Mutualismo en biología - Ejemplos y definición

Mutualismo en biología - Ejemplos y definición

Las relaciones entre los distintos seres vivos siguen siendo uno de los temas principales de estudio en ciencia. En concreto, el mutualimo ha sido ampliamente estudiado y, actualmente, siguen apareciendo casos de mutualismo animal realmente sorprendentes.

En este artículo de ExpertoAnimal explicaremos la definición de mutualismo en biología, los tipos que existen y también veremos algunos ejemplos. Descúbrelo todo sobre esta forma de relación entre animales.

¿Qué es el mutualismo?

El mutualismo es un tipo de relación simbiótica. En esta relación, dos individuos de especies distintas se benefician de la relación entre ambas, obteniendo algo (alimento, refugio, etc.) que no podrían obtener sin la presencia de la otra especie. Es importante no confundir el mutualismo con la simbiosis. La diferencia entre mutualismo y simbiosis reside en que el mutualismo es un tipo de simbiosis entre dos individuos.

Es muy posible que cada organismo en el planeta Tierra esté de alguna forma asociado con al menos otro organismo de otra especies distinta. Además, parece ser que este tipo de relación ha sido clave en la historia de la evolución, por ejemplo, fueron consecuencia del mutualismo el origen de la célula eucariota, la aparición de las plantas sobre la superficie terrestre o la diversificación de las angiospermas o plantas con flores.

Los costes del mutualismo

Originalmente se pensaba que el mutualismo era una acción altruista por parte de los organismos. Hoy en día se sabe que no es así, y que el hecho de tomar de otro algo que uno mismo no puede fabricar u obtener, tiene unos costes.

Este es el caso de las flores que producen néctar para atraer a los insectos, para que así el polen se adhiera al animal y se disperse. Otro ejemplo es el de las plantas con frutos carnosos en el que los animales frugívoros toman la fruta y dispersan las semillas después de pasar por su tubo digestivo. Para las plantas, crear un fruto es un gasto de energía considerable que poco le beneficia directamente.

A pesar de ello, estudiar y conseguir resultados significativos acerca de cómo de grandes son los costes para un individuo es una tarea difícil. Lo importante es que a nivel de especie y a nivel evolutivo, el mutualismo es una estrategia favorable.

Tipos de mutualismo

Para clasificar y entender mejor las distintas relaciones de mutualismo en biología, , estas relaciones han sido tipificadas en varios grupos:

  • Mutualismo obligado y mutualismo facultativo: dentro de los organismos mutualistas existe en rango en el cual una población puede ser mutualista obligado y sin la presencia de la otra especie no puede cumplir sus funciones vitales y, los mutualistas facultativos, que pueden sobrevivir sin interactuar con el otro mutualista.
  • Mutualismo trófico: en este tipo de mutualismo, los individuos implicados obtienen o degradan los nutrientes e iones que necesitan para vivir. Normalmente, en este tipo de mutualismo, los organismos implicados son, por una parte, un animal heterótrofo y por otro un organismo autótrofo. No debemos confundir el mutualismo y comensalismo. En el comensalismo uno de los organismos obtiene beneficios y el otro no obtiene absolutamente nada de la relación.
  • Mutualismo defensivo: el mutualismo defensivo se da cuando uno de los individuos implicados obtiene alguna recompensa (alimento o refugio) a través de la defensa de la otra especie que forma el mutualismo.
  • Mutualismo dispersivo: este mutualismo es el que se da entre especies animales y vegetales, de forma que la especie animal obtiene alimento y la vegetal la dispersión de su polen, semillas o frutos.

Ejemplos de mutualismo

Dentro de las distintas relaciones mutualistas pueden haber especies que sean mutualistas obligados y especies mutualistas facultativos. Incluso, puede ocurrir que durante una etapa exista mutualismo obligado y durante otra sea facultativo. El resto de mutualismos (trófico, defensivo o dispersivo) pueden ser obligados o facultativos, dependiendo de la relación:

Mutualismo entre las hormigas cortadoras de hojas y los hongos

Las hormigas cortadoras de hojas no se alimentan directamente de las plantas que recolectan, en su lugar, crean huertos en sus hormigueros donde colocan las hojas cortadas y sobre éstas colocan el micelo de un hongo, que se alimentará de la hoja. Una vez el hongo crece, las hormigas se alimentan de los cuerpos fructíferos de éstos. Esta relación es un ejemplo de mutualismo trófico.

Mutualismo entre los microorganismos del rumen y el rumiante

Otro claro ejemplo de mutualismo trófico es el de los herbívoros rumiantes. Estos animales se alimentan principalmente de pasto. Este tipo de alimento es extremadamente rico en celulosa, un tipo de polisacárido imposible de degradar por los rumiantes sin la colaboración de ciertos seres. Los microorganismos alojados en el rumen degradan las paredes de celulosa de las plantas obteniendo nutrientes y liberando otros nutrientes asimilables por el mamífero rumiante. Este tipo de relación es un mutualismo obligado, tanto los rumiantes como las bacterias del rumen no pueden vivir unos sin otros.

Mutualismo entre terminas y actinobacterias

Las terminas, para aumentar el nivel inmunológico del termitero, construyen los nidos con sus propias heces. Estas haces, al solidificar, tiene una apariencia acartonada que permite la proliferación de actinobacterias. Estas bacterias hacen de barrera contra la proliferación de hongos. Así, las termitas obtienen protección y las bacterias alimento, por lo nos encontramos ante un caso de mutualismo defensivo.

Mutualismo entre las hormigas y los pulgones

Algunas hormigas se alimentan de los jugos azucarados que expulsan los pulgones. Mientras los pulgones van alimentándose de la sabia de las plantas, las hormigas van tomando el zumo azucarado. Si algún depredador intentar molestar a los pulgones, las hormigas no dudarán en defender a los pulgones, fuente de su alimento principal. Es un caso de mutualismo defensivo.

Mutualismo entre animales frugívoros y plantas

La relación entre los animales frugívoros y las plantas de las que se alimentan es tan fuerte que, según varios estudios, desde que algunos de estos animales se han extinguido o han reducido su número, los frutos de las plantas han reducido su tamaño.

Los animales frugívoros seleccionan los frutos más carnosos y llamativos por lo que existe una selección de los mejores frutos por parte de estos animales. Ante la falta de animales, las plantas no desarrollan frutos tan grandes o, si lo desarrollan, no habrá ningún animal interesado en él, por lo que no existirá una presión positiva para que ese fruto sea un árbol en el futuro.

Además, algunas plantas, para desarrollar frutos grandes necesitan una poda parcial de esos frutos. El mutualismo dispersivo es realmente necesario no sólo para aquellas especies involucradas, sino también para el ecosistema.

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Bibliografía
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