Falta de apetito en perros mayores - Causas y qué hacer

Falta de apetito en perros mayores - Causas y qué hacer

La disminución del apetito (hiporexia) o la ausencia total de apetito (anorexia) es un signo clínico que puede aparecer con relativa frecuencia en los perros mayores. Los motivos pueden ser múltiples e incluyen desde causas patológicas hasta alteraciones del comportamiento. Independientemente del origen, es importante seguir las estrategias adecuadas para corregir la falta de apetito en estos animales.

Si te estás preguntando por qué tu perro anciano no quiere comer y qué hacer al respecto, en este artículo de ExpertoAnimal hablamos de las causas de la falta de apetito en perros mayores y qué hacer en cada caso.

Causas patológicas de la falta de apetito en perros mayores

Existen una gran variedad de enfermedades que pueden producir la pérdida total (anorexia) o parcial (hiporexia) del apetito. No obstante, algunas de ellas son especialmente frecuentes en los perros ancianos:

  • Enfermedad renal crónica (ERC): los perros con enfermedad renal crónica, también conocida como insuficiencia renal crónica, suelen presentar anorexia como consecuencia de la uremia (acúmulo de toxinas urémicas en sangre) y la anemia. Este debe ser uno de los primeros diagnósticos diferenciales a considerar en perros ancianos con falta de apetito.
  • Tumores: el cáncer es una enfermedad geriátrica que presenta una incidencia especialmente alta en los perros de entre 7 y 12 años de edad. Algunos tumores pueden producir signos inespecíficos como anorexia y pérdida de peso, por lo que uno de los diagnósticos diferenciales que se deben considerar ante la delgadez en perros mayores y que, además, presentan falta de apetito son los tumores.
  • Patologías digestivas: cualquier enfermedad que afecte al tracto gastrointestinal puede reducir el apetito. En el caso concreto de los perros mayores, una de las principales causas de anorexia o hiporexia son las alteraciones a nivel de la cavidad oral, especialmente la enfermedad periodontal, gingivitis y pérdida de piezas dentarias.
  • Patologías hepatobiliares: los primeros signos que se observan en enfermedades hepáticas, como la hepatitis crónica, son signos inespecíficos como la anorexia.
  • Patologías endocrinas: en los perros ancianos una de las patologías endocrinas más frecuentes que producen una reducción del apetito es el hiperparatiroidismo.

Además de estas causas, se debe tener en cuenta que cualquier proceso que cause dolor o malestar puede producir anorexia en perros ancianos. Por ello, en perros geriátricos con falta de apetito es especialmente importante valorar la existencia de procesos dolorosos, sobre todo aquellos que afecten a las articulaciones, al raquis o al sistema musculoesquelético.

Causas farmacológicas de la falta de apetito en perros ancianos

Es frecuente que los perros ancianos presenten patologías crónicas que requieran tratamientos farmacológicos. Algunos de ellos, como los AINEs (Antiinflamatorios No Esteroideos), la amiodarona, el metimazol o los acidificantes urinarios, pueden originar anorexia como efecto secundario.

Dentro de este grupo también debemos considerar los tratamientos quimioterápicos. Los fármacos antitumorales no solo actúan frente a las células cancerígenas, sino también frente a las células sanas de los tejidos corporales que se multiplican activamente, como es el caso del epitelio gastrointestinal. Esto hace que los fármacos quimioterápicos ocasionen toxicidad gastrointestinal y originen anorexia.

Trastornos que producen pérdida de apetito en perros mayores

Existen una serie de causas externas o ambientales que pueden originar trastornos en los hábitos alimenticios de los perros, especialmente cuando son mayores. Las causas más habituales son:

  • Soledad o separación de sus cuidadores.
  • Pérdida de sus compañeros o sus tutores.
  • Cambios de rutina, incluyendo cambios de horario o de residencia.
  • Nuevos animales en el hogar, que ocasionan cambios en la estructura social.

¿Qué hacer si mi perro anciano no tiene apetito?

En ocasiones, los cuidadores de perros mayores acuden a la consulta de su veterinario/a preguntándose por qué su perro anciano no come o por qué ya no quiere comer. Como hemos explicado en el apartado anterior, las causas que pueden falta de apetito en perros viejos, tanto hiporexia como anorexia, son múltiples e incluyen desde causas patológicas hasta causas externas que originan trastornos en los hábitos alimenticios. Por ello, siempre que detectes una disminución del apetito en tu perro, es importante que acudas a tu veterinario/a para que pueda establecer un protocolo diagnóstico y detectar la causa del problema.

En función de la causa que esté originando la hiporexia o anorexia, se podrán seguir distintas estrategias para tratar de mejorar el apetito de los perros ancianos:

  • Cuando la causa de la hiporexia o anorexia sea patológica, será necesario instaurar un tratamiento específico frente a la patología primaria que está originando la falta de apetito.
  • Cuando existan causas externas o ambientales que alteren los hábitos alimenticios, se debe realizar una terapia conductual para intentar corregir las alteraciones comportamentales del animal. Entre otras cosas, se debe respetar un horario de comidas, asociar la comida a un momento agradable (por ejemplo, después de un paseo o cuando los cuidadores lleguen a casa) y recompensar al animal con caricias y buenas palabras cuando coma bien para conseguir así un refuerzo positivo. No obstante, en estos casos la mejor estrategia es la prevención. Evitar los cambios bruscos en su rutina, tratando de realizar los cambios de forma gradual y con tiempo suficiente, serán la mejor alternativa para que el animal se adapte a la nueva situación sin sufrir desequilibrios en sus hábitos alimenticios.

¿Cómo abrir el apetito en perros mayores?

Independientemente de la causa que origine la pérdida de apetito, se pueden emplear otras estrategias de forma complementaria para intentar mejorar el apetito de los perros mayores:

  • Ofrecer comida húmeda o semihúmeda: este tipo de alimentos facilitan la masticación al ser blandos y, además, tienden a desprender un aroma mucho mayor que, por ejemplo el pienso. Son las llamadas "latas de comida húmeda" o "potitos", y las encontramos también formuladas para perros de edad avanzada, por lo que si buscas potitos para perros ancianos, deberás fijarte en que se especifique la edad, así como garantizar que los ingredientes usados sean de calidad y naturales. En caso de que alimentes a tu perro con pienso seco, puedes humedecer la comida con agua o caldo de pollo, de carne o de verduras (siempre sin sal). Aunque es una buena alternativa en todos los perros con falta de apetito, será especialmente efectiva en los animales con alteraciones a nivel de la cavidad oral.
  • Ofrecer comida caliente: en caso de que suelas aportar una ración casera, puedes probar a ofrecérsela caliente. En caso de que emplees una dieta basada en pienso seco, puedes optar por humedecerla con agua o caldo caliente.
  • Ofrecer alimentos para perros senior: en el mercado existen piensos especialmente formulados para perros ancianos, los cuales no solo están adaptados a sus necesidades nutricionales, sino que también presentan una alta palatabilidad, lo que consigue estimular su apetito. Así mismo, hoy en día encontramos otros tipos de comida diseñados también para perros ancianos, tales como comida deshidratada e incluso comida casera envasada al vacío.

Claves para adaptar la alimentación de un perro anciano y estimular su apetito

La edad a la que los perros alcanzan la senilidad varía en función de las razas. Como norma general, las razas grandes y gigantes la alcanzan a los 6-7 años, las medianas a los 8-10 y las pequeñas a los 11-13. En esta etapa de su vida, los perros tienen unas necesidades específicas, lo que hace imprescindible la adaptación de su alimentación a sus nuevos requerimientos.

En el caso de que alimentes a tu perro con un pienso comercial, es recomendable que cuando alcance la senilidad empieces a aportar un pienso senior, es decir, un pienso especialmente diseñado para perros ancianos. En estos casos, es importante que realices el cambio de alimentación de forma progresiva para evitar así alteraciones a nivel de su aparato digestivo.

Por el contrario, si habitualmente alimentas a tu perro a base de una ración casera, es importante que adaptes su dieta teniendo en cuenta una serie de factores. A continuación, explicamos los principales factores que se deben tener en cuenta a la hora de diseñar la dieta de los perros ancianos:

  • Menor concentración energética: los perros mayores disminuyen su actividad física y producen una menor cantidad de hormona del crecimiento. Esto conlleva una reducción de masa muscular, de su peso corporal y de su metabolismo basal, lo que requiere una reducción de la concentración energética de su dieta. Es importante no confundir la reducción de la concentración energética de la comida con la reducción de la cantidad de alimento. La cantidad de comida que se debe aportar es la misma, pero este debe tener una menor densidad energética.
  • Dietas más palatables: con la edad, la sensibilidad del olfato y el gusto suele disminuir, por lo que es importante formular raciones especialmente palatables y sabrosas para estimular su apetito.
  • Textura: en los perros con alteraciones en la cavidad oral puede resultar necesario cambiar el pienso seco por alimentación húmeda, semihúmeda o casera. De esta manera, conseguiremos facilitar la presión y masticación del alimento y reducir el dolor asociado a la masticación de un alimento seco y duro.
  • Aumentar las tomas: en los perros mayores es recomendable aportar varias comidas al día, aunque sin incrementar el volumen total de alimento. Es decir, lo adecuado es repartir la cantidad de comida total en varias tomas al día para así evitar la sobrecarga de su aparato digestivo. Por ejemplo, si habitualmente repartías la ración diaria en dos tomas, es recomendable que cuando tu perro se haga mayor la repartas en tres tomas.
  • Mantener niveles moderados de proteínas: el nivel de proteína de la dieta debe ser moderado, pero es importante que sean proteínas de alto valor biológico y de alta digestibilidad, ya que estos animales tienen una peor utilización de nutrientes.
  • Aporte adecuado de ácidos grasos esenciales: en esta etapa es especialmente importante garantizar un buen aporte de ácidos grasos esenciales, ya que los perros geriátricos presentan menor capacidad de desaturar los ácidos grasos.
  • Incrementar los niveles de fibra: la dieta de los perros ancianos debe tener unos mayores niveles de fibra por dos razones. Por un lado, porque permite reducir el aporte energético sin reducir el volumen de la ración y, por tanto, sin reducir la sensación de saciedad de la ración. Por otro lado, porque los perros ancianos tienen mayor tendencia al estreñimiento, por lo que se deben incrementar los niveles de fibra soluble para favorecer el tránsito intestinal.
  • Suplementos vitamínicos: con la edad, se reduce la competencia del sistema inmunitario. Por ello, es recomendable incluir suplementos con vitamina E, betacarotenos y luteína, para potenciar así el sistema inmunológico del animal.

En cualquier caso, siempre que decidas alimentar a tu perro a base de comida casera, te recomendamos que consultes previamente con un veterinario/a especialista en nutrición animal. De esta manera, podrás garantizar que la alimentación que le aportas a tu perro está siempre adaptada a sus necesidades fisiológicas. Para más detalles, no te pierdas este otro artículo: "Alimentación para perros mayores".

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Bibliografía
  • Federación Europea de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía. (2017). Guías nutricionales para alimentos completos y complementarios para perros.