentes a un can es algo completamente desconocido para él, motivo por el cual le tiene miedo.

Vivencia negativa

Un motivo muy común por el cual tu gato podría rechazar a tu cánido amigo, es porque el felino vivió en el pasado una mala experiencia con uno o varios perros; puede tratarse de un simple ladrido, que le haya perseguido o incluso de una agresión.

Si a esto le sumamos lo comentado anteriormente, es decir, que tu gato no haya conocido de cachorro perros amigables, se formará la combinación perfecta para que tu gato muestre descaradamente su incomodidad con el nuevo integrante de la familia.

Protección de recursos

Si tu gato estaba acostumbrado a vivir cómodamente solo en casa, es decir, sin tener que compartir, es natural que se sienta incómodo con la repentina presencia de un tercer miembro en casa, ya que este le puede tomar los recursos que le son valiosos, como su comida, su cama, los mimos que le das, etc. Por lo tanto, necesita mantener esta amenaza lejos.

Apresurarse al introducir el nuevo integrante de la familia

Es de suma importancia al introducir un nuevo miembro al hogar, ya sea perro o gato, entre otros, que se trate de hacer lo más progresivo posible. Y es que los gatos son muy susceptibles a los cambios; necesitan tiempo para adaptarse y asociar dicho cambio a algo positivo. Pero si son repentinos, el felino se sentirá estresado y probablemente desarrollará un humor irritable o asustadizo, además de claramente afectar a calidad de vida.

¿Cómo hacer que un gato acepte a un perro?

Si tu gato rechaza abiertamente a tu perro, le gruñe, bufa o puede incluso que haya llegado a atacarle, así como también si te estás preguntando cómo introducir un perro en casa si convives con un gato, debes saber que esta relación puede ser por un lado completamente hostil o, por el otro lado, tolerable e incluso agradable si lo haces adecuada y progresivamente.

Veamos entonces cómo presentar a un perro y a un gato correctamente para que tus dos mascotas se lleven bien:

Prepara el terreno antes de la llegada

Como hemos comentado, cualquier cambio repentino hará que tu gato se sienta inseguro y desarrolle estrés. Es por este motivo que, antes de traer a casa a tu perro, prepares tu hogar a conciencia unos días antes para que tu gato pueda adaptarse con antelación. Esto implica:

  • Asegurarte que tanto tu perro como tu gato tendrán, como mínimo, un espacio individual donde sentirse seguros. Ten en cuenta que, el refugio de tu gato deberá situarse en un lugar alto en donde tu felino pueda vigilar el entorno y el perro no pueda alcanzarlo.
  • Cada una de tus mascotas deberá tener acceso a agua y comida de forma individual y sin que se sientan molestados por el otro, ya que podría originarse un conflicto.
  • El arenero de tu gato deberá situarse en un lugar íntimo, en el cual no pueda acceder tu perro.
  • Prepara un espacio para tu perro (como una habitación) en el cual se situará estos primeros días de adaptación. Esta zona no deberá de ser un punto de interés para tu gato (como el salón) para que no lo perciba como algo negativo.
  • Es recomendable que uses un difusor de feromonas para ayudar a tu gato a sentirse a gusto pese al cambio.

Intercambio olfativo

Debido a que el olfato no es un sentido que nosotros los humanos tengamos tan desarrollado, a veces pasamos por alto que tanto para perros como gatos, el olor es una parte esencial para sus vidas.

Por esta razón, unos días antes de que se dé el contacto visual entre tus dos peludos, será necesario a modo de presentación realizar un intercambio olfativo, por ejemplo intercambiando juguetes o mantas.

Deja que se vean

El intercambio visual es, sin duda, la parte más delicada, pues es la que más fácilmente puede asustar a tu gato. Por este motivo, el contacto visual primero de todo deberá hacerse desde lejos, a una distancia en la cual tu gato se sienta seguro. En este proceso, será recomendable que te ayude alguien, pues mientras una persona esté pendiente del gato, el otro deberá estar al lado del perro mediante una correa.

Además, será de suma importancia que para asociar dicha experiencia a algo positivo, refuerces con premios tanto a tu gato como a tu perro. Es decir, cada vez que tu gato vea a tu perro y se muestre calmado (recuerda mantener una distancia en la que se sienta seguro), deberás premiarle. Del mismo modo, si tu perro no reacciona estando nervioso, ladrando… al ver al felino, también se le debe recompensar para que aprenda a estar tranquilo (y no asuste a tu gato).

Poco a poco deberás ir acortando distancias, siempre reforzando mediante premios la conducta tranquila de ambos, para que perciban la presencia del otro como algo positivo y no motivo de temor. Nunca trates de precipitarte acercándolos demasiado de prisa, ya que forzar la situación solo generará una experiencia negativa en tu felino, que será aún más complicada de revertir.

Deja que interactúen

Si tus dos peludos ya están tan cerca uno del otro que podrían tocarse y ambos están tranquilos, deja que interactúen entre ellos, que se saluden y huelan mutuamente, y prémialos por portarse tan bien entre ellos.

Por seguridad, es importante que tu perro lleve bozal, sobretodo si es adulto (por esta razón deberás acostumbrarle antes a llevarlo puesto), para prevenir que algún movimiento rápido del gato pueda incitar al perro a jugar de forma brusca, pudiendo hacerle daño.

Déjalos sueltos pero con vigilancia

Por último, si estás al 100 % seguro/a de que tus dos mascotas se llevan bien y muestran una actitud tranquila en presencia del otro, podrás empezar a dejarlos sueltos por el mismo espacio. Siempre bajo tu supervisión y evitando situaciones en las cuales podrían originarse conflictos, como por ejemplo que haya un bol de comida.

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