Consejos para enseñar a un gato a no morder

Consejos para enseñar a un gato a no morder

Los gatos son un cúmulo de virtudes. Son unos animales muy inteligentes, y, por lo general, muy cariñosos. No obstante, pueden presentar conductas poco agradables, como los mordiscos y arañazos con los que ciertos mininos nos obsequian mientras estamos jugando con ellos.

Aunque muchos cuidadores de gatos toleran estos cariñosos mordiscos, no hay que olvidar que este comportamiento puede acarrear situaciones incómodas con las visitas, más aún si hay niños implicados. Por eso, en este artículo de ExpertoAnimal, te damos algunos consejos para enseñar a un gato a no morder.

¿Por qué mi gato muerde?

En este artículo nos centraremos en los mordiscos proporcionados durante el juego, que son producto de la excitación que experimentan los gatos en este momento. A este fenómeno se le conoce también como agresividad por juego.

De todos modos, los gatos pueden presentar conductas agresivas frente a las personas que incluyen mordiscos por otros motivos. Repasaremos brevemente esas situaciones a continuación, para ayudarte a distinguir la agresividad por juego de otros problemas de conducta. Descubre a continuación por qué muerden los gatos para saber cómo enseñar a un gato a no morder:

  • Causas orgánicas: hay enfermedades que pueden desencadenar comportamientos agresivos en los felinos, como el virus de la inmunodeficiencia felina o el hipertiroidismo, por ejemplo. Se aconseja visitar a un veterinario para descartar procesos de este tipo antes de empezar a tratar este comportamiento como un problema de conducta.
  • Miedo: en ocasiones, los gatos pueden reaccionar de forma agresiva cuando se sienten amenazados. En estos casos, los gatos tienden a adoptar una postura claramente defensiva, colocándose de lado, arqueando el lomo y erizando el pelo. El miedo puede desarrollarse durante la etapa de socialización del gato cachoro, pero también pueden adquirir miedos en su etapa adulta, debido a experiencias traumáticas, por ejemplo.
  • Agresividad por juego: es de la que hablaremos en este artículo, y se diferencia claramente de los casos anteriores porque el gato muerde mientras está jugando con nosotros, o cuando intenta incitarnos a que juguemos y no muestra ningún otro signo de agresividad. Generalmente se da en gatos que, por lo demás no son agresivos ni miedosos, y no reaccionan de forma violenta en esas situaciones.
  • Otras causas de agresividad: la adopción prematura del gato, la falta de atención por parte de los cuidadores o la educación pueden ser también responsables de agresividad felina, sin olvidar el carácter propio de cada individuo.

A continuación, te damos algunos consejos de cómo enseñar a un gatito a no morder.

¿Cómo enseñar a un gato bebé a no morder?

Como en la mayoría de problemas de conducta, se obtienen mejores resultados si el problema se corrige de forma temprana, cuando el gato es un cachorro. Saber cómo educar a un gato pequeño no siempre es fácil y requiere tiempo y mucha paciencia.

De pequeños, los gatos son todavía más juguetones que en la edad adulta, y además es muy divertido jugar con ellos. Por otra parte, en esta etapa, sus mordiscos y arañazos son menos dolorosos que los de los gatos adultos.

En cualquier caso, aunque nos divierta el juego y no nos haga daño, debemos ser conscientes de que si no corregimos el problema ahora luego será más complicado de arreglar. ¿Cómo enseñar a un gato a no morder ni arañar? Se aconseja cortar el juego cuando el gatito nos muerda o arañe, utilizando alguno de los métodos que se describen más adelante, y nunca premiar o reforzar este comportamiento.

¿Cómo evitar que mi gato muerda?

Existen varias formas de cortar esta conducta, no obstante, algunas son más efectivas e indicadas que otra. Si quieres saber cómo enseñar a un gato adulto a no morder o qué hacer si tu gato de 2 meses muerde mucho, sigue leyendo:

Dejar de jugar con él cuando nos muerda o arañe

La mejor técnica, como suele ocurrir, es la más sencilla: dejar de jugar con él cuando nos muerda o arañe. Para esto basta con esconder las manos, por ejemplo en los bolsillos, e ignorarle. Para un gato juguetón, acabar con el juego es un castigo lo suficientemente severo y no suele ser necesario nada más.

Reforzar las conductas de juego tranquilas

Convertir un juego nervioso y agresivo en otro relajado y menos dañino es el objetivo que se debe perseguir. Es importante comprender que puede llevarnos tiempo enseñarle y que el gato lo entienda correctamente.

Recompensarle es también muy sencillo y positivo. Para ello debemos jugar con el gato y prestarle atención cuando esté relajado, no a mordiscos. Mediante la voz, las caricias o una golosina sabrosa podemos reforzar las conductas de juego tranquilas y positivas, algo que les ayuda a recordar mejor. Mediante el refuerzo positivo, existen más probabilidades de que el gato entienda y repita una conducta.

Evitar castigos físicos

Muchas personas, además, se preguntan cómo regañar a un gato cuando muerde. No obstante, los castigos físicos están altamente desaconsejados, ya que, además de desagradables, no se muestran eficaces y pueden ser muy perjudiciales pudiendo agravar la conducta.

Tomar a un gato por la piel de la nuca

Como hacen las madres con sus cachorros, es una buena forma para hacer que un gato se relaje. Incluso venden pinzas especiales, que no dañan la piel del animal, que se utilizan con este fin. No obstante, si tu felino no está acostumbrado a este tipo de ejercicio o ya es adulto, no te aconsejamos aplicar este método.

Usar la voz

Hay quien aconseja emitir un grito agudo o hacer sonar un silbato cuando el gato realiza esta conducta, basándose en que es una medida que se asemeja a las que adopta la madre cuando sus gatitos le muerden, que no es otra que dar un grito. Aunque en principio no está contraindicada, si se utilizan estas técnicas han de hacerse con cuidado y sin abusar de ellas, ya que podrían aumentar el estrés, la excitación y el nerviosismo del animal.

Basta con dar un pitido o un grito de dolor justo en el momento que el gato muerde, sin empezar a gritar o a hacer sonar el silbato incesantemente, poniendo de los nervios al gato, y, de paso, a los vecinos.

Jugar cada día juntos

Para ello se aconseja, en primer lugar, no descuidar el entretenimiento del minino, y si el tiempo lo permite, es altamente recomendable dedicar un tiempo todos los días a jugar con el animal, de entre diez y veinte minutos.

Puede ser interesante emplear juguetes tipo "caña de pescar" o similares para evitar que nos haga daño directamente a nosotros, además, de este modo podremos reforzarle siempre que lo deseemos. También conviene proporcionar al animal juguetes adecuados para mejorar su bienestar, como el kong o juguetes de inteligencia.

Ambiente

Como truco extra, podemos asegurarnos de mejorar el enriquecimiento ambiental del hogar e incluso hacer uso de feromonas sintéticas.

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