Mi perro come caca de gato - Causas y qué hacer

Mi perro come caca de gato - Causas y qué hacer

Aunque a nosotros nos resulte muy desagradable, el consumo de heces es un comportamiento bastante frecuente en algunos animales, incluidos los perros, que pueden llegar a ingerir en ocasiones sus propias deposiciones o las de otros animales. No obstante, el hecho de que sea una conducta habitual no significa que sea beneficiosa para el can o que no debamos aprender a evitarla.

En este artículo de ExpertoAnimal analizamos las causas por las que un perro come caca de gato, te contamos los riesgos que puede tener este comportamiento para su salud y te explicamos cuál es la mejor manera de prevenir y evitar que tu amigo de cuatro patas ingiera las heces del felino. ¡No te pierdas por qué mi perro come caca de gato!

¿Por qué mi perro come caca de gato?

La conducta de ingerir heces se denomina coprofagia y, cuando los excrementos en cuestión pertenecen a una especie diferente a la propia, hablamos de coprofagia interespecífica.

La coprofagia se considera una conducta normal en algunos animales y también en algunas etapas de la vida de una especie en concreto, como es el caso de las perras que, tras dar a luz, se comen las haces de sus cachorros hasta que estos alcanzan aproximadamente las diez semanas de edad, para mantener limpio su entorno.

Sin embargo, cuando la ingesta de heces (ya sean propias o ajenas) se convierte en un comportamiento repetitivo y frecuente, puede estar indicando que el perro padece algún problema a nivel físico o emocional. Algunas de las principales causas por las que un perro se come la caca del gato son las siguientes:

  • Conducta exploratoria: los cachorros y perros adolescentes necesitan descubrir el mundo que les rodea a través de sus sentidos y eso por ello que son tan curiosos y se llevan cualquier cosa a la boca. A esta edad, la ingesta ocasional de heces propias o ajenas suele formar parte del comportamiento exploratorio normal de los canes y, por lo general, ellos mismos van reduciendo esta conducta a medida que crecen y aprenden.
  • Aburrimiento o falta de estimulación ambiental: los perros necesitan estimulación física y mental diaria, adaptada, por supuesto, a su estado de salud, edad, carácter y raza. Si dejas a tu perro mucho tiempo solo en casa sin nada que hacer o no le brindas la oportunidad de satisfacer sus conductas naturales a través de juegos, sesiones de entrenamiento, paseos de calidad, etc. puede aburrirse o estresarse y desarrollar comportamientos indeseados, como es la coprofagia. Te dejamos el siguiente artículo de ExpertoAnimal con 5 síntomas de un perro aburrido.
  • Llamada de atención o juego: a veces, los perros aprenden a realizar conductas específicas para llamar nuestra atención y así iniciar una interacción con nosotros, incluso cuando dichas conductas nos resultan indeseables. Si regañas a tu peludo por comer caca de gato y, aún así, continúa haciéndolo, probablemente exista un fallo en vuestra comunicación y no os estáis entendiendo como es debido.
  • Hambre o deficiencia nutricional: como resulta evidente, si tu peludo pasa hambre o su alimentación no tiene la suficiente calidad para satisfacer sus necesidades, este buscará saciar su apetito con aquello que encuentre, incluidas las heces de gato. En este sentido, un veterinario nutricionista te puede ayudar a encontrar la dieta más apropiada y completa para tu perro.
  • Sabor palatable: aunque nos resulte difícil de entender, una causa muy frecuente por la que los perros comen caca de gato es, simplemente, porque les resulta atractivo su intenso olor y les gusta su sabor.

En algunas ocasiones, la conducta de coprofagia no responde a un único motivo, sino a varios. En este caso, se dice que la causa del problema es multifactorial y muchas veces hace falta ayuda de un etólogo o educador canino para identificar cada uno de los desencadenantes de la conducta y ponerle remedio.

Por otro lado, si la conducta aparece de forma repentina o se vuelve cada vez más insistente, también será necesario realizar una visita al veterinario para descartar que exista algún desorden a nivel orgánico antes de iniciar un tratamiento de modificación de conducta.

Peligros de que mi perro coma caca de gato

Que tu perro coma de manera puntual haces de gato no debería suponer ningún problema significativo para su salud, especialmente si cumples correctamente con el calendario de desparasitaciones. Sin embargo, una coprofagia patológica que se manifiesta de manera frecuente sí que puede entrañar ciertos riesgos.

Estos son los principales peligros a los que se expone tu peludo por ingerir heces de gato:

  • Dolencias gastrointestinales: si tu perro ingiere grandes cantidades de heces de gato, es muy probable que le sienten mal y le generen dolor de estómago, apatía, vómitos y/o diarrea. En la mayoría de los casos los canes mejoran al poco tiempo pero a veces es necesario acudir al veterinario y seguir un tratamiento médico para que se recuperen.
  • Riesgo de parasitosis: los excrementos de gato pueden contener parásitos capaces de enfermar al perro que los ingiera, sobre todo si este es cachorro y todavía no tiene un sistema inmune maduro. Este riesgo aumenta de manera notoria cuando el perro consume heces de gatos callejeros, mientras que el peligro de parasitosis disminuye cuando el gato en cuestión es doméstico y está sano y correctamente vacunado y desparasitado. Quizás también pueda interesarte este otro artículo sobre los Parásitos externos en perros: tipos y control de ExpertoAnimal.
  • Adhesión y obstrucción intestinal: si tu peludo se come las cacas directamente del arenero de tu gato, no solo está ingiriendo las heces, sino que también está tragando cierta cantidad de arena cada vez que lo hace. La acumulación de arena en el tracto digestivo podría acabar provocando una obstrucción intestinal y esto, en muchas ocasiones, requiere incluso de cirugía para solventarse. Afortunadamente, este riesgo es poco frecuente, pues el perro tendría que consumir grandes cantidades de arena. Descubre más sobre la Obstrucción intestinal en perros: síntomas y tratamiento, a continuación.

Ante cualquier signo de malestar o dolor, lo mejor es que acudas rápidamente a tu veterinario para que revise a tu perro y le paute el tratamiento más adecuado para su caso. Ahora que ya sabes los peligros, te contamos qué hacer para que mi perro no coma caca de gato.

¿Qué hacer si mi perro se come la caca del gato?

Sin duda, la mejor forma de evitar que tu perro corra cualquier tipo de riesgo por consumir caca de gato es prevenir que lo haga y, para ello, aquí te dejamos algunos consejos:

  • Coloca el arenero en un lugar inaccesible para el perro: ubicando el arenero de tu gato en un lugar elevado o en una habitación a la que solo el felino pueda tener acceso evitas que tu perro pueda acceder hasta los excrementos. Otra opción es utilizar un arenero cerrado o cubierto, siempre que a tu gato le resulte cómodo.
  • Limpia el arenero con frecuencia: los gatos son animales muy pulcros que agradecen que su arenero se mantenga siempre limpio. Además, retirando las heces de manera diaria reduces las probabilidades de que tu perro las pueda consumir. El uso de arena aglomerante te facilitará la limpieza, pues no tendrás que tirar toda la arena y cambiarla por otra cada vez que la limpies.
  • Ofrece a tu perro estimulación ambiental y social: para evitar el aburrimiento, asegúrate de realizar actividades divertidas con tu peludo y dejarle juguetes interactivos u otro tipo de estímulos a su disposición, especialmente cuando se queda solo en casa. Si la coprofagia se debe a la ansiedad o el estrés, tendrás que tratar primero esto para poder solventar el problema de consumo de heces. No dudes en echarle un vistazo al siguiente artículo sobre los Tipos de juguetes para perros.
  • Ofrécele alimentos de calidad: tu veterinario puede identificar si tu peludo tiene alguna deficiencia nutricional que pudiera estar llevándole a ingerir heces. Una alimentación completa y de buena calidad es imprescindible para mantener a tu perro en buen estado de salud y prevenir conductas como la coprofagia en algunos casos.
  • Contacta con un etólogo o educador canino: muchas veces no resulta sencillo dar con la causa de la coprofagia y, mucho menos, modificar esta conducta de manera correcta. Por ello, si tu peludo parece obsesionado con comerse las cacas de tu gato o, peor aún, comer excrementos por la calle, lo mejor es que contactes con un profesional que trabaje de manera respetuosa con el animal para que te ayude a establecer un plan de modificación conductual adecuado a tu caso co1ncreto.

Nunca utilices castigos físicos o herramientas dañinas (como collares eléctricos o de púas) para enseñar a tu perro a no consumir caca de gato. La educación basada en castigos genera muchos problemas en el animal, especialmente a nivel emocional, lo que lo puede llevar a desarrollar otros problemas conductuales más graves o a empeorar los que ya presenta.

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