Cuidados del perro labrador

Cuidados del perro labrador

El perro labrador es una de las razas caninas más populares del mundo debido a su gran inteligencia y carácter afectuoso con las familias con las cuales convive. Sin embargo, debido a sus condiciones físicas y temperamento, deberemos obligarnos a ser responsables para poder proporcionarle los cuidados adecuados para esta noble raza.

Continúa la lectura de este post, ya que en él ExpertoAnimal te relatará los cuidados del perro labrador más perentorios.

Cuidados básicos y de salud del perro labrador retriever

Un cuidado básico obligado que debemos tener con nuestro perro labrador al adoptarlo, será la ineludible primera visita al veterinario para revisarlo y aplicarle todas las vacunas correspondientes. El veterinario también le colocará el chip identificatorio, tal como marca la ley.

Es conveniente realizar un par de visitas anuales al veterinario para realizar un seguimiento correcto del can y detectar a tiempo desviaciones de peso y relativas a su salud.

Alimentación del labrador retriever

El perro labrador siempre debe comer de forma suficiente, pero frugal. Esta raza tiene tendencia a engordar, por lo cual deberemos acostumbrarlo a comer a unas horas determinadas, y una vez pasado el tiempo adecuado retirarle el comedero.

El veterinario debe marcaros las pautas correctas de alimentación, y en el caso que el labrador engorde es probable que le recete pienso bajo en calorías. No debemos darle las sobras de la comida humana, ni tampoco un exceso de golosinas.

Si tu labrador retriever tiene un peso por encima de lo normal no dudes en visitar nuestro artículo acerca de cómo hacer que tu perro adelgace y los diferentes ejercicios para perros obesos que puedes animarle a practicar.

Ejercicio para perros labradores

El perro labrador necesita realizar de forma cotidiana ejercicio suficiente, ya que mentalmente necesita un nivel adecuado de actividad para no caer en el aburrimiento. Es uno de los cuidados del perro labrador más importantes a tener en cuenta.

Debemos enseñarle a perseguir y devolver la pelota, juego que le entusiasma y se presta de buen grado a practicar de forma diaria.

Si seguimos correctamente las pautas alimenticias y de ejercicio, el perro labrador podrá convivir con nosotros en un piso de escasas dimensiones. Por supuesto que una casa con jardín por el cual el perro pudiese corretear sería lo ideal. Es un perro que disfrutará enormemente al ejercitarse con nosotros montados en bicicleta, ejercicio que le obligue a un trote suave.

Socialización del labrador

El perro labrador desde cachorro precisa de una correcta socialización para que aprenda a relacionarse correctamente con mascotas y perros. Si el labrador se socializa correctamente, se convertirá en una mascota extraordinaria con los niños. Colaborando incansable y paciente en sus juegos.

No es una raza adecuada como perro guardián, aunque sí que tiene un moderado instinto de guardia que en un momento determinado le empujará a defendernos de cualquier agresión.

El labrador es un perro de cobro, por consiguiente se le debe enseñar a traer cosas, una actividad con la que disfrutará enormemente. Puede iniciarse trayendo la pelota lanzada por nosotros, para más adelante enseñarle a traer las zapatillas el periódico u otros utensilios que pueda trasportar sin riesgo. No se le debe enseñar ni a coser ni a planchar.

Cómo comunicarnos con el perro labrador

El perro labrador es un can fácil de educar debido a su buen talante, sin embargo tiene un punto delicado que tendremos presente siempre: no soporta ni los gritos ni los malos tratos.

Debemos ser una guía para el perro y acostumbrarlo a acatar todas nuestras órdenes, pero con insistente paciencia. Ya que si perdemos los estribos e incurrimos en el gran error de gritarle, de inmediato el labrador perderá la confianza en nosotros y no nos obedecerá; mostrándose muy díscolo y retomando los hábitos destructivos de su infancia.

Una característica del perro labrador cachorro es que es bastante destructivo durante su etapa de cachorro y "adolescencia". Periodo juvenil que se alarga más que entre otras razas.

Zapatillas, juguetes infantiles y otros objetos diseminados por el hogar deben salvaguardarse del hábito investigador del labrador, cuya investigación suele reducirse a un completo desmenuzamiento del interesante elemento a investigar. Estos reiterados y concienzudos desmenuzamientos, frecuentemente se coronan con la ingestión de algún trocito (o todos los trozos) de la cosa investigada. Obviamente los dolores de barriga son frecuentes.

Una receta que me recomendó el veterinario cuando mi galgo afgano Naím en su época juvenil se comió una cuchara grande de madera (que al parecer, aún conservaba el apetitoso aroma de los guisos), logrando llenarse de punzantes astillas el estómago, fue la siguiente:

"Preparar en un bol una masa compuesta por puré de patata y una buena cantidad de algodón farmacéutico. Se mezclaba bien toda la masa que debía quedar pastosa, y se le daba al perro en pequeñas cantidades no excesivamente espaciadas."

Los filamentos del algodón, arrancaron las astillas del estómago y todo ello siguió su curso natural. Al cabo de un par de días Naím estaba tan campante, pero con una enorme aversión hacia las cucharas de madera.

Alimentación del perro labrador

Ya hemos comentado la tendencia a la obesidad del perro labrador. Esto significa que siempre deberemos supervisar su alimentación. Si el perro o la perra fueran castrados o esterilizados, será necesario alimentarlos con pienso específico para esta circunstancia. Al llegar a la ancianidad será preciso alimentarlo con pienso para perros "abuelos".

Retomando el tema sobre la ingesta de objetos extraños o levemente tóxicos, os contaré un truco que me recomendó en su día el veterinario tras consultarlo telefónicamente. Puesto que mi inefable galgo afgano Naím se había zampado una bonita barca de plastilina que mi hija había realizado como trabajo escolar. El veterinario me dijo:

"Agarrar un puñado de sal de cocina. Abrirle la boca al perro. Arrojar la sal al interior de la garganta. Cerrarle la boca, impidiendo que la abra durante unos 10 o 12 segundos. Dejar al perro tranquilo. Llenar un bol de agua."

Esta acción le produce una especie de lavado de estómago instantáneo al perro, ya que vomita de inmediato todo el contenido estomacal. Durante unos minutos el perro queda hecho polvo, pero se recupera pronto. Si no se realiza de inmediato esta drástica acción, el perro puede intoxicarse y peligrar su vida. Esto solo se efectuará cuando detectemos que nuestro perro ha ingerido algún objeto muy recientemente y aún no se ha iniciado el proceso de digestión, pudiendo lograr que vomite el elemento ingerido. Si ya hace rato de la ingesta, mejor llamar al veterinario para pedirle consejo.

Como la mayoría de razas de tamaño grande, los perros labradores pueden sufrir displasia de cadera. Otro motivo más para no permitir que se engorden. Su vida media es de 10 a 12 años.

Cuidados del manto del perro labrador

El perro labrador tiene un manto muy fácil de cuidar. Un buen cepillado 2 o 3 veces por semana mantendrá bien su bello pelaje. Si lo cepillamos cada día durante 5 minutos, el perro estará impoluto y además le causaremos un efecto muy beneficioso mentalmente, ya que son perros muy emocionales, y necesitan sentir sobre sí las atenciones de sus cuidadores.

Incluso hay perros labradores que se ponen algo pesados al solicitar un elevado nivel de atención.

El baño lo realizaremos de forma mensual aproximadamente o cuando el perro esté realmente sucio. A diferencia de otras razas, el labrador posee un manto muy resistente que no se resentirá demasiado con el contacto con el agua como puede ocurrir con otras razas.

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