Consejos para un perro agresivo

Consejos para un perro agresivo

Quienes comparten vida con un perro saben cómo es de preocupante observar agresividad en él. Hasta hace poco las técnicas de adiestramiento afirmaban que la única forma de poder "dominar" a un perro era sometiéndolo. Afortunadamente esto ha cambiado para bien de los perros y de los dueños.

En muchas situaciones podemos observar perros "agresivos" (o reactivos), y la verdad pocas veces tiene que ver la dominancia con ello, estamos acostumbrados a leer que para que un perro nos respete y lo podamos enseñar debemos ser "los dominantes". La verdad es que no hace falta dominar a ningún perro para que nos haga caso. La clave está en la comunicación.

Ante todo, hemos de tener en cuenta que los perros son de una especie totalmente diferente a nosotros y tienen otra manera de ver el mundo. En este artículo de ExpertoAnimal te explicaremos todo lo que necesitas saber acerca de la agresividad canina y te daremos los mejores consejos para un perro agresivo.

¿Por qué son agresivos los perros?

Probablemente te parecerá extraño hablar de supervivencia considerando que tu perro no tiene que hacer ningún esfuerzo por sobrevivir. No obstante, debes recordar que la vida de un perro es mucho menos estimulante que la nuestra. Para él un plato de comida o una cama pueden ser un mundo. ¿Qué significa supervivencia para un perro?

  • alimentación
  • evitar la depredación
  • reproducción
  • territorio

Los perros pueden ser agresivos con las personas, otros perros o el entorno en diversas ocasiones. Especialmente si no han aprendido a inhibir su mordida, pueden tener más predisposición a morder. Las situaciones más habituales se producen cuando invadimos algo que el perro considera "suyo" o especialmente de su agrado.

El perro puede morder para proteger su territorio (cama, cojines, lugar de reposo) o para proteger su alimento. Esto recibe el nombre de protección de recursos. No obstante, el perro también puede morder al ser agredido o manipulado de forma incorrecta. En este caso se trataría de una defensa natural del perro.

Por otro lado, los perros también pueden ser agresivos con otros de su misma especie: el miedo, la inseguridad o las hembras en celo pueden provocar una reacción negativa en tu perro, que responde con hostilidad.

Todas estas reacciones pueden darse en personas o perros, dependerá del perro y de la educación recibida hasta ahora. A continuación te detallaremos algunos de los problemas más habituales y te daremos consejos útiles para prevenir una agresión o saber cómo actuar ante ella.

Agresividad con las personas

Protección de recursos

La protección de recursos suele aparecer relacionada con la cama, la comida o los juguetes del perro. El can suele mostrar una actitud hostil cuando nos acercamos a uno de estos objetos, gruñendo para alertar y mordiendo si nos sobrepasamos.

Este tipo de comportamiento es difícil de modificar una vez ya está arraigado en el perro. Lo ideal en estos casos es trabajar para que el perro comprenda que no pretendemos quitarle sus objetos más preciados utilizando el refuerzo positivo.

Para que nuestro perro deje de comportarse agresivo cuando tiene cerca sus posesiones deberás:

  • El sistema con la comida es el más sencillo de trabajar: el perro suele proteger sus recursos por miedo a que se los quitemos, por ese motivo le ofreceremos golosinas o snacks directamente desde la mano (también podemos tirárselos al suelo) y le daremos de comer una o dos veces al día en las que el perro presencie que somos nosotros quien le ofrecemos la comida. Puedes, por ejemplo, acercarte a su plato de pienso cuando esta comiendo con una pequeña cantidad extra de alimento. De esta forma, el perro comprende que eres tu quien le proporciona la comida y deja de actuar de ese modo.
  • Para lidiar con los demás objetos tenemos que aplicar otra técnica. En este caso debemos mantener una actitud relajada y respetuosa con el animal. No debemos forzarle a ofrecernos su juguete favorito si no lo desea, más bien debemos propiciar que él nos lo ofrezca (o que al menos lo suelte). Para resolver esta situación necesitamos un alimento mucho más apetitoso que la necesidad del perro de proteger un determinado recurso. Los pedacitos de frankfurt suelen funcionar de maravilla.

    Para ello vamos a acercarnos al perro cuando esté con su juguete o en su cama. Déjale olisquear el frankfurt y cuando suelte el juguete o nos permita acercarnos a su cama, ofréceselo. Después nos retiraremos o le devolveremos el juguete. ¿Qué estamos haciendo? Nos estamos comunicando con el perro indicándole que debe estar tranquilo y relajado y que no intentamos quitarle nada. Devolverle el juguete le ayuda a entender que no pretendemos quitarle nada.

Lo ideal en la protección de recursos es ser pacientes e intentar no dominar a nuestro perro. Precisamente este tipo de comportamiento propicia una actitud hostil y agresiva en nuestro mejor amigo, evitémosla.

Agresividad redirigida

La agresividad redirigida suele producirse cuando el perro, ante el estrés o un momento de miedo importante, intenta morder al estímulo causante de esa situación. Al no poder hacerlo, muerde de forma inconsciente aquello que tiene alrededor, probablemente tu pierna.

Este tipo de acto es más habitual de lo que uno piensa y está relacionado directamente con el bienestar animal. Propiciar una vida digna y de calidad a nuestro mejor amigo es fundamental para evitar estas situaciones. Por otro lado, ante perros con graves problemas emocionales, recomendamos reducir drásticamente su exposición a los miedos e intentar fomentar tranquilidad.

Agresividad por miedo

Si agredimos o manipulamos a nuestro perro de forma incorrecta es totalmente comprensible que el animal se muestre irritado e incluso asustado. No obstante, que muerda directamente, es una clara evidencia de que el animal no ha sido educado en la inhibición de la mordida y por ende es un aspecto que debemos trabajar. Mantener una actitud positiva, respetuosa y entender la personalidad de nuestro perro es fundamental. Para ello recomendamos acudir a un educador canino que nos de las pautas apropiadas para nuestro caso.

Por otro lado, existe el miedo de los perros que no san sido socializados adecuadamente. El problema principal es que en su etapa de cachorros no se habituaron completamente al contacto con las personas. Entonces es cuando surje el miedo y las muestras de agresividad. Es un comportamiento que debe ser tratado por un etólogo. Este tipo de situaciones pueden ser muy graves, debemos asegurarnos de que nuestro perro está seguro y de que las otras personas también. El uso de bozal si fuese necesario en los paseos es recomendado.

Agresividad a los objetos y/o entorno

En sus primeros meses de vida el perro empieza su proceso de socialización. En esta etapa, el cachorro aprende a identificar los objetos y lugares que se encontrará en su día a día: muebles, parques, bicicletas, coches... Enseñarle a conocer estos elementos es imprescindible para que en un futuro no sufra miedo.

No obstante, ya sea por una mala socialización u otras causas, el perro puede empezar a generar miedo por determinados objetos. Esto puede suceder en animales de edad muy avanzada o en perros que sufran problemas mentales.

Para solucionar esta situación sería ideal contactar con un etólogo o un educador canino que propiciara pautas para nuestro caso particular. No obstante existen algunos consejos para hacerlo mas llevadero:

  • Intenta evitar los estímulos que le provocan miedo en la medida de lo posible durante, al menos, 5 o 10 días. Intentaremos aliviar el estrés y la ansiedad del perro.
  • Para ello, pasea con tu perro a las horas de más tranquilidad del día y acude a parques o jardines que le proporcionen un nuevo entorno que investigar. Eso fomentará la relajación.
  • Porporciónale cuidados y cariño de forma constante. Encontrar en ti un mejor amigo será muy positivo para el perro.
  • Empieza a acercarte de lejos a los objetos o al lugar que le proporciona miedo. Siempre que se muestre tranquilo prémialo.
  • Sigue este proceso de forma gradual y sin ninguna presión. Debes permitir que el perro pueda sentirse o no cómodo. Aléjate si ves que tiene mucho miedo.
  • Practica la llamada de tu perro (u otras órdenes de obediencia) siempre que estés cerca de su miedo para que se distraiga y así se sienta más cómodo.

Los consejos mencionados anteriormente son una pequeña guía para propiciar relajación y bienestar en nuestro animal. Eso ayudará a que su percepción del entorno sea más positiva. Sin embargo, no olvides que la clave de este proceso es conocer cuál es su miedo y trabajar de forma diaria con premios y obediencia una actitud positiva. Los perros que tienen estas conductas muy arraigadas pueden tardar mucho tiempo en recuperarse, incluso algunos no lo harán nunca. Si tienes dudas para identificar su causa o no sabes cómo aplicar estos trucos no dudes en acudir a un profesional. Solamente él te dará consejos únicos para tu caso y en consecuencia del comportamiento de tu perro.

Agresividad a los otros perros

Enfermedad

Existen muchas causas que pueden propiciar una conducta agresiva pero antes de plantearnos otras causas, debemos observar a nuestro perro y valorar si éste sufre algún tipo de enfermedad. El dolor físico e incluso el estrés pueden hacer que un perro totalmente sociable cambie su carácter convirtiéndose en un can hostil. Acude al veterinario para descartar cualquier problema.

Protección de recursos

Al igual que sucede entre la relación perro y humano, el perro con una conducta posesiva con los juguetes, puede ser agresivo con otros perros cuando cree que le quitan sus posesiones. Debemos intentar evitar las situaciones competitivas para que no puedan surgir conflictos entre los perros. Traer varias pelotas al parque o jugar solamente en privado puede ser de gran ayuda.

Trabajar la protección de recursos de un perro con otros es complicado y debe realizarse por un profesional. Podemos alentar la conducta natural del perro premiando las actitudes que nos agraden.

Agresividad por miedo

La agresividad o un comportamiento asocial suelen tener siempre una causa, en este caso podemos hablar de miedo si estamos ante un perro que no ha sido socializado, maltratado o que ha sido víctima del sparring, por ejemplo.

Si no le hemos enseñado a nuestro perro desde cachorro cómo es el mundo exterior, probablemente sufrirá miedo. También ocurre con perros maltratados y que han tenido experiencias traumatizantes en su vida.

Muchas personas que tienen un perro adoptado miedoso pasan por esta situación. Debemos intentar que el perro se sienta cómodo y tranquilo, aliviando sus niveles de estrés, y nunca le vamos a forzar a interactuar si no quiere. Premiar las conductas sociales aunque se trate simplemente de permanecer cerca de otro perro sin ladrar puede ser de gran ayuda. Acudir a un profesional etólogo para unas pautas apropiadas para nuestro caso será muy útil.

Agresividad por factores hormonales

Las perras en celo y un exceso de machos son un combinado muy peligroso que sin duda puede acabar en pelea si se da el caso. No obstante, este no es el único factor hormonal que puede hacer que nuestro perro se vuelva agresivo: los conflictos entre perros de mismo y distinto sexo pueden ocurrir por muchas causas distintas. Descubre en ExpertoAnimal las ventajas de esterilizar a un perro.

Defensa territorial

Los perros son animales de costumbres y de territorio. Probablemente te habrá ocurrido alguna vez: encontrarte con tu perro en el pipi-can y que este ladre sin parar a todos los perros que se encuentran fuera de él. Es totalmente normal. Los perros tienen un fuerte instinto territorial, especialmente aquellos que no están castrados y que además sufren miedo u otros problemas.

Este tipo de comportamiento es muy complicado de tratar ya que, una vez adquirido, suele ser muy complicado de evitar. Por un lado existen perros que al encontrarse en el mismo recinto (aunque hasta hace 5 minutos se ladraran) se llevan bien, otros no. Este segundo grupo debe ser tratado con paciencia, refuerzo positivo y lo ideal sería que también por un profesional.

Agresividad por maternidad

Las madres primerizas suelen desarrollar una conducta hostil después del parto, especialmente si se encuentran sus cachorros cerca. Evita este tipo de situación.

Otras

Existen infinidad de causas que podrían explicar la agresividad de un perro, aquí os dejamos con algunas más:

  • Conductas aprendidas: Algunos perros no pueden evitar ser agresivos si es una conducta que les han enseñado desde su más tierna infancia. Este tipo de aprendizaje es el más difícil de erradicar de todos, sin embargo, con paciencia y cariño, reforzando las conductas que nos gusten y propiciando bienestar animal, puede hacerse. Consulta con el especialista.
  • Por juego: Algunas personas se sobresaltan cuando sus perros, jugando, se muestran los dientes y tienen conductas de "lucha" entre sí. Recuerda que el perro es un animal social y que los gruñidos forman parte de su comunicación natural. Estate atento a sus acciones para evitar una pelea pero no te preocupes en exceso.
  • Predatoria: Cuando un perro intenta cazar a otro perro debemos acudir seriamente al especialista. Suele producirse en casos de hambruna o de conductas aprendidas muy arraigadas. Pon un bozal a tu perro y asegúrate que tomas las medidas de seguridad pertinentes. Como te hemos sugerido antes, es de vital importancia que acudas a un profesional, este tipo de conducta puede derivar en conductas mucho más graves.

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