Hifema en perros - Síntomas y tratamiento

Hifema en perros - Síntomas y tratamiento

El hifema consiste en el acúmulo de sangre en la cámara anterior del globo ocular, es decir, en el espacio que se encuentra entre la córnea y el iris. Puede estar originado por causas circunscritas al propio ojo o por causas sistémicas, lo que condicionará que sea un hifema unilateral (que afecta a un solo ojo) o bilateral (que afecta a ambos ojos). Determinar la causa concreta que origina el hifema será fundamental para instaurar un tratamiento adecuado y establecer un pronóstico sobre el proceso.

Si te interesa conocer más acerca del hifema en los perros, sus síntomas y tratamiento, no te pierdas este artículo de ExpertoAnimal en el que hablamos sobre su etiología, su diagnóstico y su tratamiento.

¿Qué es el hifema en perros?

La cámara anterior del globo ocular es el espacio comprendido entre la córnea y la superficie del iris. En la cámara anterior se aloja el humor acuoso, el cual debe ser transparente en condiciones normales. Sin embargo, en ocasiones se produce una extravasación de sangre desde la úvea anterior (iris y cuerpo ciliar) hacia la cámara anterior. En esta situación, los componentes de la sangre (las células y el plasma sanguíneo) se mezclan con el humor acuoso, haciendo que este adquiera una coloración rojiza.

Al acúmulo de sangre en la cámara anterior del globo ocular se le denomina hifema o hipema. Habitualmente, suele observarse en la parte inferior del ojo, ya que el contenido sanguíneo cae por el efecto de la gravedad. Sin embargo, cuando el perro mueve la cabeza, la sangre se distribuye por toda la cámara anterior observándose una coloración rojiza homogénea. Cabe destacar que la sangre en la cámara anterior no suele formar coágulos con facilidad debido a la liberación de fibrinolisinas (enzimas que disuelven los coágulos de fibrina) por parte del iris. Por ello, los coágulos no suelen aparecer hasta pasados 4-7 días del inicio de la hemorragia.

En función de la gravedad y la extensión, el hifema ocular se puede clasificar en:

  • Grado I: cuando ocupa menos de un tercio de la cámara anterior.
  • Grado II: cuando ocupa la mitad de la cámara anterior.
  • Grado III: cuando ocupa tres cuartos de la cámara anterior.
  • Grado IV: cuando ocupa la totalidad de la cámara anterior.

Causas de hifema en perros

Cuando hablamos de las causas de hifema en perros, podemos estar hablando de aquellas causas locales (en el propio ojo) o causas sistémicas. A continuación, vamos a verlas más detalladamente.

Causas locales de hifema en perros

Existen diversas alteraciones oculares que pueden desencadenar un hifema en los perros:

  • Traumatismos en los ojos: es la causa más frecuente.
  • Uveítis: proceso inflamatorio que afecta a la úvea (la túnica vascular del ojo)
  • Glaucoma.
  • Desprendimiento de retina.
  • Neoplasias oculares: como linfomas.
  • Anomalías oculares congénitas.

Generalmente las causas circunscritas al ojo dan lugar a hifemas unilaterales, es decir, que afectan a un solo ojo.

Causas sistémicas de hifema en perros

Las dos causas sistémicas que pueden originar un hifema en los perros son:

  • Hipertensión arterial.
  • Alteraciones de la coagulación: trombocitopenia, coagulopatías como la enfermedad de Von Willebrand, intoxicación por anticoagulantes, ehrlichiosis, etc.

Cuando la causa es sistémica, el hifema suele ser bilateral, es decir, afecta a ambos globos oculares.

Síntomas de hifema en perros

Los signos clínicos asociados al hifema en perros son los siguientes:

  • Banda rojiza en la cámara anterior del ojo: será más o menos extensa en función de la gravedad del proceso. Cuando el animal mueve la cabeza, la sangre se dispersa por toda la cámara observándose una coloración rojiza homogénea.
  • Blefarospasmo: cierre del ojo por dolor ocular
  • Epífora: lagrimeo continuo.

Diagnóstico de hifema en perros

El diagnóstico del hifema en perros se debe llevar a cabo por un veterinario/a especialista en oftalmología. En concreto, el diagnóstico de hifema en perros incluye:

  • Exploración oftalmológica completa: se debe estudiar la cámara anterior del ojo desde una perspectiva lateral empleando una luz de hendidura para poder localizar correctamente el foco hemorrágico. En caso de hifema unilateral, es importante realizar un examen completo del ojo sano, ya que puede aportar información útil para el diagnóstico.
  • Tonometría: para medir la presión intraocular.
  • Ecografía ocular: es una herramienta diagnóstica muy útil que, además, ayuda a establecer un pronóstico sobre el proceso.
  • Analítica sanguínea y medición de la presión arterial: es fundamental en caso de hifema bilateral, ya que la causa suele ser sistémica.

Para alcanzar el diagnóstico definitivo de hifema ocular es necesario descartar los siguientes de diagnósticos diferenciales:

  • Exudado inflamatorio hemorrágico en la cámara anterior: a diferencia del hifema, el exudado inflamatorio hemorrágico tiene un color más amarillento, un aspecto más denso y ocupa toda la cámara anterior (no solo la parte inferior).
  • Hemorragia en la cámara vítrea: en este caso la coloración rojiza está por detrás de la pupila (en la cámara vítrea). No obstante, no se debe descartar la posibilidad de un hifema y una hemorragia vítrea de forma concomitante. En caso de hemorragia vítrea, la exploración del fondo de ojo será difícil o imposible.
  • Hemorragia en la córnea o el iris: observando la cámara anterior desde una perspectiva lateral se podrá diferenciar la localización precisa del foco hemorrágico.

Tratamiento de hifema en perros

El hifema se considera una urgencia oftalmológica que requiere atención médica inmediata. Por ello, cuando sospeches que tu perro pueda estar sufriendo una hemorragia intraocular, no dudes en acudir cuanto antes a una clínica veterinaria. Lo más habitual es que el equipo veterinario que te atienda proceda a estabilizar la urgencia oftalmológica in situ, para después remitir el caso a un especialista en oftalmología.

El tratamiento de hifema en perros debe incluir:

  • Antiinflamatorios tópicos o sistémicos: generalmente se suelen emplear corticoides, dado que los AINEs (Antiinflamatorios No Esteroideos) se desaconsejan por su posible efecto antiagregante plaquetario.
  • Midriáticos o ciclopéjicos: son fármacos que producen la dilatación de la pupila y que se emplean en casos de hifema para evitar la aparición de sinequias (adherencias). Se puede emplear Tropicamida en hifemas leves (grado I o II) o Fenilefrina 10% en hifemas graves (grado III y IV). No obstante, se debe tener en cuenta que el uso de estos fármacos es controvertido, dado que pueden predisponer a un aumento de la presión intraocular.
  • Inhibidores de la anhidrasa carbónica tópicos: como la dorzolamida o la brinzolamida. Únicamente se usarán en casos de hipertensión ocular.
  • Analgésicos: se pueden emplear opioides como la buprenorfina cuando exista dolor ocular, especialmente en los casos traumáticos. También te sugerimos este post sobre los Analgésicos naturales para perros.
  • Reposo del animal.

Cuando la hemorragia se organice en forma de coágulo, es conveniente realizar una inyección intracameral de TPA (Activador Tisular del Plasminógeno). En ocasiones, puede ser necesaria la extracción quirúrgica del coágulo. Estos procedimientos solo deben ser realizados por cirujanos especialistas en oftalmología.

Pronóstico y complicaciones del hifema en perros

El pronóstico del hifema en perros depende de la causa que lo origina y de su extensión:

  • Grado I: suelen aclararse en menos de una semana.
  • Grados II y III: tardan varias semanas en resolverse.
  • Grado IV: a menudo ocasionan la atrofia del globo ocular, también conocida como ptisis bulbi.

Lo habitual es que la sangre alojada en la cámara anterior vaya drenando paulatinamente a través del ángulo iridocorneal. Sin embargo, en ocasiones la hemorragia intraocular puede dar lugar a las siguientes complicaciones:

  • Formación de sinequias intraoculares: se pueden formar adherencias entre el coágulo y la córnea o entre el coágulo y el iris.
  • Hipertensión ocular (valores por encima de 25 mmHg) y glaucoma.
  • Cataratas.
  • Desprendimiento de retina
  • Degeneración retiniana
  • Atrofia del globo ocular o ptisis bulbi.
  • Ceguera.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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Bibliografía
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  • Morales, I., Gutiérrez, E., De León, M., Ferrer, O., Corbera, J.A. (2006). Oftalmología veterinaria. El uso del activador tisular del plasminógeno (TPA). Revista de la Organización Colegial Veterinaria Española; 14-19