Mi gato no puede caminar - Causas y soluciones

Mi gato no puede caminar - Causas y soluciones

En este artículo de ExpertoAnimal vamos a repasar las causas más comunes que pueden explicar por qué tu gato no puede caminar. Aunque los motivos que provocan esta dificultad no siempre revisten gravedad, sí suele ser necesario acudir a nuestro veterinario para que nos prescriba el tratamiento más adecuado, una vez haya descubierto la causa que impide la correcta deambulación.

Veremos que, en ocasiones, la recuperación puede requerir de la realización de una cirugía, de ahí la importancia de la consulta veterinaria. De esta forma, si tu gato camina raro o, directamente, no camina, no dudes en visitar al especialista.

¿Por qué mi gato no tiene fuerza en las patas?

Antes de comenzar a explicar los motivos por los que un gato no puede caminar, debemos prestar atención a las características de este impedimento. Un gato puede sufrir parálisis cuando deja por completo de andar. Este problema, más común en las patas traseras, impide por completo que las mueva. Por lo tanto, ni camina ni se mantiene de pie.

Otras veces, un gato no puede caminar porque le fallan las patas, también más comúnmente las traseras. En estos casos veremos debilidad. El gato puede estar de pie pero se cae, no consigue moverse. A veces lo logra pero con movimientos extraños, levantando las patas anormalmente o desplazándose en círculos. Otras veces la dificultad de movilidad se produce porque el gato presenta temblores, tics o convulsiones por todo su cuerpo.

Causas de parálisis en las patas del gato

Un atropello, un impacto, el ataque de un perro o una caída de gran altura pueden ser la causa de que nuestro gato no pueda caminar. Esto sucede cuando hay una afectación de la columna vertebral de forma que se interrumpe la comunicación nerviosa con las patas, que quedan inmóviles. Además, estos traumatismos pueden provocar más lesiones de gravedad, por lo que se requiere un rápido traslado al veterinario, siempre manejando al animal con cuidado.

En general, cuando se trata de una parálisis por traumatismo, el animal tiende a intentar moverse con las patas no dañadas, arrastrando las que sí han sido afectadas. Por este motivo, podemos notar que el gato arrastra las patas traseras, o la delanteras. Y si todas las extremidades se han visto perjudicadas, evidentemente no moverá ninguna.

Una radiografía o una resonancia pueden aportarnos información sobre el estado de la columna. En función del daño, así será el pronóstico. Puede requerirse medicación, rehabilitación o cirugía. El gato puede recuperarse o mantener secuelas. Para prevenir, debemos evitar que el gato tenga acceso al exterior sin control e instalar mosquiteras en las ventanas para que no pueda caerse.

Por otro lado, la miocardiopatía hipertrófica también puede producir una parálisis en las patas del gato, especialmente en las traseras y en la cola, debido a que el sistema cardiovascular falla y, por ende, disminuye el flujo sanguíneo.

¿Por qué mi gato pierde el equilibrio al caminar?

Numerosas son las causas detrás de que un gato no pueda caminar por presentar debilidad, generalmente en las patas traseras. En gatos de más edad podemos observar que dejan de subirse a alturas, aunque estas sean pequeñas. Eso puede ser signo de dolor debido a algún proceso degenerativo como la artrosis. Además, gatos que se han recuperado de enfermedades como la panleucopenia pueden mantener unas secuelas neurológicas que les afectan a la deambulación. Son gatos que no andan del todo recto, levantan exageradamente las patas para dar un paso, pierden el equilibrio con facilidad o manifiestan una descoordinación entre sus patas. Estos daños pueden ser irreversibles pero no les impiden llevar una vida normal.

El síndrome vestibular es una alteración neurológica que produce síntomas como inclinación de la cabeza, andares en círculo, nistagmo (movimientos oculares continuos), estrabismo o ataxia, que produce la descoordinación que va a dificultar la deambulación. Este síndrome puede estar causado por un traumatismo, una otitis, enfermedades infecciosas, etc. La solución pasa por un buen examen neurológico que permita identificar la causa desencadenante. Puede curarse, pero algunos gatos se quedan con la cabeza inclinada como lesión permanente.

Por último, la falta de equilibrio también puede justificarse con el desarrollo de una infección en el oído, por lo que, nuevamente, la visita al especialista es obligatoria.

Mi gato se tambalea y se cae, ¿por qué?

En ocasiones, nuestro gato no puede caminar porque ha perdido el control de su cuerpo, al padecer convulsiones, temblores o tics, en ocasiones acompañados de otros síntomas. Este cuadro suele corresponderse con una intoxicación y requiere ayuda veterinaria inmediata. El pronóstico va a depender de la sustancia con la que el gato haya entrado en contacto, el tiempo de contacto o el tamaño del felino.

Para evitar sustos, debemos vigilar que el entorno que ofrecemos a nuestro gato sea seguro, impidiendo su acceso a sustancias o plantas potencialmente tóxicas. Hay que tener especial cuidado con los productos antiparasitarios para perros, ya que en ocasiones incluyen principios activos tóxicos para los gatos.

Si conocemos la sustancia que ha envenenado a nuestro gato, debemos decírselo al veterinario. Con fluidoterapia y medicación es posible recuperar al gato sin secuelas, aunque, como hemos dicho, el pronóstico es reservado. Para más información, no dudes en consultar el siguiente artículo: "Envenenamiento en gatos - Síntomas y primeros auxilios".

Mi gato no camina bien - ¿Tiene heridas?

Por último, a veces el gato no puede caminar o lo hace con dificultad por alguna lesión, generalmente en el pie. Por eso, si sospechamos de algún daño localizado, siempre y cuando el gato no haya sufrido ningún accidente ni presente más síntomas, debemos examinar bien los dedos, las uñas y las almohadillas. Si encontramos alguna lesión debemos comunicárselo al veterinario.

Evitar que pise superficies calientes o mantener bien cuidadas las uñas puede minimizar estos problemas. Así mismo, establecer una rutina para comprobar el estado de estas zonas de forma periódica nos ayudar a identificar cualquier herida rápidamente, evitando que se infecte y el cuadro clínico empeore.

Otras causas por las que a un gato le fallan las patas

Si a tu gato le fallan las patas traseras, o delanteras, y ninguna de las causas anteriores se corresponden con su estado, debes saber que existen muchos otros motivos que presentan esta condición como síntoma. De esta forma, resaltamos la importancia de acudir al veterinario lo antes posible, ya que podemos encontrarnos ante un cuadro severo de estreñimiento, una trombosis, una hernia discal, una displasia de cadera o una posible diabetes.

En todos los casos anteriores es necesaria la intervención veterinaria, ya que de no hacerlo la vida del animal podría verse gravemente comprometida. De esta forma, si te preguntas qué hacer si a tu gato le fallan las patas o no puede caminar, lo primero que recomendamos es revisar cada una de sus partes por si existiera alguna lesión externa. Luego, visita al especialista con toda la información recogida para facilitar el diagnóstico.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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