Mi perro ladra a otros perros cuando va atado

Mi perro ladra a otros perros cuando va atado

Entre las rutinas diarias del perro, siempre se da el paseo con correa. Pero hay veces que el apacible paseo se convierte en un asunto bastante tedioso, tanto para el dueño como para el perro. Uno de los motivos que más enturbian los paseos, es que el can se adquiera una conducta agresiva y/o ladre al cruzarse con otros perros. Desde el equipo de ExpertoAnimal entendemos la problemática causada cuando un perro ladra a otros perros cuando va atado por ello, queremos ayudarte a resolverla.

Hay muchos casos, en los que, cuando pasea suelto y se junta con otros perros tiene un comportamiento aparentemente normal. Pero al salir con correa, se muestra siempre a la defensiva. En este artículo ayudaremos a entender el por qué de esta conducta y saber cómo controlarla.

¿Por qué mi perro ladra a otros perros cuando va atado?

El hecho de "ir atado" es algo que coarta las libertades de movimiento de nuestro perro. Y, aunque se trata de una precaución indispensable para su seguridad, muchas veces esta sensación les produce ansiedad, porque no están totalmente confiados o rejalados. Ir atados no les permite huir si tienen miedo o correr hacia aquellos estímulos que consideran interesantes. Por tanto, en lugar de disfrutar del paseo olfateando, algunos perros se pasan el rato acechando y ladrando a todo perro que se cruzan.

Esta conducta tiene como objetivo alejar a los otros perros que se encuentran por la calle y puede deberse a distintos motivos: un trauma, miedos o fobias sin tratar, una mala socialización en la etapa de cachorro e incluso la propia genética del perro.

Es importante mantener la calma y hacerle saber en todo momento que nosotros estamos pendientes de él, para que confíe más en nosotros y no muestre la iniciativa de ladrar a otros perros. Si además nuestro can es un perro inseguro de por sí, el hecho de ir atado puede hacerle sentir más acorralado. La inseguridad genera ansiedad hacia todo lo que no pueden controlar.

No utilices métodos drásticos

Son muchas las personas que consideran la opción de emplear un "collar de entrenamiento", como por ejemplo los collares de ahorque o de semi-ahorque. Incluso el uso de un collar de descargas eléctricas. Este tipo de herramientas únicamente causan dolor al animal y están contraindicadas por diversos organismos, como es el caso de la European Society of Veterinary Clínical Ethology.[1]

Lo que sucederá en este caso, es que estaremos añadiendo otro factor negativo a una situación que ya era estresante para el perro. Al animal le costará asociar que eres tú el que le provoca el dolor y, en el peor de los casos, puede asociar el dolor con otras personas. Lo que generalmente ocurre es que el perro asocia el dolor con los paseos, es decir, con ir atado, y por tanto, aumentará notablemente el problema que ya teníamos. Desde el equipo de ExpertoAnimal, nunca defendemos este tipo de prácticas.

Los perros de pequeño tamaño tienden a ser más inquietos e inseguros, por eso ladran más que los grandes. Recuerda que al ir con correa nunca le debes someter a estímulos estresantes. Algunas personas fuerzan determinadas situaciones y, cuando ven un perro relajado, arrastran el suyo para que se crucen y huelan, pensando que eso ayudará a "socializarlos" o a "superar el trauma". No obstante, se trata de un grave error. El perro es quien debe dar los primeros pasos, nunca se debe forzar al animal a relacionarse si no lo desea, ya que nos estaremos arriesgando a que ocurra una situación desagradable. La correa debe significar seguridad, nunca una obligación.

¿Cómo evitar que un perro ladre a otros perros?

Antes de emplear ninguna técnica de modificación de conducta será imprescindible que visites al veterinario para descartar que la agresividad se deba a un problema hormonal, al dolor, a la edad... Nunca se debe trabajar con un perro enfermo o que no cumpla con las 5 libertades del bienestar animal. Así mismo, también te recomendamos acudir a un especialista, ya sea educador, adiestrador u etólogo. Estas figuras son las únicas que pueden ofrecerte un diagnóstico de comportamiento certero.

Reducir esta conducta con seguridad y confianza:

Si tu perro ladra a otros perros cuando va atado el objetivo empezará por entender el porqué y dar con una solución que estabilice a nuestro perro. Para solucionar este problema debemos ser muy pacientes y cariñosos, pero, sobre todo, debemos mantenernos muy calmados y firmes. Transmitirle que no pasa nada. Nuestro amigo no tiene nada que temer, porque nosotros estamos aquí para darle calma: ir atado es ir seguro. Debemos hacer que nuestro perro confíe en nosotros, que nosotros llevamos el mando durante el paseo y que no necesitamos que él nos defienda, ni a nosotros ni a él mismo.

  1. Lo primero será identificar a qué distancia el perro empieza a reaccionar. No debemos sobreexponerlo a las situaciones que más le incomodan, debe ser un proceso gradual hasta que él se sienta seguro. Si somos drásticos fomentaremos el miedo a ir atado. Para ello, debemos estar atentos a lo que nos rodea y evitar los cruces directos en vías estrechas, sobre todo al principio.
  2. Cuando veaos un perro que viene en nuestra dirección, nos paramos. Si el perro se sienta, mucho mejor. Descubre cómo enseñar a un perro a sentarse. Le acariciaremos y le transmitiremos seguridad, es decir, sin hablar efusivamente. Actuaremos como una barrera física entre él y su potencial miedo.
  3. Mantendremos una postura serena y natural, mientras le acariciamos o manipulamos. Si nuestro perro ladra, es que la distancia de seguridad que hay entre ambos perros es demasiado pequeña.
  4. Esta técnica resulta muy eficaz, pero debe empezar a hacerse con distancia y progresivamente reducirla, hasta que podamos cruzarnos con otro perro en situaciones más estrechas.
  5. Debemos mantenernos delante de nuestro perro y, si nos es posible, hacer que nos mire. Debemos ser el centro de atención para él. Puedes acariciarle bajo la barbilla para que mantenga la cabeza erguida. Las caricias deben ser lentas, estables: debes lograr que se centre en ti y en tu calma.
  6. Repite este ejercicio diariamente, a una distancia controlada, antes de que reaccione.
  7. Procura que esté centrado en ti. Ve reduciendo la distancia sin que llegue a ponerse nervioso. Te llevará muchos paseos, pero estos problemas deben tratarse con calma y paciencia. Si tú te frustras, es mejor dejarlo para el siguiente paseo antes de perder la calma.

En cada situación que nuestro perro se muestre nervioso, debe saber que estamos ahí para protegerle. No olvides reforzar su confianza en ti mismo. Es fundamental para mantener vuestro vínculo y superar cualquier problema de comportamiento que padezca. Así mismo, si estas técnicas no te sirven, te recordamos la importancia de acudir al veterinario y al educador canino, figuras profesionales que te ayudarán a trabajar este problema.

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Consejos
  • No fuerces a tu perro atado a acercarse a algo que le provoque inseguridad.
  • Reduce las situaciones tensas cuando va atado para que gane confianza con la correa.
  • Refuerza los vínculos con tu mascota estando atado.
  • Consigue que la correa le transmita seguridad antes de enfrentar las situaciones tensas.
  • Mantén la calma y serenidad en las situaciones que a él le asusten.
  • Promueve ejercicios de relajación en situaciones controladas y luego extrapólalos a las situaciones tensas.
Referencias
  1. Electronic Training Devices, ESVCE position statement