Gallina araucana o gallina mapuche

La gallina araucana o mapuche toma su nombre de las tribus que poblaban los actuales territorios de Chile y Argentina. Estas tribus, los indios mapuches, criaban a estas gallinas por su gran valor alimenticio y, también, por los beneficios para la salud que se les atribuían popularmente. Se estipula que provienen de la mezcla entre gallinas de la raza quetro con colloncas, ambas típicas de ese territorio.

Aunque la existencia de estas aves no fue registrada en ningún documento antes del 1500 d.C., se tiene la firme creencia de que ya estaban presentes en los territorios anteriormente mencionados desde épocas precolombinas. Por lo tanto, la raza de gallina araucana es realmente antigua.

Pese a ser una raza de larga historia, estas gallinas no llegaron a Europa y Estados Unidos hasta la segunda década del siglo XX, cuando se volvieron muy populares dado lo especiales que son sus huevos.

La gallina araucana comenzó habitando únicamente aquellos territorios en los que vivían los indios mapuches, los cuales comprendían diferentes regiones de Chile y Argentina. Posteriormente, las araucanas llegaron a otros puntos del globo, como Europa o Estados Unidos, aunque esto no sucedió hasta hace menos de un siglo, lo cual comparado con su larga historia no es demasiado tiempo.

Las gallinas araucanas son muy independientes, de manera que necesitan disfrutar de cierta libertad para ser felices. Esto implica que dispongan de un terreno o espacio suficientemente amplio como para moverse, poder realizar la incubación de sus huevos y pastar apaciblemente. Son típicas de zonas rurales, campos y fincas.

Además, existen poblaciones salvajes de gallinas mapuches, las cuales se ubican en zonas del sur de Chile, así como en la Isla de Pascua, es por ello que también reciben el nombre de gallinas de los huevos de Pascua.

La gallina araucana o gallina mapuche es un ave de tamaño pequeño a mediano, con una media de peso corporal de aproximadamente 2,2 kilogramos en las gallinas y unos 2,7 kilogramos en lo gallos. Existen marcadas diferencias entre ejemplares, aunque nunca han de presentar un tamaño grande. Además, estas gallinas carecen de cola, algo debido a la presencia en su genoma de un gen no perjudicial que provoca esta particularidad, y presentan un plumaje más largo en la zona de la barbilla y/o en las orejas, de manera que presentan una especie de barba y aretes.

Existen diferentes variedades de gallina araucana, como la araucana negra, la roja o la blanca. El color de la gallina mapuche depende de su genética, mezclándose los colores y dando lugares a patrones barrados o pintados con mucha frecuencia. Por este motivo, es común observar gallinas mapuches de color rojo, por ejemplo, con motas negras.

Diferencias entre gallo y gallina araucana

Tanto el gallo como la gallina araucana pueden presentar los patrones de color anteriormente descritos. Las diferencias entre ellos residen en el tamaño, siendo los machos más grandes, y en la cresta. Como sucede con la mayoría de las razas de gallinas, el gallo presenta una cresta más pronunciada que la gallina.

A pesar de lo anterior, la característica de la gallina araucana más peculiar y quizá la más relevante a la hora de reconocerla es saber que sus huevos son únicos. Estos huevos son especiales dado que presentan un color bastante atípico, siendo habitualmente de color azul gracias a un pigmento denominado biliverdina.

El color de los huevos puede variar sensiblemente incluso de una puesta a otra de la misma gallina, pues depende no solo de la genética, sino también de factores meteorológicos y nutricionales, entre otros muchos. De esta forma, pueden aparecen huevos verdosos, celestes o verdes. En todos los casos estos han de ser de un tamaño mediano. Debido, precisamente, a la coloración de los huevos, esta gallina es conocida, también, como la gallina de los huevos azules.

¿Los huevos azules tienen más propiedades?

Aunque existe el mito de que nutricionalmente los huevos azules son más beneficiosos, estos es solo eso, un mito, pues estos huevos lo único que tienen de diferente respecto a los blancos o marrones es que la yema es proporcionalmente más grande y dura, además de tener una cáscara más exótica. Salvo esos detalles, no relevantes nutricionalmente, las propiedades de unos y otros son exactamente las mismas.

La gallina araucana presenta una dieta omnívora, consumiendo tanto alimentos de origen vegetal como granos o semillas, vegetales, frutas hierba y pasto, o insectos, artrópodos y vertebrados muy pequeños.

Las gallinas salvajes suelen pastar y picotear y escarbar el suelo en busca de los granos o insectos de los que se alimentan. Si están en un corral o granja, es fundamental garantizar que su alimentación sea equilibrada y de buena calidad. Muchos granjeros cometen el error de alimentarlas únicamente a base de granos, lo que las deja con carencias proteicas importantes, pues necesitan esas proteínas obtenidas normalmente de los insectos y demás.

Las gallinas araucanas presentan una reproducción sexual, es decir, para que exista una fecundación ha de producirse una cópula entre el gallo y la gallina. Solo de esta forma los huevos serán fértiles, de lo contrario no existirá embrión en su interior y de los huevos que ponga la gallina araucana no saldrá un pollito.

Como ya hemos comentado, los huevos de estas gallinas presentan un color único, ninguna otra gallina tiene unos huevos iguales. El color azul de los huevos de la gallina araucana se debe a la presencia de una enzima segregada en el oviducto (el canal donde se gestan los huevos dentro de la gallina antes de la puesta), que hace que la hemoglobina se torne en biliverdina, un pigmento que se transfiere a la cáscara, dándole ese color azul.

Es interesante conocer el dato de que cuantas más puestas realice una gallina en un breve espacio de tiempo, menos biliverdina habrá en sus huevos, por lo que la cáscara de estos presentará un color más pálido que los de aquellas gallinas que realizan menos puestas. De esta forma, tener una gallina araucana con el fin de someterla a puestas muy seguidas para obtener sus pecualiares huevos azules no es ni lo adecuado para ella ni la mejor opción, porque el efecto será justamente el contrario.

Si se tienen gallinas araucanas, ya sea como animal de granja o de compañía, ha de tenerse en cuenta que estos animales tienen unos requerimientos específicos, Bien es cierto que sus necesidades no difieren de las del resto de las gallinas, salvo el hecho de que necesitan un espacio ligeramente mayor que el que requieren otras razas. Este espacio ha de contar con una parte exterior, donde puedan airearse y tomar el sol, ha de disponer de comederos, bebederos y un lugar donde poner los huevos, incubarlos y también dormir.

Así mismo, resulta interesante que cuenten con un área con arena o barro, pues los emplean para darse baños de arena, limpiando así su plumaje y manteniéndolo en buenas condiciones. Estos baños son típicos de otros animales, como las chinchillas.

En cuanto a la alimentación de la gallina araucana, como hemos dicho en apartados anteriores, ha de ser equilibrada, conteniendo gran aporte vegetal, basado en el consumo de pasto, hierba fresca, frutas y verduras, combinado con el consumo de fuentes de proteína animal como insectos o artrópodos. Esta alimentación ha de acompañarse de una buena hidratación, siendo vital que tengan disponibles bebederos con agua fresca y limpia.

La gallina araucana no presenta muchas anomalías congénitas, aunque existe un padecimiento que durante años amenazó a las gallinas mapuche. Esta enfermedad es la originada por un gen dominante, el gen que determina la presencia de aretes en las orejas de las araucanas. El problema surge si se cruzan dos gallinas con este gen, pues en estos casos al tener dos copias de dicho gen se produce una mortalidad de prácticamente el 100 % en los embriones antes de la eclosión, siendo brutalmente letal.

La única forma de evitar la propagación de este padecimiento es cruzando únicamente gallinas sin aretes o una con y otra sin aretes, pues las que tienen aretes cuentan ya con un gen dominante, hecho puede llevar al fallecimiento de todos los pollitos si se cruzan dos con aretes.

Además, ha de tenerse en cuenta que los ejemplares que presentan patillas han de recibir cortes de las mismas de forma periódica, de lo contrario estas pueden ocultar los ojos o incluso meterse dentro, provocando afecciones oculares como la conjuntivitis.