El acto de morder forma parte del lenguaje corporal que los perros. Ellos utilizan la mordida, más o menos fuerte, para comunicarse entre sí, con sus tutores y también con los demás individuos de su entorno. No obstante, un perro que marca o muerde suele ser un motivo de preocupación para su tutor, pues puede provocar serios incidentes tanto dentro del hogar como en las calles, aunque sea de forma no intencional.
Por ello, es fundamental enseñar a nuestros peludos a gestionar su propia mordida para que puedan disfrutar plenamente una vida social, interactuando de forma positiva con los animales, las personas y los estímulos que conozcan a lo largo de sus vidas. Pensando en ello, en este nuevo artículo del ExpertoAnimal, compartimos algunos consejos clave para explicarte cómo hacer que un perro no muerda.
¿Por qué muerden los perros?
El primer paso para saber cómo hacer que un perro no muerda es entender por qué los perros muerden, solo de esta forma podremos evitar que las causas más frecuentes de este comportamiento se presenten en el día a día de nuestros mejores amigos. Si bien habitualmente asociamos las mordeduras con un síntoma de agresividad en los perros, lo cierto es que los canes puedan morder por diferentes motivos. Entonces, para saber porque un perro muerde, es fundamental prestar atención a su ambiente, su comportamiento y su rutina para identificar qué puede estar llevándolo a morder.
1. Alivio en los cachorros
Si recién has adoptado a un cachorro, es probable que te preguntes por qué muerden los perros cachorros. En esta primera fase de su desarrollo físico y cognitivo, los cachorros tienden a morder todo, principalmente porque experimentan muchos cambios en su dentición e intentan, a través de la mordida, aliviar las molestias ocasionadas por el crecimiento de los dientes de leche y la posterior irrupción de las piezas permanentes.
2. Descubrimiento del entorno
Además, las mordeduras también son un medio a través del cual los perros cachorros exploran su entorno y descubren los diferentes estímulos que componen su entorno. No obstante, como veremos a continuación, es fundamental comenzar a enseñar a tu peludo a gestionar su mordida a partir de su tercera semana de vida para evitar que asimile este comportamiento como algo positivo y lo traslade a su edad adulta.
3. Socialización deficiente
Ya en los perros adultos, el acto de morder puede haber sido asimilado como una forma de interactuar con otros perros y personas, debido a una socialización deficiente. Es decir que el perro ha comprendido que esta conducta puede ser parte de su vida social y de su comunicación, porque no ha aprendido a relacionarse positivamente con otros individuos y estímulos. Por esta razón, la socialización del perro es un aspecto clave de su educación para permitir que tu mejor amigo entienda las bases de una conducta social positiva.
4. Defensa ante una situación negativa
Ahora, las mordidas realmente pueden aparecer como parte del mecanismo natural de defensa de los perros, que generalmente se "activa" cuando el can se encuentra en contexto negativo que pone en riesgo su integridad física o emocional. No obstante, si el perro muerde o gruñe cuando alguien intenta quitarle algo o se acerca a sus objetos, probablemente este comportamiento posesivo está relacionado con la protección de recursos.
Además...
Así mismo, vale la pena resaltar que es muy extraño que un perro muerda "de la nada", es decir, sin dar avisos previos de que se siente amenazado o incómodo en determinada situación. Por lo general, las mordidas aparecen como un último recurso al que el perro recurre en un momento de extrema tensión. Antes de morder, este can emite varias señales de calma para comunicar a su interlocutor que debe cesar con algún comportamiento que genera o incrementa la tensión de este contexto.
Lo que suele ocurrir es que el desconocimiento sobre las posturas y las expresiones faciales de los canes dificulta que una persona pueda reconocer el lenguaje corporal de un perro enfadado o de un can amedrentado que adopta una actitud defensiva. En los casos más graves, cuando se ha ignorado al can en repetidas ocasiones mostrando señales de calma, los perros pueden dejar de manifestarlas y empezar a morder como respuesta.
En cualquier caso, existen muchas otras causas que pueden provocar que un perro muerda y solo el profesional puede ayudarnos a dar con un diagnóstico certero. Empezaremos descartando problemas de salud visitando a un veterinario, preferiblemente uno especializado en etología. Algunas enfermedades, como el hipotiroidismo, pueden causar reacciones negativas en nuestro mejor amigo.
Una vez descartada la causa orgánica, nos dirigiremos a un etólogo o, nuevamente, al etólogo, quien nos ayudará a descubrir por qué nuestro perro muerde y nos ofrecerá pautas personalizadas teniendo en cuenta el caso.
¿Cómo hacer que un perro no muerda jugando?
Las mordidas durante los juegos son especialmente común en los perros cachorros, pues esta es una forma de descubrir y experimentar los olores, sabores y demás estímulos que forman parte de su ambiente. Si bien esta sea una conducta natural que es parte del desarrollo físico y cognitivo de los cachorros, es fundamental que enseñes a tu perro a gestionar su mordida durante sus primeros meses de vida. Además, siempre debes respetar la edad del destete antes de separarlo de su progenitora, permitiéndolo asimilar las bases de su conducta social junto a sus hermanos.
Cuando trabajas la inhibición de la mordida tempranamente con tu cachorro, evitas que él asimile el acto de morder como una conducta positiva durante los juegos y en las demás situaciones que se presenten en su cotidiano. Si un cachorro no tiene la oportunidad de pasar por este entrenamiento, no aprenderá a controlar su propia fuerza y probablemente asimilará el hábito de morder mientras juega y lo reproducirá en la edad adulta. Y lo que antes podría parecer un comportamiento inofensivo, se convierte en una conducta potencialmente peligrosa, especialmente se hablamos de perros grandes y con mandíbulas poderosas o de peludos que comparten sus hogares con niños o adultos mayores.
Por lo tanto, si te preguntas cómo hacer que un perro no muerda cuando juega, la clave está en trabajar correctamente la inhibición de la mordida, de preferencia mientras tu peludo todavía es un cachorro. También será fundamental enseñarlo a soltar objetos para evitar la asimilación de conductas posesivas en relación a sus objetos y prevenir cualquier accidente durante los juegos. Además, aquí en ExpertoAnimal, compartimos otros consejos clave para enseñar a un cachorro a no morder.
¿Cómo hacer que un perro no muerda a otro?
Como habíamos comentado, los perros pueden asimilar erróneamente el acto de morder como parte de su conducta social, principalmente cuando no experimentan un proceso de socialización positivo. Si un perro no se socializa correctamente, difícilmente aprenderá a relacionarse adecuadamente con otros individuos y podrá presentar problemas de conducta en la edad adulta, como puede ser la ansiedad por separación o la protección de recursos.
La socialización es la respuesta que buscas si te preguntas cómo hacer que un perro no muerda a un gato o a otro perro. Y lo ideal es que puedas comenzar a socializar a tu cachorro a partir de su tercera semana de vida, presentándolo a otros perros, gatos, personas y estímulos, garantizando siempre que estas interacciones se den en un entorno seguro con animales desparasitados, vacunados y con buen estado de salud. No obstante, debes saber que también es posible socializar a un perro adulto, siempre aplicando el refuerzo positivo para estimular su aprendizaje y recompensarlo por su esfuerzo.
Así mismo, antes de decidir adoptar a un nuevo perro o a un gato para compartir la casa con tu perro, asegúrate de acondicionar correctamente el hogar y presentar correctamente tu perro a su nuevo compañero. Aquí en ExpertoAnimal, te enseñamos cómo presentar tu perro a un gato correctamente y también te contamos cómo favorecer la convivencia de un perro adulto y un cachorro. ¡No te pierdas estos consejos!
¿Cómo hacer que un perro no muerda a las personas?
En primer lugar, debemos resaltar nuevamente que la socialización es clave para evitar que un perro muerda a las personas y que adopte un comportamiento posesivo en relación a sus objetos, su comida o sus tutores. Pero para educar correctamente a tu peludo, también será fundamental enseñarle a acudir a la llamada y a pasear correctamente, además de presentarle las órdenes básicas de adiestramiento canino. Ello te permitirá estimular la mente de tu mejor amigo y disfrutar la compañía de un can obediente, evitando que se produzcan accidentes o momentos desagradables durante sus paseos o al recibir visitas en tu hogar.
Por otro lado, es igualmente importante que las personas que comparten el ambiente con un can aprendan a respetar la naturaleza canina y la personalidad de cada perro. Por ejemplo, a muchos peludos no les agradan los abrazos y los besos y ello no significa que no sepan convivir o demostrar afecto, sino que su forma de interactuar y demostrar afecto hacia otros individuos no incluye este tipo de conducta. Y si abrazamos a un perro que no está habituado a recibir este tipo de demostración, le ocasionaremos un elevado nivel de estrés y es muy probable que reaccione negativamente para lograr liberarse de esta sensación desagradable.
Entonces, como adultos racionales, debemos ser conscientes a la hora de interactuar con un perro y dejar que un niño lo haga, en especial si se trata de un can desconocido o callejero. Además, te recomendamos conocer nuestros consejos para evitar que un perro te muerda.
¿Qué hacer cuando un perro muerde a una persona?
Lo primero que necesitas saber es que no debes regañar a un perro que se muestra enfadado o que ha mordido a una persona. El castigo es uno de los métodos contraproducentes que jamás debemos emplear en la educación de un can, ya que somete el animal a emociones negativas y puede conllevar a reacciones negativas. Si regañas a un perro enfadado o que ha mordido a una persona, solo estarás incrementando aún más la tensión de este contexto y podrás hacer que el perro reaccione nuevamente de forma defensiva, pudiendo lastimarte a ti o a los demás individuos que se encuentran en su entorno.
En esta situación, lo mejor que puedes hacer es mantener una posición neutral y actuar con tranquilidad, sin mirar al perro fijamente, hacer movimientos bruscos o cualquier gesto que pueda resultar amenazador para él. Una vez que el perro haya desviado la mirada, entonces, podrás alejarte de forma tranquila, sin darle la espalda.
Si se trata de tu propio perro, te recomendamos consultar con un profesional experto en etología canina o con un educador canino. Estos profesionales te ayudarán a realizar sesiones de modificación de conducta y te explicarán las pautas a seguir teniendo en cuenta el caso concreto de tu peludo. Recuerda que no debes aplicar técnicas o métodos si no eres un especialista o si las pautas no están directamente aconsejadas por un profesional capacitado.
Si el perro pertenece a otra persona, puedes animarla a consultar dichos profesionales para ayudar a su peludo. Pero si se trata de un perro callejero o abandonado, lo ideal es ponerte en contacto con alguna protectora de animales o con las autoridades competentes en tu país para llevar a cabo el rescate del perro en condiciones seguras.
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