Heces blancas en perros - Causas

Heces blancas en perros - Causas

La observación de las heces de nuestro perro posiblemente sea una de las formas más sencillas y baratas de controlar su estado de salud y adelantarnos a cualquier posible alteración. Cuando acudimos al veterinario, la primera pregunta en una revisión de control seguramente sea "¿cómo son sus heces?", y la variación del color con respecto al patrón habitual de nuestro perro suele causarnos bastante aprensión.

Este artículo de ExpertoAnimal sobre las causas más comunes de las heces blancas en perros pretende arrojar un poco de luz sobre esta coloración más o menos atípica en las heces, y animarte a que compruebes a diario la consistencia y aspecto de los excrementos de tu can.

Heces blancas en perros por causas dietéticas

El cambio a una dieta a base de carne cruda y huesos puede dar lugar a heces blancas, duras, que se fragmentan como tiza entre las manos cuando tratamos de recogerla. El motivo de ese color y dureza es la presencia de calcio que se encuentra en los huesos que nuestro perro ingiere. En ocasiones, la cantidad de huesos es excesiva y podemos encontrar a nuestro perro con dificultades para defecar, aunque lo intenta repetidamente. Estas constantes ganas de defecar se denomina 'tenesmo', y si nos hemos decantado por este tipo de dietas debemos consultar con el especialista que la ha formulado o que nos asesora en su seguimiento para facilitar el tránsito intestinal y no provocar fisuras anales u obstrucciones.

¿Significa eso que debo dejar de darle esta dieta?

En principio, si nos hemos dejado guiar por expertos y el perro responde adecuadamente a la nueva dieta, solamente habría que manejar ese inconveniente puntual. Para evitar la presencia preocupante de esas heces bancas y duras en el perro, podemos optar por:

  • Incluir más fibra a la dieta, con productos como la calabaza o emplear espárragos.
  • Reducir la cantidad de hueso, variar el tipo u optar por utilizarlos determinados días de la semana.
  • Probar el uso de pro/prebióticos para favorecer la fermentación intestinal y la adaptación a la nueva dieta, a base de bacterias vivas como Enterococcum faecium,o de Lactobacillus y otros sustratos para que las bacterias beneficiosas existentes prosperen, como la inulina, un disacárido.
  • Emplear durante los primeros días hasta la adaptación un lubricante intestinal similar a los que tomamos los humanos en situaciones ocasionales de estreñimiento puede ayudarle, como la parafina líquida (con un sabor algo desagradable), o incluso suministrar un par de cucharadas soperas de aceite de oliva cada 12 horas hasta que todo se normalice, corrigiendo la dosis según resultados. En este sentido, te recomendamos consultar nuestro artículo sobre los beneficios del aceite de oliva para los perros con la finalidad de ampliar tu información y descubrir todos sus usos.

Utilizar otros fármacos que solemos tener a mano para estas situaciones no es adecuado aunque nos pueda parecer que le hará bien a nuestro perro, pues antes de estimular la motilidad intestinal, debemos asegurarnos de que esas heces demasiado duras no se han compactado hasta formar un cecolito (literalmente, heces como piedras), y hayan dado lugar a una obstrucción intestinal.

El color de las heces no deja de ser un reflejo de lo que el perro ingiere, y no siempre es por una decisión del propietario. Así, en perros de campo, con libre acceso a fincas y demás territorios, podemos encontrarnos con estas heces blancas y duras sin esperarlo. Aunque lo alimentemos de forma regular a base de pienso, muchos perros con tiempo libre y territorio suficiente se dedican a robar huevos o comer carroñas, incluidos los huesos y plumas, con lo que las heces, a veces, nos indican para nuestro desagrado sus costumbres mientras no les vigilamos. Este calcio de más, procedente de la cáscara del huevo y los esqueletos de sus presas, puede dar lugar a heces blancas y duras en el perro.

En estos perros que suelen defecar en lugares que no vemos, o que nunca estamos seguros de qué estarán haciendo o comiendo, es de vital importancia comprobar el aspecto de sus heces en cuanto notemos alguna anomalía. Si es preciso obligarle a permanecer tres días en su caseta o garaje para la comprobación, este dato puede prevenir obstrucciones intestinales antes de que sea demasiado tarde, por ejemplo.

¿Y dejarán de ser blancas y duras con el tiempo?

El color de las heces en perros con dietas caseras dependerá de la proporción de alimentos que ingiera, y en qué día lo haga, así que podemos notar pequeñas variaciones en el color y la consistencia durante la semana .Por lo general, el color blanco se mantendrá, con variaciones, y la dureza se corregirá en función de lo que resulte más adecuado para el perro con todos los consejos que nos darán los expertos, pero casi siempre es de esperar menos cantidad de heces, más compactas, y con un color más claro que en los animales alimentados con pienso.

Heces acólicas

La ertercobilina es el pigmento de color marrón que se forma a partir de la bilirrubina y que da color a las heces. Si por cualquier motivo la formación o transporte de bilirrubina está alterado, es inevitable que las heces aparezcan de color blanquecino-grisáceo, y se denominan entonces heces acólicas.

¿Y qué puede causar la falta de estercobilina?

Puede que haya una alteración hepática, en cuyo caso el hígado es incapaz de cumplir con sus funciones. Entre ellas, está la de formar bilirrubina a partir de los productos de degradación de los eritrocitos. Como consecuencia, no se acumulará en la vesícula biliar ese pigmento y no se evacuará hacia el duodeno con el resto de sustancias de la bilis tras cada comida, por lo que no se podrá formar estercobilina a partir de él, y las heces no se teñirán de su color habitual. Algunas causas del fallo hepático que podemos encontrar en perros son:

  • Neoplasia hepática: tumores primarios o secundarios (p.ej., una metástasis de tumor de mama u óseo).
  • Alteración congénita (de nacimiento) a nivel de la vascularización hepática.
  • Hepatitis aguda: inflamación hepática, por ejemplo, a causa de la ingesta de sustancias tóxicas, o bien de origen vírico (virus de la hepatitis canina), o de origen bacteriano (leptospirosis).
  • Cirrosis: degeneración hepática como resultado de una enfermedad prolongada, por ejemplo, una hepatitis subaguda sostenida en el tiempo. Es el resultado final de muchas hepatopatías que pueden haber pasado desapercibidas para el propietario y el veterinario debido a la gran capacidad de compensación de este órgano.
  • Pancreatitis: inflamaciones del páncreas.

Así mismo, cualquier alteración en el transporte de la bilirrubina puede causar este déficit de bilirrubina: cálculos en la vesícula biliar (poco frecuentes en perros), obstrucción del conducto biliar por alguna masa abdominal que lo comprime y le impide evacuar la bilis... En estos casos de falta o ausencia de evacuación de bilis hacia el duodeno, la heces suelen presentar esteatorrea (se muestran pastosas), ya que los ácidos biliares son necesarios para absorber grasas, y al no haber ácidos, estas se eliminan en su totalidad en heces. Las heces blancas y blandas en perros, como grasas, suelen ser un indicio de enfermedad hepática o pancreática bastante común.

¿Y cómo detectar estos problemas?

El hígado tarda por lo general en alertar de su estado, a menos que se trate de una enfermedad hiperaguda. Por su ya comentada capacidad de reserva puede garantizar las funciones incluso estando afectado en gran porcentaje de su extensión. Pero si nuestro perro presenta alguno o todos de los siguientes síntomas, puede ser hora de acudir a la consulta:

  • Realiza deposiciones frecuentes, con heces acólicas y/o pastosas.
  • Presenta vómitos biliosos.
  • Picor de origen desconocido.
  • Ictericia.
  • Anorexia o hiporexia (come, pero mucho menos).
  • Aumento de la ingesta de agua.
  • Distensión del abdomen (ascitis) o dolor al palparlo, intolerancia al ejercicio...

Una serie de pruebas de laboratorio, como un hemograma, bioquímica y proteínas totales en principio, y, posiblemente, panel de coagulación, así como una detallada historia clínica que realizará el especialista con nuestra ayuda, serán la clave para detectar el origen exacto de las heces blancas en nuestro perro. No obstante, y como las enzimas hepáticas no siempre están todo lo alteradas que cabría esperar a juzgar por los síntomas, las pruebas de diagnóstico por imagen (placas, ecografías...), son casi siempre necesarias.

Heces blancas en perro por mucosidad

A veces, las heces tienen un color normal pero aparecen envueltas en una tela gelatinosa y blanca, que nos lleva a pensar que ese es su color. Pero si tratamos de deshacerlas, podemos ver que en realidad es una especie de bolsa que las recubre totalmente, o solo en una zona.

Esta mucosidad suele aparecer en caso de irritación de la mucosa intestinal como defensa ante una agresión, y es común encontrárnosla en cambios de dieta bruscos o cuando el perro padece alguna enfermedad parasitaria, como la giardiosis o algún parásito macroscópico. Puede que se vea de forma aislada, o se intercale con heces totalmente normales en cuanto a aspecto y color.

Para evitar esta irritación puntual del intestino, debemos realizar los cambios de dieta de forma paulatina, ayudarlo con probióticos si es preciso y desparasitarlo de forma regular o con los productos adecuados, según los consejos de nuestro veterinario.

Heces blancas en perros por parásitos

En ocasiones, los perros se encuentran tan parasitados a nivel intestinal, que al comenzar su plan de desparasitación marcado por nuestro veterinario nos alarmamos al comprobar que sus heces son prácticamente de color blanco. Suele deberse a la aparición de numerosos nematodos (gusanos) ya muertos y a veces fragmentados, adheridos a la superficie fecal, y casi siempre podemos encontrar alguno vivo y móvil, todo depende de cómo funcione el producto que hayamos empleado para su desparasitación, puesto que unos obligan al parásito a desanclarse de la pared intestinal, otros lo matan directamente cuando lo absorben por sangre o a través de su tegumento, etc.

Si nuestro perro tiene varias tenias, generalmente del tipo Dipylidium caninum, la eliminación masiva de proglotis grávidas al exterior puede hacernos observar heces repletas de una especie de granos de arroz blanco. Pueden llegar a ser tan numerosas en una materia fecal relativamente pequeña, que confundimos esta presencia con unas heces realmente blancas si no nos acercamos lo suficiente y las recogemos para comprobar a qué se debe esa coloración. Para más información sobre este tipo de parásitos, no te pierdas nuestro artículo "Síntomas y tratamiento para la tenia en perros".

¿No te parecía importante fijarte en el aspecto de las heces y las recogías casi sin mirarlas? El dicho de que "somos lo que comemos" tiene bastante de cierto, y las heces pueden hablarnos de la salud de nuestro perro. Además, las apariencias a veces engañan, motivo de más para comprobar que todo está en orden cuando se alivian en sus paseos diarios.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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