Mi perro no puede andar de repente - Causas y qué hacer

Mi perro no puede andar de repente - Causas y qué hacer

Existen diversas patologías que pueden ocasionar parálisis o inmovilidad en los perros. En algunos casos, son procesos que van evolucionando con el tiempo hasta dejar al animal postrado, sin capacidad para moverse, pero en otras ocasiones, la inmovilidad se produce de forma repentina. En estos casos, actuar con rapidez y diligencia puede llegar a ser crucial para el animal afectado.

¿Te estás preguntando “por qué mi perro no puede andar de repente”? Si es así, no dudes en acompañarnos en el siguiente artículo de ExpertoAnimal, en el que explicaremos lo detalles de las principales causas que pueden provocar este trastorno en los perros, como pueden serlo las lesiones medulares, enfermedades ortopédicas y trastornos sistémicos, entre otras. La mayoría de veces que un perro no puede caminar de repente, pierde el equilibrio y tiembla, además de tener problemas para levantarse, está relacionado con problemas en los huesos o los músculos.

Lesiones medulares

Si te estás preguntando “¿por qué mi perro no puede caminar de repente?” o "¿por qué mi perro pierde el equilibrio en las patas traseras?", debes saber que una de las posibles causas son las lesiones medulares. Las lesiones en la médula espinal ocasionan, entre otras cosas, problemas motores (es decir, problemas de movilidad).

Cuando un animal sufre una lesión aguda o sobreaguda en la médula espinal, se puede producir una parálisis de forma repentina, que impida al animal caminar. El número de extremidades afectadas por la parálisis dependerá del segmento medular afectado (cervical, cervicotorácico, toracolumbar o lumbosacro).

Algunos procesos agudos que pueden ocasionar que mi perro no pueda caminar de repente son:

  • Traumatismos graves: ya sean atropellos, caídas o golpes fuertes que afecten a la columna vertebral y/o a la médula espinal. Estos traumatismos pueden ocasionar luxaciones, subluxaciones o fracturas vertebrales que, a su vez, pueden provocar una compresión o una lesión de la médula espinal.
  • Hernias discales: se producen cuando los discos intervertebrales que separan las vértebras se desplazan hacia el canal medular, provocando una compresión de la médula. La manifestación clínica de una hernia discal varía mucho en función del tipo concreto de hernia, de su localización y de cada individuo. Cuando la sintomatología aparece de forma muy aguda, los animales suelen mostrar un dolor muy intenso y una incapacidad para caminar de forma repentina.
  • Embolismo fibrocartilaginoso: se produce cuando los vasos sanguíneos que irrigan la médula espinal se obstruyen por un material fibrocartilaginoso, lo cual ocasiona una necrosis aguda de la médula espinal. Es una patología que suele afectar a animales adultos, especialmente a perros de razas grandes y a los schnauzer miniatura. En este caso, los signos clínicos aparecen de forma hiperaguda (en menos de seis horas).

El tratamiento de estas enfermedades medulares puede variar en función del proceso concreto y de la gravedad de la lesión medular. Por ejemplo, en el caso de las hernias discales, cuando los pacientes no son ambulatorios (es decir, no pueden caminar), es necesario plantear un tratamiento quirúrgico. En el caso del fibroembolismo cartilaginoso, no existe tratamiento curativo; únicamente se puede plantear un tratamiento médico de soporte, orientado a la neuroprotección, y una rutina de fisioterapia para intentar recuperar la función motora.

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Enfermedades ortopédicas

Las enfermedades ortopédicas o traumatológicas son otra de las causas que pueden provocar que los cuidadores acudan al veterinario alegando que: “mi perro de repente no puede caminar” o "mi perro no se puede levantar". Todos los procesos que afectan de forma directa al sistema musculoesquelético (incluyendo los huesos, las articulaciones, los ligamentos o los tendones) pueden llegar a comprometer la movilidad del animal, hasta el punto de impedirle caminar, especialmente cuando son procesos agudos y muy dolorosos.

Algunos ejemplos de enfermedades traumatológicas que pueden provocar que los perros dejen de caminar de repente son:

  • Fracturas óseas: cuando un perro sufre una fractura articular (que involucra a una articulación) o una fractura completa en alguna extremidad, es habitual que se produzca un dolor intenso y una cojera asociada. Cuando el dolor es muy fuerte y/o cuando se producen fracturas múltiples en varias extremidades, es habitual que los animales dejen de caminar de forma repentina.
  • Roturas de ligamentos: sin duda, la rotura ligamentosa más frecuente en la especie canina es la rotura del ligamento cruzado anterior. Generalmente, la rotura de este ligamento ocasiona un cuadro de dolor muy intenso que impide al animal caminar. Es una patología que suele afectar a perros de razas grandes (como mastines, rottweiler, labradores y bóxer), aunque también se presenta en razas pequeñas como los Yorkshire terrier.

En cualquier caso, la resolución de este tipo de procesos requiere un tratamiento quirúrgico.

Trastornos sistémicos

¿Qué pasa si mi perro no tiene fuerza en las patas traseras? Además de los problemas medulares y ortopédicos, existen otras causas que también pueden provocar que los perros dejen de andar de repente. En concreto, nos referimos a una serie trastornos sistémicos, que afectan al organismo de forma general, y que pueden provocar que los animales dejen de caminar de forma repentina.

  • Intoxicaciones: existen ciertas sustancias tóxicas capaces de provocar un cuadro de parálisis en los perros. Dentro de la lista de compuestos que pueden ocasionar este cuadro de intoxicación se encuentran: insecticidas (como los organofosforados y carbamatos), rodenticidas (como la brometalina), plantas con glucósidos cianogénicos (como el lino, el laurel, el almendro, etc.), plantas con andromedotoxina (como las azaleas) o plantas que producen latirismo (del género Lathyrus). Te hablamos de la Intoxicación por raticida en perros: síntomas y tratamiento, a continuación.
  • Enfermedades infecciosas: hay ciertos microorganismos (fundamentalmente bacterias y virus) que también son capaces de producir un cuadro de parálisis en los perros. Algunos ejemplos son: el botulismo (producido por la neurotoxina de Clostridium botulinum, la cual ocasiona una parálisis flácida), el tétanos (producido por la toxina tetanospasmina, generada por la bacteria Clostridium tetani) o la rabia (producida por el Lyssavirus RAV-1).
  • Procesos muy dolorosos: algunas patologías (como las obstrucciones intestinales, las pancreatitis, las piometras o las cistitis) pueden ocasionar un cuadro de dolor abdominal muy intenso, comúnmente conocido como “abdomen agudo”. En estos casos, es habitual observar cómo los animales se quedan inmóviles, sin poder caminar, a causa del intenso dolor en el abdomen.

Procesos crónicos

Además de todas las patologías que hemos mencionado a lo largo del artículo, existen otros procesos que, aunque no aparecen de forma aguda, también pueden terminar impidiendo que el animal camine. Se trata de procesos crónicos, que ocasionan una sintomatología que va evolucionando con el tiempo.

Inicialmente, suelen producir una sintomatología leve-moderada (con cojera, dolor, debilidad en las extremidades o falta de sensibilidad o propiocepción), pero con el tiempo van evolucionado progresivamente hasta dejar al animal postrado, sin capacidad para caminar.

A continuación, mencionamos algunos de estos procesos crónicos que pueden hacer que tu perro no pueda caminar con el tiempo, además de que tiemble y pierda el equilibrio:

  • Mielopatía degenerativa: es una enfermedad degenerativa que afecta a la médula espinal. Su etiología no está del todo clara, aunque parece que en ella intervienen factores inmunitarios, nutricionales, metabólicos y genéticos. Inicialmente da lugar a signos como ver que el perro pierde el equilibrio en las patas traseras, incoordinación al andar, debilidad, atrofia muscular, el perro tiembla y no puede caminar, etc. pero, con el tiempo, el cuadro evoluciona progresivamente hasta la tetraplejia. No existe un tratamiento específico ni curativo, aunque se ha demostrado que la fisioterapia alarga la esperanza de vida de los animales afectados.
  • Discoespondilitis: consiste en una infección de las vértebras y los discos intervertebrales que se puede producir, o bien por la diseminación vía sanguínea de una infección presente en otra parte del organismo, o bien por una infección directa de la columna vertebral por heridas penetrantes, cuerpos extraños, cirugías contaminadas, etc. Producen una sintomatología muy similar a las hernias de disco, pero en estos casos el cuadro suele ser más crónico y progresivo. Su tratamiento requiere la instauración de una terapia antibiótica, reposo absoluto y analgesia.
  • Artrosis: también denominada osteoartritis o enfermedad degenerativa articular (EDA). Consiste en un proceso degenerativo de las articulaciones, en el que el cartílago articular se va desgastando hasta dejar expuesto el hueso subyacente. Cuando esto ocurre, se produce un intenso dolor a nivel de la articulación afectada, que ocasiona cojera y rigidez. Con el tiempo, los signos se pueden ir agravando, hasta llegar a comprometer por completo la movilidad del animal.
  • Displasia de cadera: consiste en un desarrollo anormal de la articulación de la cadera, que termina produciendo una luxación o subluxación de la articulación y una incongruencia en la misma. Es una patología hereditaria muy común en perros grandes y gigantes. A medida que la displasia evoluciona, la cojera y el dolor se van agravando, hasta dejar al animal postrado. Su resolución es quirúrgica y, como vemos, es otro de los motivos por los que el perro pierde equilibrio en las patas traseras.
  • Necrosis avascular de la cabeza del fémur o Enfermedad de Legg-Calvé-Perthes: es una enfermedad del desarrollo que afecta a perros jóvenes, especialmente de razas pequeñas. En estos animales se produce una interrupción del aporte sanguíneo a la cabeza y el cuello del fémur, lo que termina produciendo la necrosis del hueso a este nivel. Inicialmente no produce sintomatología clínica pero, con el tiempo, van apareciendo signos como cojera y dolor intenso a nivel de la cabeza del fémur. Si no se opera, los signos se van agravando hasta provocar la inmovilidad completa del animal.

Como has podido comprobar, son muchas las causas que pueden provocar que un perro deje de caminar de repente. La mayoría de ellas, son procesos graves que requieren una actuación veterinaria rápida y contundente. Por ello, si en algún momento detectas que tu perro pierde el equilibrio y tiembla, además de que muestra dificultad para caminar o no puede moverse, no dudes en acudir a tu veterinario/a de confianza con la mayor premura posible. En la mayoría de los casos, actuar con rapidez será crucial para el pronóstico del animal.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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