Cuidados de una ardilla

Cuidados de una ardilla

Los cuidados de una ardilla deben ser constantes y especiales, por este motivo, si dudas entre adoptar o no a este maravilloso animal, este artículo te va a ayudar. No es una mascota que debería permanecer en un hogar, aún así existen.

Las ardillas son unas mascotas encantadoras dada su vivacidad y su pequeño tamaño. Pero todas las especies de ardillas precisan de unos cuidados específicos. Son animales frágiles y delicados. Sigue leyendo estos consejos de ExpertoAnimal.

Cuidado principal de la ardilla doméstica

El principal cuidado con una ardilla doméstica es no manipularla en exceso. Detestan que las cojan y mucho menos que las achuchen como si se tratase de un perro o un gato. Incluso pueden quedarse sin cola si se las agarra por ahí. Es un apéndice muy frágil.

Por lo tanto no son animales recomendables para interactuar con niños. Son animales asustadizos que se estresan fácilmente. Debemos proporcionar a la ardilla un clima tranquilo y relajado.

Hábitat idóneo para vuestra ardilla

La ardilla no solo necesita una jaula grande, necesita una jaula muy grande y limpia, esta sera la premisa que indique un buen lugar para vuestra ardilla. La jaula debe hallarse en un entorno silencioso que no estrese al animal y no le dé directamente la luz solar, pero que tampoco sea oscuro.

Si no la tenéis perfectamente amaestrada - y no es fácil su adiestramiento- no debéis dejarla suelta por la casa. Lo más probable es que huya y se esconda. Cuando la ardilla esté suficientemente adiestrada podréis soltarla por lugares controlados de vuestra casa. Como todos los animales, las ardillas congenian más con las personas que las alimentan y les proporcionan ternura.

Hábitos de las ardillas domésticas

Los hábitos de las ardillas domésticas comportan bastante trabajo para sus cuidadores. Cuando se las suelta por casa hay que controlarlas permanentemente. Esparcen comida y excrementos por el suelo y sobre los muebles. Marcan con orina el territorio que exploran y no son animales demasiado afectuosos por instinto.

A sus cuidadores les debe satisfacer la mera contemplación de las reacciones del animal, ya que prácticamente no empatizan con los humanos.

Peligros evitables

Las ardillas domésticas no deben convivir ni con perros ni con gatos. Los loros tampoco son compañeros recomendables. Los conejos, cobayas y hámsters son compatibles con las ardillas domésticas.

Los niños son los seres vivos más peligrosos que padecen las ardillas.

Las plantas tóxicas deben alejarse de su presencia, y las que no lo son, también. Las plantas sufrirán bajo los afilados dientes si se las deja al alcance de las ágiles ardillas.

Alimentación de las ardillas domésticas

En las tiendas de animales venden alimentos específicos y ya preparados para las ardillas. La ardilla consume diversos tipos de frutos secos y bayas: nueces, cacahuetes, bellotas, etc. También consumen gusanos y pequeños insectos, como por ejemplo: grillos o gusanos de la harina.

Vuestro veterinario os recomendará la alimentación más idónea para vuestra ardilla y las vacunas correspondientes que debemos suministrarle. Haz caso y sigue los consejos del experto.

Convivencia entre individuos de la misma especie

Las ardillas domésticas no conviven bien con otros ejemplares, aunque sean de su misma camada. No comparten los alimentos ni tampoco les agrada compartir su jaula, o incluso el espacio hogareño. Son muy territoriales. En el caso de tener más de una ardilla deberéis tenerlas en jaulas separadas y dejarlas pasear a horas distintas.

Son animales diurnos y de noche precisan dormir en lugares recogidos y sin ruidos ni luces. Durante sus paseos se muestran muy activas, y ahí reside uno de los encantos de su observación.

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