Hígado graso en gatos - Síntomas y tratamiento

Hígado graso en gatos - Síntomas y tratamiento

Si existe algo que trae gran cantidad de problemas de salud en tu gato es la inapetencia. En ocasiones, ya sea por estrés, como consecuencia de alguna otra enfermedad, o por otras razones, el gato se niega a comer y esto resulta mucho más peligroso para él de lo que imaginas.

Uno de los problemas que es desatado por el hecho de no comer son las enfermedades hepáticas, es decir, aquellas que ponen en juego el funcionamiento del hígado. Estas dolencias resultan tan peligrosas para los gatos que, si no se atienden a tiempo y de la manera adecuada, pueden ser mortales en el 90% de las ocasiones. Entre las dolencias hepáticas se encuentra el hígado graso en gatos, por lo que te hablamos aquí de sus síntomas y tratamiento. ¡Sigue leyendo este artículo de ExpertoAnimal!

¿Qué es el hígado graso en gatos?

El hígado graso, también llamado lipidosis hepática felina, es la enfermedad de dicho órgano que más afecta a los gatos, sin importar si son hembras o machos. Consiste en la acumulación de grasa en el hígado, lo cual impide que funcione correctamente. Al fallar el hígado, todo el organismo se ve comprometido, por lo que la mortalidad a causa de esta condición es bastante elevada.

Puede afectar a gatos de cualquier edad, pero es más frecuente en mayores de 5 años, sobre todo si son caseros y tienen problemas de peso. Usualmente se desata cuando se trastorna el ciclo alimenticio del animal, ya sea que se lo someta a una dieta demasiado estricta que lo haga perder peso rápidamente, cosa que nunca debes hacer, o que debido a alguna otra condición de salud o a situaciones muy estresantes el felino haya perdido el apetito.

Lo que ocurre es que, ante la falta de comida, el cuerpo comienza a transportar las grasas que consigue hacia el hígado con el fin de que este las procese, pero cuando la inapetencia se extiende el hígado se ve sobrecargado de trabajo y es incapaz de sintetizar todas las grasas, por lo que estas se acumulan en dicho órgano. Ante esta grasa acumulada en la zona, el hígado se colapsa.

Un gato con malestar físico que deja de comer por un día no es motivo de preocupación, pero tras el segundo es recomendable acudir al veterinario de inmediato, pues el organismo felino se deteriora muy rápido ante la falta de alimento.

¿Cuáles son las causas de la lipidosis hepática felina?

En primer lugar, la obesidad es un factor determinante a la hora de sufrir hígado graso en gatos, sobre todo cuando por alguna razón el felino empieza a perder esos kilos extra de forma acelerada. Además, cualquier elemento que cause que el gato deje de comer representa un peligro para él, ya sea que se niegue a hacerlo como respuesta a alguna situación que le causa estrés, que la comida no le guste (si se ha cambiado el alimento habitual o porque se aburrió del mismo sabor), entre otros problemas. Todos estos provocan anorexia, y la anorexia trae consigo la falla hepática.

Además, algunas enfermedades, como ciertas dolencias cardíacas o renales, producen falta de apetito, al igual que la pancreatitis, la gastroenteritis, el cáncer y cualquier tipo de diabetes. Por si fuera poco, problemas relacionados con la boca, como golpes, infecciones como la gingivitis, traumatismos y cualquier cosa que hagan difícil o doloroso el acto de comer, llevan al gato a no probar bocado.

De igual forma, la carencia de un horario de comidas, traducida en la administración del alimento de manera inconstante, provocan trastornos alimenticios y generan estrés en el gato, pues este no estará seguro de cuándo será su próxima comida (no olvides que son animales rutinarios), ocasionando esta enfermedad en el hígado.

¿Cuáles son los síntomas del hígado graso en gatos?

La pérdida de apetito, y por lo tanto de peso, es uno de los síntomas más evidentes. Es posible que el gato experimente vómitos y diarrea o estreñimiento, acompañados de deshidratación y debilidad general, por lo que notarás que está fatigado y desganado.

Al producirse la falla en el hígado aumentan los niveles de bilirrubina y se hace notable la ictericia, que es una coloración amarillenta en la piel, las encías y los globos oculares. También pueden presentarse temblores, y el gato adoptará una actitud indolente hacia sí mismo, provocando que deje de asearse. La revisión de un experto al palpar el abdomen revelará el hígado hinchado.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

Si la enfermedad del hígado graso en el gato está avanzada, a primera vista el veterinario podrá distinguir los signos amarillentos de la ictericia, además de palpar el hígado anormalmente hinchado. Para confirmar que se trata de lipidosis hepática felina, serán requeridos otros análisis:

  • Pruebas de sangre.
  • Ecografía del abdomen, que permitirá analizar el tamaño y estado del hígado.
  • Biopsia hepática, consiste en tomar una muestra de la pared del hígado con una aguja. En algunos gatos puede ser necesaria una cirugía rápida para tomar una muestra de mayor tamaño.
  • Rayos X del abdomen.

Además, de acuerdo al examen físico, a la información que seas capaz de proporcionar al veterinario sobre los indicios de la enfermedad y al estado del felino, serán necesarias pruebas para determinar el origen de la enfermedad hepática.

¿Cuál es el tratamiento de la lipidosis hepática felina?

En un primer momento, es probable que después de ser diagnosticado con lipidosis hepática, o hígado graso, el gato deba ser hospitalizado durante algunos días, durante los cuales se le administrará una terapia de fluidos, necesaria para combatir la deshidratación, la debilidad y la carencia de nutrientes en el organismo.

Pasado esto, que es solo atención de emergencia, lo más importante es que el felino vuelva a comer, pero esto suele ser complicado en la mayoría de los casos. No bastará con ofrecerle su comida favorita, se puede tratar pero lo más usual es que siga negándose a comer. Debido a ello, se acude a la alimentación asistida. Lo primero es intentar con comida hecha papilla que será administrada a través de una jeringa, pero si esto no tiene éxito el veterinario deberá colocar una sonda, ya sea en la nariz o en el cuello, que lleve el alimento directo al estómago, tratamiento que será necesario por semanas o incluso algunos meses. El especialista te orientará sobre el tipo de comida, las porciones y la frecuencia diaria.

Adicional a esto, se debe tratar la enfermedad que haya producido la falla hepática e inclusive se recomiendan medicamentos que estimulen el apetito, pues el objetivo final no solo es controlar la condición, sino también que el gato pueda tener una vida normal, comiendo por sí solo.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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