Es probable que en nuestro botiquín casero contemos con metoclopramida y sintamos la tentación de dársela a nuestro gato si un día lo encontramos vomitando. Pero lo cierto es que, aunque la metoclopramida es un principio activo que sí pueden utilizar los gatos, este solo debe administrarse siguiendo la prescripción del veterinario tras examinarlo y diagnosticarlo. De lo contrario, la metoclopramida para gatos podría resultar perjudicial.
En este artículo de ExpertoAnimal te contamos todos los detalles acerca del uso de metoclopramida en gatos, sus posibles efectos secundarios y mucho más.
¿Qué es la metoclopramida?
La metoclopramida es un fármaco conocido sobre todo por su efecto antiemético, es decir, actúa en el control de los vómitos y las náuseas. Pero también afecta a la movilidad intestinal y, adicionalmente, evita el reflujo gástrico. Se incluye en el grupo de las ortopramidas. Posee un mecanismo de acción central, que es el que consigue su actividad antiemética, y otro periférico, que es el que estimula el movimiento gastrointestinal. Tras su administración oral, la máxima concentración plasmática se alcanza a las dos horas, con una vida media de 90 minutos. Atraviesa la barrera hematoencefálica.
Podemos encontrar la metoclopramida para gatos en varios formatos, como el inyectable, que será el que administre directamente el veterinario. La inyección puede administrarse por vía intramuscular, subcutánea o intravenosa. Para dárselo al gato en casa es más cómoda la metoclopramida en gotas.
¿Para qué sirve la metoclopramida para gatos?
La metoclopramida se usa para tratar y prevenir los vómitos, el reflujo y reducir la motilidad intestinal que se produce en trastornos como la gastritis, la nefritis crónica, que es la inflamación del riñón con repercusiones en el sistema digestivo, o la intolerancia a algunos fármacos. Alivia las náuseas y la acumulación de gas y favorece el vaciamiento del estómago hacia el duodeno. Eso sí, cuando los vómitos son muy intensos y el gato está deshidratado, no basta con darle la metoclopramida y es probable que haya que ingresarlo para administrarle fluidoterapia y medicación intravenosa.
Dosis de metoclopramida para gatos
La dosis de metoclopramida en gatos solo puede ser establecida por el veterinario en función del peso del gato y de la afección que padezca. Es muy importante determinarla con exactitud para que el tratamiento sea eficaz y lo más seguro posible. Como orientación, las inyecciones de metoclopramida suelen ser de 0,5 mg por cada kg de peso del gato. Esta dosis puede repetirse cada 6-8 horas, en función de la evolución. En cambio, de la metoclopramida en gotas para gatos se administran entre 1 y 2 por kg, también cada 6-8 horas. Seis horas es el tiempo mínimo que puede transcurrir entre dos tomas. Hay que tener en cuenta que esta dosificación puede verse alterada en aquellos ejemplares con insuficiencia renal o hepática.
Por otro lado, es mejor dar la metoclopramida antes de la comida. Si el gato la vomita o hace una gran cantidad de espuma, hay que comunicárselo al veterinario por si fuese necesario cambiar el formato a la presentación inyectable, que no puede rechazar. La duración del tratamiento irá en función de la evolución del gato.
Contraindicaciones de la metoclopramida para gatos
La metoclopramida no debe administrarse a gatos con obstrucción, hemorragia o perforación intestinal. Tampoco se recomienda para los diagnosticados de epilepsia o con convulsiones ni, por supuesto, para aquellos que con anterioridad han manifestado alguna reacción alérgica a la metoclopramida.
Por otra parte, no hay estudios sobre la seguridad de administrar metoclopramida a gatas en estado de gestación o período de lactancia. En esos casos, será el veterinario quien decida, en base a la valoración de las ventajas y los inconvenientes, si es adecuado o no recurrir a la metoclopramida. Finalmente, si el gato está tomando algún medicamento y el veterinario lo desconoce, debemos comunicárselo, pues podrían producirse interacciones o un aumento en el riesgo de aparición de efectos secundarios.
Efectos secundarios de la metoclopramida para gatos
Es raro que la metoclopramida cause algún efecto adverso. En un pequeño porcentaje de gatos podríamos detectar:
- nerviosismo
- descoordinación
- posturas y movimientos anómalos
- postración
- agresividad y cambios de comportamiento
- sedación
- somnolencia
- temblores
- diarrea
- exceso de vocalizaciones
Normalmente, todos estos síntomas desaparecen al retirar el tratamiento. Pueden producirse también cuando la dosis que administramos supera la recomendada. En ese caso, se aconseja mantener al gato en un lugar tranquilo y avisar al veterinario para que determine el seguimiento más adecuado. No hay antídoto específico, pero como la metoclopramida se metaboliza y se elimina con rapidez, estos efectos secundarios acostumbran a desaparecer en un corto espacio de tiempo.
Por otra parte, algunos gatos podrían sufrir reacciones alérgicas. En los tratamientos prologados puede aparecer estreñimiento. En cualquier caso, todo signo que muestre el gato que nos parezca reacción del metronidazol debe ser comunicado al veterinario. Por último, ten en cuenta que si tu gato padece insuficiencia renal o hepática aumenta el riesgo de que sufra efectos adversos. El veterinario ajustará la dosis para evitarlo en lo posible.
Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
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