Mi gato pide comida pero no come: causas y qué hacer

Mi gato pide comida pero no come: causas y qué hacer

"Mi gato tiene hambre pero no come" o "mi gato me pide comida pero no come" son preguntas que pueden hacerse los cuidadores de pequeños felinos en algún momento de sus vidas. Generalmente, la respuesta tiene un origen patológico, ya que si un gato pide comida con aparente apetito pero luego no come, o no consume lo habitual o lo esperado, algo está ocurriendo.

Este tipo de anorexia con apetito suele estar asociado a problemas de salud, generalmente derivados de dolor o malestar, frecuentemente de origen bucal, que provocan rechazo a la ingesta de alimento a pesar de mantener el apetito. Si quieres saber por qué tu gato pide comida pero no come, continúa leyendo este artículo de ExpertoAnimal, donde conocerás las principales causas de este problema en la especie felina.

1. Dolor bucal

Si a un gato le duele la boca, es normal que no coma a pesar de tener hambre. Esto ocurre porque, aunque no presenten problemas orgánicos o infecciosos que les hagan perder el interés por la comida, los trastornos bucales les causan dolor al intentar comer, lo que les lleva a rechazar alimentos más duros o aquellos que les provocan mayor molestia.

Algunos problemas que pueden causar dolor bucal en los gatos incluyen:

  • Enfermedad periodontal: consiste en la inflamación o infección de las encías y dientes, originada por la acumulación de placa bacteriana que se convierte en sarro, provocando gingivitis. Esta inflamación puede llegar a causar la pérdida de piezas dentales y dolor intenso.
  • Estomatitis: es la inflamación crónica de las encías y otras áreas bucales, generalmente consecuencia de una respuesta inmune alterada, que provoca mucho dolor y malestar.
  • Lesiones o heridas bucales: pueden surgir por peleas, caídas, accidentes o la ingestión de cuerpos extraños afilados, causando dolor significativo. Si en el hogar conviven dos gatos que se pelean a menudo, te recomendamos consultar este artículo: "¿Cómo hacer que dos gatos se lleven bien?".
  • Abscesos dentales: son acumulaciones de pus originadas por infecciones dentales que resultan extremadamente dolorosas.
  • Tumores bucales: pueden ser benignos o malignos y, en algunos casos, también son dolorosos.

    Tratamiento

    El tratamiento del dolor bucal se basa en abordar la causa subyacente del problema, además del uso de antiinflamatorios y analgésicos para controlar el dolor y mejorar la calidad de vida del gato.

    2. Problemas dentales

    Cuando los dientes de nuestros gatos se ven afectados por infecciones o fracturas como consecuencia de algún tipo de traumatismo, las raíces o nervios pueden quedar expuestos, causando un intenso dolor que hará que nuestros pequeños felinos rechacen el alimento, incluso si lo piden.

    Otro problema dental que puede causar dolor al masticar es la maloclusión, que ocurre cuando los dientes no se alinean correctamente. Esto es más frecuente en gatos con dientes superpuestos o que han sufrido alguna lesión mandibular.

    Tratamiento

    Si tu gato pide comida pero no come porque sufre uno de los problemas dentales mencionados, el tratamiento depende de la causa específica:

    • En el caso de fracturas, se puede optar por extraer el diente para evitar más dolor o infecciones, sellar las piezas afectadas o aplicar esmaltes dentales para protegerlas, además de usar analgésicos o antibióticos para controlar el dolor y prevenir infecciones.
    • En el caso de maloclusión dental, si el problema es severo, puede requerir extracciones dentales o incluso cirugía para corregir la alineación y mejorar la calidad de vida del gato.

    3. Gingivoestomatitis crónica felina

    La gingivoestomatitis crónica felina es otra patología que puede hacer que un gato tenga hambre pero no com. Esta enfermedad se caracteriza por una inflamación difusa de la boca del gato, que afecta tanto a las encías como a la mucosa bucal, y que debe haber estado presente durante al menos seis meses para considerarse crónica.

    La gingivoestomatitis puede presentar diferentes grados de gravedad y una de las lesiones típicas que la caracteriza es la estomatitis caudal, que consiste en una inflamación en la parte más profunda de la boca del gato. Esta inflamación puede extenderse a la lengua y, en algunos casos, ser proliferativa, es decir, provocar el crecimiento excesivo del tejido inflamado. Además del dolor que provoca anorexia, los gatos afectados pueden presentar los siguientes síntomas:

    • Problemas para tragar.
    • Falta de acicalamiento debido al dolor bucal.
    • Halitosis (mal aliento).
    • Sangrado bucal.
    • Ptialismo (salivación excesiva).

    Entre las causas de esta enfermedad se incluyen el calicivirus felino, los retrovirus felinos (como el virus de la leucemia felina o el de la inmunodeficiencia felina), el estrés o, principalmente, un origen inmunomediado. Este último se debe a una reacción exagerada del sistema inmune del gato, con una alteración de la inmunidad local en su saliva.

    Tratamiento

    Si tienes un gato con gingivoestomatitis crónica felina, debes saber que es una enfermedad difícil de tratar. El objetivo del tratamiento es reducir la acumulación de placa y controlar la inflamación, para lo cual pueden ser necesarios analgésicos como la buprenorfina o AINES como el meloxicam para reducir el dolor e inflamación. También se suelen usar antibióticos, limpiezas bucales regulares y, en los casos donde hay dientes afectados por enfermedad periodontal o pérdida ósea, extracciones dentales.

    En los casos más graves, o aquellos que no responden a los tratamientos convencionales, puede ser necesaria la exodoncia completa de los dientes molares y premolares. Aunque es un procedimiento radical, se considera la terapia más efectiva, logrando curar hasta al 60% de los gatos afectados. El resto de los gatos pueden no curarse completamente, pero experimentan una reducción significativa del dolor y la inflamación, lo que les permite volver a comer con mayor comodidad.

    4. Trastornos ortopédicos o neurológicos de la mandíbula

    La anorexia en nuestros gatos también puede estar provocada por dolor y disfunción en la masticación como resultado de algún tipo de trastorno neurológico u ortopédico en la mandíbula. Algunos de estos problemas pueden incluir:

    • Luxación de la mandíbula: ocurre cuando la mandíbula se desplaza fuera de su lugar en la articulación temporomandibular (ATM), lo que provoca un intenso dolor y dificultades para abrir o cerrar la boca.
    • Fracturas mandibulares: suelen ser consecuencia de traumatismos en la boca o la cara, o del crecimiento de tumores mandibulares que debilitan el hueso.
    • Disfunción de la articulación temporomandibular: provoca problemas al mover la mandíbula y dolor al masticar, y puede ser resultado de artritis, traumas o condiciones genéticas que afectan esta articulación.
    • Trastornos neurológicos mandibulares: pueden surgir cuando se ven afectados los nervios que controlan los músculos de la masticación, como resultado de tumores, neuropatías motoras o infecciones.
    • Osteomielitis mandibular: es una infección del hueso mandibular que puede causar dolor intenso, hinchazón y dificultades para masticar.

      Tratamiento

      El tratamiento depende del problema específico:

      • Luxaciones mandibulares: requieren reubicación de la mandíbula y analgesia para controlar el dolor.
      • Fracturas mandibulares: necesitan reparación quirúrgica para estabilizar el hueso.
      • Disfunción de la articulación temporomandibular: se maneja con antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para reducir el dolor y la inflamación.
      • Trastornos neurológicos: el tratamiento depende de la causa subyacente del daño neurológico.
      • Osteomielitis mandibular: se trata principalmente con antibióticos para combatir la infección y, en algunos casos, cirugía para drenar abscesos o remover tejido infectado.

      5. Cambio de alimento

      Por último, aunque no se trata de un problema que cause dolor bucal o mandibular, los cambios repentinos de alimento o la introducción de un alimento que no le gusta, también pueden provocar que un gato pida comida pero no coma.

      Los gatos suelen necesitar un periodo de adaptación para aceptar un nuevo alimento, por lo que es importante introducirlo poco a poco para evitar rechazos. Un cambio brusco en la dieta puede generar estrés en nuestros felinos, haciendo que se nieguen a probar el nuevo alimento, incluso si tienen apetito.

      Esto ocurre a veces cuando sus cuidadores son vegetarianos o veganos y desean que su gato también lo sea, algo totalmente inapropiado para esta especie, que es carnívora obligada y requiere proteínas de origen animal para sobrevivir. En estos casos, los gatos suelen rechazar las verduras y preferir alimentos ricos en proteínas animales, que son esenciales para su salud.

      Incluso un simple cambio de un tipo de pienso a otro puede generar este rechazo, por lo que siempre es recomendable hacer la transición de forma gradual para evitar problemas alimenticios y estrés en tu gato.

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