FLUTD en gatos - Síntomas, causas y tratamiento

Con el nombre de FLUTD se engloban distintos problemas de los gatos que afectan tanto a la vejiga como a la uretra, que es el conducto que comunica la vejiga con el exterior para poder expulsar la orina. FLUTD son las siglas en inglés de Feline Lower Urinary Tract Disease, es decir, enfermedad del tracto urinario inferior felino. El FLUTD puede ser obstructivo, más grave, o no obstructivo. Lo explicamos con detalle a continuación.

Los síntomas de FLUTD son bastante inespecíficos. Esto significa que no apuntan a una enfermedad en concreto, sino que podrían aparecer en varias. Es importante que acudamos al veterinario nada más detectemos alguno de ellos, aunque se leve. Una intervención rápida evita complicaciones y disminuye la gravedad y la duración del episodio. Incluso si se prevé una situación estresante para el gato, pueden iniciarse medidas o tratamiento en aquellos ejemplares en los que el FLUTD es recurrente. Los signos más habituales son los siguientes:

• Dificultades para orinar.
• Dolor durante la evacuación que puede hacer maullar al gato.
• Orinar más veces al día de lo normal.
• Hematuria, que es la presencia de sangre en la orina, o arenilla si hay cristales.
• Eliminación fuera del arenero.
• Ausencia de orina en los casos en los que se produce una obstrucción de la uretra.
• Cambios de comportamiento que pueden incluir no utilizar la bandeja o mostrar agresividad frente a otros animales de la casa o los propios cuidadores.
• Lamido excesivo, que puede derivar en lesiones en la zona perineal, debajo de la cola, en el intento del gato de aliviar las molestias. El pene del macho puede estar expuesto y la vulva de la hembra abierta.
• Anorexia, es decir, el gato deja de comer.

El FLUTD puede presentarse en gatos machos o hembras de cualquier edad, aunque es más frecuente entre los 5-10 años. Otros factores de riesgo que se han determinado que influyen en la aparición de este problema son los siguientes:

• Obesidad.
• Sedentarismo.
• Vida en el interior del hogar sin acceso a la calle.
• Alimentación a base de pienso y bajo consumo de agua.
• Esterilización.
• Gatos persa, pues se considera raza predispuesta.
• Por último, los gatos macho corren mayor riesgo de sufrir una obstrucción de la uretra porque este conducto es más estrecho en ellos que en las hembras.

Hay múltiples causas de FLUTD, pero debemos tener presente que en buena parte de los casos no se llega a saber qué es lo que ha desencadenado la sintomatología. Se dice entonces que el origen es idiopático. En cuanto a las causas, es decir, las patologías que se asocian a la denominación de FLUTD, pueden darse de forma individual o combinadas. Son las siguientes, para los casos no obstructivos:

• Cistitis idiopática no obstructiva, diagnosticada en más de la mitad de los gatos con FLUTD. Se considera el estrés como fundamental en su desarrollo. Los gatos son muy sensibles a los cambios que se producen en su entorno. Modificar la alimentación, la llegada de nuevos miembros a la familia, una mala situación del arenero o sobrepoblación felina en el hogar son algunos de los desencadenantes de estrés en gatos. Esta cistitis se diagnostica como causa de FLUTD cuando se han descartado el resto de causas.
• Piedras, también llamadas urolitos, en la vejiga. En los gatos suelen ser de estruvita o, en menor medida, de oxalato.
• Defectos anatómicos.
• Tumores.
• Problemas de conducta.
• Infecciones bacterianas, aunque es muy raro y normalmente secundario a otra de las causas más comunes. Los gatos de mayor edad, sobre todo los que padecen enfermedad renal, tienen mayor riesgo, aunque no es habitual la FLUTD en ellos.

En cuanto al FLUTD de tipo obstructivo, las causas más frecuentes son:

• Cistitis idiopática obstructiva.
• Tapón en la uretra, formado por proteínas, células de la vejiga y de la orina y distintas cristalizaciones. Es la causa más común de este tipo de FLUTD.
• Piedras en la vejiga acompañadas o no de infección bacteriana.

Se considera que los casos de FLUTD no obstructivo pueden resolverse de manera espontánea en menos de diez días, pero, aún así, se recomienda tratar para ahorrarle al gato pasar todo ese tiempo con dolor y el consiguiente estrés que conlleva. Además, sobre todo en los machos, se corre el riesgo de que se produzca una obstrucción de la uretra.

En función de la causa que determine el veterinario se podrá establecer un tratamiento farmacológico. Este puede incluir, entre otros, medicación para relajar la musculatura de la uretra y analgésicos. Pero, además, el manejo de estos gatos debe incluir medidas como las siguientes:

• Examinar sus circunstancias vitales para identificar puntos de estrés que deben ser modificados. Ten en cuenta el enriquecimiento ambiental.
• Ofrecer una dieta húmeda, por lo menos mixta o, si solo come pienso y no lo acepta humedecido, garantizar una adecuada ingesta de agua. Varios bebederos, fuentes, agua limpia y fresca en todo momento o racionar la comida en varias tomas son algunas de las ideas para animar al gato a beber. De esta forma, aumenta el volumen de orina y el gato elimina más cantidad. Además, si se detectan cristales, hay que recurrir a una dieta que pueda disolverlos y prevenirlos.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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