Cuando hablamos de la tortuga de orejas amarillas nos referimos a una especie en concreto cuya denominación es Trachemys scripta scripta. Su nombre popular es debido a su apariencia, al tratarse de una tortuga que presenta una coloración oscura pero que posee líneas amarillas en la cola, las patas y la cara.
A lo largo de su vida experimentará un crecimiento que puede acabar con un caparazón que alcance los 40 centímetros de longitud, siendo en general las hembras más grandes que los machos, por lo tanto, debemos tener en cuenta este factor antes de acoger a un animal de estas características. Es posible tener a esta tortuga en cautividad, no obstante, esta es una gran responsabilidad, es por ello que en este artículo de ExpertoAnimal te hablamos de los cuidados óptimos para una tortuga de orejas amarillas.
El hábitat de la tortuga de orejas amarillas
Para saber cuidar adecuadamente a una tortuga de orejas amarillas es necesario en primer lugar comprender cuál es su hábitat cuando se encuentran en libertad.
La tortuga de orejas amarillas es en esencia una tortuga de agua dulce que disfruta permaneciendo en ríos lentos, lagos, estanques, pantanos o balsas, adaptándose prácticamente a cualquier medio acuático; incluso pueden tolerar ligeramente el agua salada, aunque no es lo idóneo. Evidentemente, también disfrutan de la exposición al sol, situándose sobre los bancos de arena o sobre cualquier estructura que se lo permita.
Como veremos a continuación, las condiciones del hábitat natural de estas tortugas permiten que las mismas puedan adaptarse sin problema alguno al clima de España, y cuando hablamos de aquellas especies procedentes de Centroamérica, las mismas también se adaptan bien a las condiciones climáticas que ofrecen estas zonas.
¿Qué necesita una tortuga de orejas amarillas para vivir en cautividad?
Para acoger a una tortuga de estas características en nuestro hogar es imprescindible contar con un acuario bastante amplio, con una capacidad mínima de 290 litros, y cuya profundidad mínima sea de 40-60 cm para que así la tortuga pueda nadar.
Por otro lado, la temperatura del agua es importante y debe mantenerse durante todo el año entre 25 y 35 ºC, aunque en invierno debe situarse por debajo de los 20 grados para facilitar la hibernación de la tortuga de orejas amarillas. La excepción la encontramos en las crías menores de un año, las cuales aún no hibernarán. En este caso el acuario debe mantenerse durante el invierno a una temperatura no menor a los 24 ºC. Igualmente importante es el pH del agua, el cual debe encontrarse entre el 5 y el 8, nunca por debajo del 5.
Lo ideal es mantenerlas todo el año en el exterior del hogar, ya que como mencionábamos se adaptan perfectamente a nuestra climatología. Además, con un acuario adecuado, con rocas y superficies de distintos niveles que simulen su hábitat natural, una buena alimentación y la suficiente exposición al sol, crecen de forma adecuada y sin problemas de salud. En este sentido, es importante facilitar a la tortuga rampas que le permita acceder al agua y a la zona terrestre sin ningún tipo de dificultad. Así mismo, la parte terrestre puede estar compuesta por plantas y pequeños árboles, aunque es recomendable dejar una zona sin nada de vegetación para que la tortuga pueda tomar el sol.
En cuanto al enriquecimiento del agua del estanque o acuario, podemos incorporar tanto plantas flotantes, como nenúfares, como otras de fondo, como algún tipo de alga. No obstante, lo más probable es que la tortuga acabe devorándolas. En lo referente a la arena, no es aconsejable añadir tierra abonada para plantas ni grava en el fondo, lo ideal es optar por tierra o arena común.
¿Cada cuánto cambiar el agua de la tortuga de orejas amarillas?
Si disponemos de filtro y aspirador de fondos, el agua puede aguantar de dos a tres meses. Si no contamos con estas herramientas, nos veremos obligados a cambiar el agua de la tortuga cada tres días, puesto que tienden a orinar y defecar en abundancia.
El confinamiento en acuarios pequeños, completamente cerrados y sin libertad de movimiento ni exposición al sol está totalmente contraindicado cuando de cuidados óptimos para la tortuga de orejas amarilla se trata. Con ello, el animal desarrollará problemas de salud que podrán acabar, incluso, con su vida.
La alimentación de la tortuga de orejas amarillas
La alimentación va a ser parte fundamental de los cuidados que debe recibir esta tortuga, cuya dieta en libertad es omnívora, formada tanto por elementos vegetales como animales.
La base de la dieta de la tortuga de orejas amarillas puede ser un pienso específico, no obstante deberá complementarse con alimentos de origen animal tales como caracoles, insectos, babosas, peces, renacuajos o incluso carne y pescado, como atún, salmón, hígado de ternera, bacalao, pollo, pavo o cerdo. No introducir estos alimentos en su dieta, puede suponer una deficiencia de vitaminas y proteínas, puesto que el pienso comercial y las gambas secas no cubren todas sus necesidades nutricionales. Los alimentos vivos se deben incorporar al acuario para que ellas solas acudan a cazarlos. Los fiambres, en cambio, se pueden triturar y elaborar como una especie de papilla con ellos.
Por otro lado, las tortugas de orejas amarillas deben mantener un aporte vegetal en la dieta y, para ello, lo más recomendable es incluir plantas acuáticas en el estanque, las cuales ayudarán a depurar el agua y la tortuga podrá acudir a ellas cuando le apetezca comérselas. Para mantener este aporte vegetal también se les puede ofrecer algún tipo de fruta y verdura, como acelgas, guisantes, plátano, melón o sandía. No recomendamos ofrecer lechuga, puesto que presentan dificultades para digerirla.
Es importante mencionar que las tortugas de orejas amarillas necesitan recibir un aporte extra de calcio. Para ello, podemos optar por alimentos ricos en calcio, como los ya mencionados, o adquirir suplementos de calcio especiales para tortugas. ¿Por qué es tan importante el calcio? Muy sencillo, porque ayuda a fortalecer tanto el caparazón como los huesos de estos animales.
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