¿Los perros pueden comer comida de gato?

¿Los perros pueden comer comida de gato?

Esta es una pregunta que se hacen muchos cuidadores que tienen en casa a los dos tipos de animales. La respuesta es que hacerlo alguna que otra vez no implica nada, sin embargo, que un perro comparta la misma dieta, a largo plazo, no es correcto y puede ser perjudicial para su salud.

En apariencia, la comida para gatos luce como la comida para perros, pero, en su contenido, no lo es. De igual forma, los perros y los gatos tienen diferentes necesidades en muchos sentidos, en especial a nivel nutricional; y la comida para gatos, no está hecha para cuidar y proteger su tipo de organismo.

Ya respondida la pregunta ¿los perros pueden comer comida de gato? te invitamos a leer este nuevo artículo de ExpertoAnimal donde ampliaremos los motivos por los cuales no es bueno darle comida de gato a tu perro.

Cada quien con su comida

Intenta no mezclar a los dos mundos culinarios. Alimenta a tu perro con comida diseñada para él, de esta forma, evitarás cualquier problema de salud. Recuerda que todo comienza por nuestra alimentación y eso incluye a las mascotas. A los perros les encanta recoger y buscar comida que no les corresponden, incluso, si ya han sido alimentados.

Si dejas la comida del gato a la interperie, al perro le resultará complicado de resistir, por lo que irá a por ella. Para evitar que esto ocurra, alimenta a tus mascotas en habitaciones separadas, e incluso coloca la comida de tu gato en una altura donde tu perro no pueda verla o acceder a ella. Asegúrate que cada mascota coma su propia comida.

Demasiadas calorías

Los alimentos para gatos contienen mayores cantidades de grasa siendo muy altos en calorías, y esto no es positivo para el organismo del perro. Los especialistas en nutrición animal recomiendan al menos una cantidad de 5% de grasa para los alimentos para perros y 9% de grasa para los gatos (casi del doble). Esto es una gran diferencia.

A mayor cantidad de grasa, mayor cantidad de calorías. Los perros que comparten la misma dieta que los gatos, a largo plazo, podrían padecer de obesidad, causada por la incorrecta ingesta de alimentos grasos, así como sufrir de malestares estomacales, diarrea y vómitos.

Nuestras amigas las proteínas

No sólo los alimentos para gatos contienen más grasa que los alimentos para perros, sino que también contienen mayores cantidades de proteínas. Por naturaleza, los gatos son animales carnívoros obligados, y su dieta necesita ser muy rica en proteínas para cubrir una importante de su parte de sus necesidades alimenticias. Por otro lado, los perros son animales omnívoros y las necesidades de proteína son mucho menores y esa fuente de proteínas no tiene que ser continua y necesariamente proveniente de animales. Los alimentos para gatos contienen, al menos, 26% de proteínas, versus la comida para perros que tiene un 18% de niveles proteicos y que satisface las necesidades nutricionales básicas de cualquier perro.

Mala nutrición para tu perro

El resultado de darle comida de gatos a tu perro es un desequilibrio inapropiado de vitaminas y minerales, y que en muchos casos, da lugar a deficiencias nutricionales como la falta de zinc y vitamina E (fundamentales para perros) y en otros casos, la inclusión excesiva de nutrientes innecesarios en la dieta de un perro, como por ejemplo, la taurina (muy necesaria para los gatos).

Estas diferencias nutricionales pueden afectar la salud general de tu perro para toda la vida. También las necesidades de los perros en cuanto a las carbohidratos que les aportan energía, es diferente a la de los gatos, ya que ellos obtienen su energía principalmente de las grasas. Los alimentos para gatos, carecen de ingredientes que aportan los carbohidratos necesarios para los canes.

Riesgos para la salud de tu perro

Los excesos no son buenos, y eso simboliza la comida de gatos para los perros, que se puede traducir en enfermedades. Demasiada grasa puede afectar el páncreas de un perro, afectando la eficiencia de su digestión y produciendo pancreatitis. Lo mismo ocurre con las proteínas, que pueden llevar no sólo a la obesidad, sino también, poner a trabajar en exceso a los riñones y al hígado de tu perro, creando una tensión innecesaria en estos órganos y derivar en un daño renal o hepático.

Tal vez a tu perro le gusta la comida de tu gato porque presenta una falta de proteínas o grasa en su dieta, así que consulta a tu veterinario para realizar los análisis adecuados y realizar los ajustes necesarios porque, en exceso, los perro no pueden comer comida de gato.

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