Leucemia en perros - Síntomas y tratamiento

La leucemia canina es un tumor maligno (es decir, un cáncer) que tiene su origen en la médula ósea de los perros. La médula ósea es un tipo de tejido que se encuentra en el interior de los huesos y que contiene las células madre a partir de las cuales se sintetizan todas las células sanguíneas, proceso que se conoce como hematopoyesis.

Cuando aparece un proceso tumoral que afecta a alguna de las líneas germinales de la médula ósea, se altera la hematopoyesis y, en la mayoría de casos, esta alteración se refleja en la sangre circulante (con aumento o disminución de las distintas poblaciones de células sanguíneas). Además, las células cancerígenas se pueden propagar por el torrente sanguíneo e infiltrar en órganos linfoides periféricos, como los ganglios linfáticos, el hígado o el bazo.

En concreto, el término leucemia significa “sangre blanca”, debido a la que la característica más habitual es el incremento marcado del número de glóbulos blancos. No obstante, también es frecuente encontrar otras alteraciones como anemia (disminución de glóbulos rojos) o trombocitopenia (disminución de plaquetas).

En los perros, las leucemias constituyen menos del 10% de las neoplasias hemolinfáticas, por lo que se consideran enfermedades raras. En esta especie, son mucho más frecuentes otros tumores linfoproliferativos, como los linfomas.

Te damos más detalles sobre el Cáncer en perros: síntomas y tratamiento en el siguiente artículo.

Para abordar este apartado, es preciso que diferenciemos los síntomas que se producen en las leucemias agudas, de los que se producen en las leucemias de curso crónico.

Síntomas de la leucemia aguda en perros

Como hemos dicho, las leucemias agudas tienen un curso rápido y muy agresivo. Los pacientes suelen presentar un marcado deterioro clínico, que evoluciona desfavorablemente en pocos días.

En concreto, los perros desarrollan una sintomatología inespecífica, que puede incluir:

• Decaimiento severo.
• Anorexia y pérdida de peso rápida.
• Fiebre persistente o recurrente.
• Mucosas pálidas.
• Petequias y/o equimosis (hemorragias en la piel y mucosas).
• Dolor articular y cojera.
• Signos neurológicos: confusión y deambulación tambaleante.
• Ligero aumento de tamaño de los ganglios linfáticos.

Síntomas de la leucemia crónica

Por su parte, las leucemias crónicas en perros suelen tener un curso mucho menos agresivo. De hecho, muchos casos se diagnostican de forma accidental durante una exploración física o una analítica, puesto que la mitad de los perros son asintomáticos o presentan signos poco evidentes.

Cuando aparece sintomatología, suele ser inespecífica, al igual que en las leucemias agudas:

• Letargo.
• Disminución del apetito.
• Pérdida de peso paulatina.
• Vómitos y/o diarrea intermitente.
• Poliuria/polidipsia.
• Fiebre.
• Mucosas pálidas.
• Ligero aumento de los ganglios linfáticos.

Después de haber repasado cuáles son los signos de leucemia en perros, vamos a ver qué es lo que la causa.

En los gatos, la leucemia suele estar causada por el conocido virus de la Leucemia Felina (FeLV), el cual se transmite entre los gatos mediante un contacto cercano y prolongado. Por este motivo, cuando se diagnostica esta enfermedad en los perros, suele surgir la duda en sus cuidadores de si la leucemia en perros es contagiosa. Lo cierto es que no. A diferencia de lo que ocurre en la especie felina, en los perros la mayoría de las leucemias se consideran de origen espontáneo.

A nivel experimental, se ha establecido que la exposición a radiaciones y a químicos, así como las infecciones víricas, son factores de riesgo que pueden predisponer a la aparición de esta enfermedad. No obstante, es necesario continuar estas líneas de investigación para determinar con certeza las causas que están detrás de la leucemia canina.

Ahora que ya hemos resuelto la duda sobre si la leucemia en perros es contagiosa, vamos a ver qué examen detecta la leucemia en perros y cuál es su tratamiento.

Llegados a este punto, seguramente te estés preguntando qué examen detecta la leucemia en perros. Lo cierto es que con los datos de la historia clínica, la exploración física y las alteraciones del hemograma (fundamentalmente la detección de leucocitos altos en perros, también conocidos como glóbulos blancos) se puede establecer un diagnóstico presuntivo de leucemia canina.

Sin embargo, para confirmar el diagnóstico, es necesario realizar un examen que consiste en un aspirado o biopsia de la médula ósea para llevar a cabo un estudio histopatológico, tinciones citoquímicas y, en ocasiones, inmunofenotipado. Además, cuando se detecta un incremento del tamaño del bazo, el hígado o algunos ganglios linfáticos puede ser útil tomar aspirados de estos órganos para su estudio citológico.

Al igual que el resto de tumores hematopoyéticos, la leucemia no es operable. Por ello, para su tratamiento es necesario recurrir a un protocolo de quimioterapia, el cual dependerá fundamentalmente de si se trata de una leucemia de curso agudo o de curso crónico.

Tratamiento de la leucemia aguda

En la leucemia aguda, los protocolos quimioterápicos suelen incluir fármacos como el arabinósido de citosina, la asparaginasa o la doxorrubicina. En casos avanzados en los que la médula ósea está muy afectada, suele ser necesario hospitalizar a los pacientes durante el inicio del tratamiento, puesto que la quimioterapia puede ocasionar el denominado “síndrome de lisis tumoral aguda”, que se produce por la muerte repentina de muchas células tumorales que liberan metabolitos con efectos tóxicos.

En cualquier caso, es importante saber que el tratamiento de la leucemia aguda suele ser poco efectivo. La mayoría de los perros responden mal al tratamiento y, cuando responden, la remisión de la enfermedad suele ser muy corta, con tiempos de supervivencia que no suelen superar los 3 meses.

Tratamiento de la leucemia crónica

En el caso de la leucemia crónica, los protocolos de quimioterapia pueden incluir fármacos como la vincristina, la ciclofosfamida, el clorambucilo o corticoides cuando se trata de una leucemia linfoide; y fármacos como la hidroxiurea, el busalfán o el mestilato de imatinib en casos de leucemia mieloide.

Por suerte y, a diferencia de lo que ocurre en la leucemia aguda, la mayoría de los perros con leucemia crónica tratados alcanzan la remisión de la enfermedad, logrando periodos de supervivencia de incluso varios años. El pronóstico es especialmente favorable en los casos de leucemia crónica linfoide, de hecho, muchos de estos perros no mueren por causas relacionadas con la leucemia, sino por otras alteraciones derivadas de la edad.

En definitiva, podemos resumir que cuando el curso de la enfermedad es crónico, la leucemia en perros tiene cura, o al menos, se pueden lograr remisiones prolongadas de la enfermedad. Sin embargo, en los pacientes con leucemia aguda, el tratamiento no suele ser efectivo.

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Una de las mayores preocupaciones de los tutores es averiguar cuánto vive un perro con leucemia. El pronóstico de la leucemia canina depende enormemente del curso clínico de la enfermedad.

Por desgracia, el pronóstico de los perros con leucemia aguda es malo. Los perros no tratados viven menos de dos semanas, y aun cuando se tratan y responden positivamente a la quimioterapia, la esperanza de vida no suele superar los 3 meses. Además, más de la mitad de los pacientes mueren durante el periodo de tratamiento, por complicaciones como sepsis o hemorragias. Por ello, ante estos casos, es habitual que los veterinarios planteen realizar la eutanasia humanitaria del animal, para evitar un sufrimiento innecesario.

Afortunadamente, la leucemia crónica tiene un mejor pronóstico, especialmente si se trata de la leucemia crónica linfoide. Es estos casos, los tiempos de supervivencia son largos; incluso sin tratamiento, es habitual que los perros sobrevivan más de 2 años. La leucemia crónica mieloide tiene un pronóstico algo peor, aunque con tratamiento se pueden lograr periodos de supervivencia de hasta 15 meses.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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