La ardilla como mascota

La ardilla como mascota

La ardilla es una especie de roedor de la familia Sciuridae. Estos carismáticos mamíferos suelen medir entre 20 y 40 centímetros y pesar entre 250 y 340 gramos. Habitan en los bosques de los cinco continentes y su actividad principal durante el día es la búsqueda de frutos, semillas, cortezas e incluso pequeños insectos.

La mayoría de especies de ardillas no hibernan como lo hacen otros roedores, todo lo contrario, se mantienen activas buscando recursos en el suelo y oquedades del entorno natural. La falta de alimento perjudica gravemente su esperanza de vida siendo en estado salvaje de 3 años, lejos de los 7 o 10 que podría llegar a vivir en cautividad.

Sigue leyendo para conocer en profundidad la ardilla como mascota y descubre si deberías tener a este adorable animal en casa o no:

Características de la ardilla

Existen muchos tipos de ardillas, pero prácticamente todas comparten .

En plena naturaleza la ardilla trepa, escarba y roe todo aquello que encuentra y puede manipular. Es un animal curioso y tremendamente activo que necesitará estar libre por todo tu domicilio un par de veces al día, al menos. Exigente y salvaje decidirá ella misma cuando volver a entrar en la jaula.

Recordad que la ardilla es un animal silvestre que jamás va a ser feliz sin sus ejercicios diarios. Inquieta y despierta requiere un propietario que la anime y le dedique tiempo y atenciones. Por ello, recomendamos a quiénes no tengan la paciencia y el tiempo necesario que piensen en adquirir otro tipo mascota más acorde a sus posibilidades.

Emiten ruidos y chillidos de todo tipo durante el día para comunicar su estado de ánimo e incluso son bastante ruidosas cuando corren por la casa y hacen ejercicio dentro de su jaula. Incluso las ardillas más mansas pueden tener mal humor y llegar a morder si no se las cuida de manera adecuada o se acerca el momento de hibernar. Por ese motivo, no recomendamos que habiten en un hogar con niños muy pequeños o con personas de edad avanzada que no puedan seguir su ritmo y rutinas necesarias.

También debes considerar que no es un animal fácil de cuidar y que en vacaciones deberás dejarlo con alguien responsable que le ofrezca las mismas labores diarias igual que harías tú. Es importante plantearte si existe esa figura así en tu entorno que cuide de ella en caso de emergencia.

Dónde y cómo adquirir una ardilla

Presta atención a estos consejos antes de adoptar a tu ardilla, te serán muy útiles:

  • En absoluto es recomendable adquirir una ardilla por Internet, a través de dudosos particulares o criadores no homologados. La ardilla puede transmitir un sinfín de enfermedades incluida la rabia que puede contagiarse a otros animales del hogar.
  • Tampoco apresarás una ardilla en estado salvaje, podría morir simplemente de estrés, morderte y contagiarte enfermedades como ya te hemos explicado en el punto anterior.
  • Es muy importante que la ardilla que vaya a ser nuestra mascota provenga de un criador que tenga los requisitos y las normativas del estado en regla.
  • Jamás adoptaremos a una ardilla menor de 2 meses pues lo correcto es que permanezca hasta entonces con la madre, a partir de entonces, es el momento ideal para que nos la llevemos y se socialice correctamente con nosotros.

Cuidados de la ardilla

Empezaremos comentando la premisa de que una ardilla no debería vivir en cautividad, no obstante, podemos crear un entorno amplio y seguro en casa exclusivamente para ello. Debido a que es un animal sumamente curioso que puede sufrir un accidente en el hogar debemos proporcionar una jaula cuanto más amplia y espaciosa mejor.

Buscaremos una jaula grande, de al menos 100 x 120 centímetros. Podemos disponer en el interior algunas ramas naturales para que arañe y se relaje allí. Esta no debe estar en contacto con corrientes de aire o luz demasiado directa, un sitio tranquilo y medianamente sombrío será el adecuado.

Coloca un nido dentro de la jaula como una caja de cartón con algodones o una pequeña bolsa de tela. Algo cómodo para que pueda refugiarse por la noche. En el momento en el que oscurezca, ella se retirará a dormir en el nido. No debemos molestarla.

Tampoco ubicaremos la jaula en un sitio muy apartado. Son animales sociales y curiosos y podría generar una grave ansiedad.

No suelen desprender olor desagradable aunque tienen cierta tendencia a marcar su territorio, al igual que lo haría un perro, con pequeñas muestras de orina. Así pues debemos ser conscientes que quizás alguna alfombra o mueble se verá afectado, al igual que las plantas, que pueden aparecer removidas e incluso mordisqueadas. Tengamos especial cuidado con los productos tóxicos.

En los momentos en el que dejemos a la ardilla recorrer nuestra casa debemos vigilar atentamente sus acciones: puede roer cables de luz o aparatos electrónicos, tirar cosas al suelo, comer algo indebido, etc.

Las ardillas con pocos meses de edad no regulan su temperatura corporal adecuadamente sin su madre. Coloca una almohadilla térmica que no supere los 37ºC debajo de su nido.

Descubre más acerca de los cuidados de una ardilla.

La alimentación de la ardilla

En la jaula dispondremos de un bebedero para conejos o cobayas, si nuestra ardilla no entiende cómo funciona y no está bebiendo, le dejaremos un pequeño cuenco o plato pero no le retiraremos el bebedero del que va a tener que aprender a beber.

Alimentación de ardillas bebés: Les aportaremos sustitutos lácteos utilizando una jeringa. Pregúntale al experto las dosis adecuadas en función del tiempo que tenga, él te indicará las pautas y las veces que deberás alimentarle que podrán variarán entre 5 y 2 al día. Es muy importante que sea el experto quién te ayude con estos pasos, él conoce mejor que nadie a tu ardilla.

Alimentación de ardillas adultas: En las tiendas para mascotas más habituales ya podemos encontrar comida para ardillas. También puedes administrarle comida para cobaya. Cualquier tipo que te recomiende el experto al que le has adquirido la ardilla será adecuada. Recuerda que un cambio de dieta puede suponer un trastorno para tu nueva ardilla. También la alimentaremos con una gran variedad de frutas, verduras, nueces, setas, huevo e incluso insectos como por ejemplo grillos.

Enfermedades de las ardillas

A continuación te mostraremos una lista de las enfermedades más comunes de las ardillas. Si crees que tu ardilla puede estar sufriendo alguna de éstas, llévala inmediatamente al veterinario:

  • Absceso o acumulación de pus: Es frecuente si se pelea para disputarse el rango con otra ardilla. La podemos limpiar nosotros mismos.
  • Heridas: Aunque no suelan sangrar es importante poner a tu ardilla en tratamiento antibiótico si fuera necesario.
  • Parásitos: Sarna o pulgas son comunes.
  • Nódulos cutáneos: Puede tratarse de la Cuterebra (larva) o una infección vírica.
  • Enfisema: Jadeo constante y aparición de sangre alrededor de las fosas nasales. Es grave, acude a tu veterinario de inmediato.
  • Neumonía: Debida a situaciones de estrés junto a ambiente húmedo y malas condiciones higiénicas. Además son muy sensibles a virus humanos.
  • Cataratas: Posible aparición en ardillas de edad avanzada.
  • Enteritis: De origen bacteriano, esta enfermedad intestinal es muy común. El problema se agrava si está involucrada la Salmonela.
  • Meningitis: En cuanto la detectemos es fundamental acudir al veterinario. Desarrollarán episodios de parálisis.
  • Fracturas: Aunque suelen caer de pie, en el caso que se fracturen es imprescindible actuar rápidamente, pues se estresan con facilidad.
  • Maloclusión: Es el crecimiento excesivo de los dientes. Se requiere una pequeña intervención.

No olvides que...

La ardilla es un animal silvestre, inquieto y activo. Aunque le podamos propiciar cuidados excelentes y un amplio espacio puede ocurrir que nuestra nueva mascota no sea feliz y sufra importantes consecuencias relacionadas con el estrés.

Además, una vez adoptes a una ardilla y esté totalmente habituada al contacto con el ser humano no podrás abandonarla ya que no sabrá sobrevivir ni relacionarse con los de su misma especie.

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