¿Los gatos quieren a sus dueños?

¿Los gatos quieren a sus dueños?

Popularmente, existe la creencia que los gatos son animales completamente independientes y los cuales no sienten el mismo amor incondicional que nosotros hacia ellos. Este hecho, sin duda, genera bastante incomodidad a los propietarios de gatos, pues están seguros de que sus gatos les quieren y lo demuestran con el más mínimo gesto.

Pero ¿es esto cierto? Si te estás preguntando si los gatos quieren a sus dueños, estás en el lugar adecuado, ya que en este artículo de ExpertoAnimal te queremos explicar cómo quieren los gatos y qué tan ciertos son los rumores entorno a estos.

¿Los gatos tienen sentimientos?

La afirmación de que los gatos sienten amor tiene varios matices a tener en cuenta, pues aunque no dudamos en el inmenso afecto que nos profesan nuestras mascotas, hay que saber distinguir nuestra forma de percibir el mundo a como lo perciben nuestras mascotas. Lo que sí tenemos muy claro es que los gatos crean vínculos de apego muy fuertes.

Pero ¿qué es el apego? Este concepto fue definido por primera vez por el psicólogo John Bowlby, y es entendido como una vinculación afectiva de gran intensidad y de forma duradera (pero variable con el paso del tiempo), la cual se desarrolla mediante la interacción recíproca entre dos individuos y en la cual se aporta seguridad, consuelo y sustento.

Emocionalmente hablando, el apego surge cuando el individuo percibe que tiene una figura protectora, la cual estará ahí incondicionalmente, como una madre a su hijo, ya sea una relación humana, canina o felina, entre muchas otras especies. Por esta razón, no es extraño que tu gato busque refugiarse en ti cuando está triste, tiene miedo o, en definitiva, busque un apoyo emocional en ti.

Para más información, puedes consultar este otro artículo de ExpertoAnimal sobre ¿Los gatos tienen sentimientos?

Comportamiento de los gatos con sus dueños

Recientemente, se realizó un estudio en la Universidad de Oregon para comprobar si este fenómeno es cierto o si, por el contrario, es solo una “idealización” de aquellos que quieren mucho a sus mininos. Ahora bien, afirmativamente se demostró empíricamente que los gatos domésticos forman vínculos con sus dueños y son similares a los que crea un infante con sus padres.

No es extraño que se cree este vínculo entre gatos y propietarios, pues si lo miramos fríamente, el apego en realidad es un mecanismo de supervivencia que tenemos distintas especies para aferrarnos emocionalmente a aquello que propicia nuestra supervivencia. Es decir, si una gata no se preocupara por sus cachorros ni estos se sintieran inseguros si su madre desaparece (y, por lo tanto, no la llamaran), difícilmente podrían vivir sin el alimento, protección y aprendizaje que esta les da incondicionalmente.

Sin embargo, mientras en la naturaleza se da un proceso de desapego, en el cual cuando los cachorros están listos a nivel madurativo, la madre empieza a alejarse de ellos y les obliga a independizarse, cuando adoptas un gato esto no sucede, pues el propietario se vuelve esa figura protectora sin la cual no podría sobrevivir, motivo por el cual, en parte, los gatos echan de menos a sus dueños. En estas circunstancias, como tu gato te ha asociado como algo bueno, cada vez que te ve le generas una gran sensación de confianza y tranquilidad. Contrariamente y como se comprobó en el experimento, si desapareces de su lado y le dejas en un espacio completamente desconocido, este se sentirá terriblemente inseguro y estresado, pues habrá perdido su base segura.

Además, detrás de este comportamiento existe una hormona, la cual es la responsable de que tanto gatos como humano sintamos afecto. Estamos hablando nada más y nada menos que de la oxitocina, sustancia secretada por la glándula pituitaria responsable de crear y mantener relaciones de amistad y apego.

Esta “hormona del amor” es la encargada en muchos mamíferos de hacernos sentir bien cuando estamos en compañía e interaccionamos con otros de nuestra misma o distinta especie. De este modo, es una pieza clave para la afiliación con otros, pues estimula y refuerza comportamientos sociales, como el acicalamiento mutuo, el juego, etc.

Para más información, puedes consultar este otro artículo de ExpertoAnimal sobre ¿Cómo saber si mi gato me tiene confianza?

¿Cómo saber si mi gato me quiere?

Seguramente adores a tu gato, pero puede que te hayas preguntado más de una vez si este amor es recíproco, pues los felinos no expresan su afecto del mismo modo que nosotros, y todos tienen su propio carácter, cosa que puede dificultar el entendimiento de este. Ahora bien, no hay duda de que si tu eres quién le proporciona alimento y seguridad a tu minino, este debe quererte un montón. Veamos cuales son los signos principales que demuestran que tu gato te quiere:

  • Ronronea cuando te acercas y le acaricias.
  • Se estira y te enseña su barriga, la cual es su zona más vulnerable.
  • Se roza contra ti, dándote golpes con su cabeza, paseándose entre tus piernas…
  • Te da como obsequio las presas que caza.
  • Quiere jugar contigo.
  • Duerme cerca (o encima) de ti.
  • Te mira fijamente.
  • Te lame y da algún que otro mordisquito.
  • Eleva la cola al verte.
  • Te maulla para que estés por él.
  • Te sigue a todas partes.

Si después de leer las señales de amor de un gato sospechas que tu gato no te quiere, te recomendamos leer este otro artículo de ExpertoAnimal sobre Mi gato no me quiere - Por qué y qué hacer.

Si deseas leer más artículos parecidos a ¿Los gatos quieren a sus dueños?, te recomendamos que entres en nuestra sección de Curiosidades del mundo animal.

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Bibliografía
  • Branam, C. (2019) Cats, like children and dogs, develop attachments to their caregivers, study shows. Oregon State University. Enlace recuperado el 30/04/2010: https://today.oregonstate.edu/news/cats-children-and-dogs-develop-attachments-their-caregivers-study-shows
  • Cantón, J. y Cortés, M. R. (2003). El apego del niño a sus cuidadores: evaluación, antecedentes y consecuencias para el desarrollo. Editorial Alianza. Madrid.
  • Raghanti, M. (2019) Domesticated species: It takes one to know one Proceedings of the National Academy of Sciences. 116 (29) 14401-14403; DOI: 10.1073/pnas.1908964116