Peritonitis infecciosa felina (PIF) - Síntomas y tratamiento

Peritonitis infecciosa felina (PIF) - Síntomas y tratamiento

La peritonitis infecciosa felina es una de las enfermedades infecciosas más graves que afectan a los felinos, debido, entre otras causas, al grave pronóstico que tiene y como consecuencia de la inexistencia, a día de hoy, de un tratamiento verdaderamente eficaz.

Es más frecuente en gatos jóvenes de menos de dos años de edad y en gatos a partir de 12 años, siendo la incidencia mucho mayor en gatos que viven en colectividades. La enfermedad se desarrolla cuando el coronavirus entérico felino muta, y es a partir de este momento cuando, según el estado inmune celular del felino, se desarrollará la forma seca o la húmeda, más grave, de la enfermedad. En este artículo de ExpertoAnimal trataremos en profundidad todo lo que se necesita saber sobre la peritonitis infecciosa felina (PIF), una enfermedad tan preocupante para los cuidadores de gatos y tan devastadora para los felinos.

¿Qué es la peritonitis infecciosa felina?

La peritonitis infecciosa felina (PIF) es una enfermedad infecciosa grave, debilitante, progresiva y en la mayoría de casos mortal, que afecta a los felinos silvestres y domésticos. Se trata de un proceso de origen vírico y de distribución mundial que posee un gran componente inmunitario.

La incidencia de esta enfermedad es superior en gatitos de menos de 2 años de edad y en los mayores de 12 años, especialmente los de pura raza de criaderos o los que viven en colectividades, por una mayor posibilidad de contagio del virus que la causa.

Este virus, produzca o no en algún momento la enfermedad de la peritonitis, afecta al aparato digestivo en los gatos.

¿Qué virus causa la PIF en gatos?

El coronavirus felino (CoVF) es el agente que puede dar lugar al desarrollo de la PIF. Se trata de un virus ARN con envoltura, de la familia Coronaviridae y género Alphacoronavirus. Se estima que hasta el 90 % de los gatos que viven en colectividades y hasta el 50 % de los que viven solos son seropositivos al CoVF. Este virus entra por vía oral y se dirige a las células intestinales (enterocitos), donde se multiplica causando una diarrea leve de la que se curan. La eliminación del virus comienza a los dos o tres días de la infección y se puede prolongar durante mucho tiempo, incluso toda la vida del gato.

Sin embargo, en menos de un 20 % de esos gatos seropositivos el virus muta, concediéndole capacidad de infectar unas células defensivas llamadas macrófagos y así distribuirse por todo el organismo del felino dando lugar a la enfermedad de la PIF. En el desarrollo de esta enfermedad resulta fundamental el estado del sistema inmune celular del gato, de manera que:

  • Si el sistema inmune celular es fuerte, no se produce la enfermedad.
  • Si el sistema inmune celular está parcialmente suprimido, se desarrolla PIF seca.
  • Si el sistema inmune celular está muy suprimido, se desarrolla PIF húmeda.

¿Cómo se contagia la peritonitis infecciosa felina?

Al afectar al aparato digestivo, la PIF se transmite en su mayoría de forma indirecta a través de las heces o cualquier objeto contaminado por las mismas, especialmente los areneros donde puede permanecer viable hasta siete semanas.

Por otro lado, el virus se puede transmitir de forma directa por saliva e incluso se ha descrito un caso de contagio transplacentario. Como decimos, se trata de una enfermedad muy contagiosa, por lo que es fundamental aislar al gato contagia del resto en caso de convivir varias gatos en un hogar.

¿La peritonitis infecciosa felina se contagia a humanos?

No, la PIF no se puede contagiar a humanos. Se trata de un virus que únicamente se contagia entre gatos, de manera que las personas no pueden contraerlo.

Síntomas de peritonitis infecciosa felina

La sintomatología común a la forma seca y la húmeda de la PIF son síntomas inespecíficos: fiebre, depresión, anorexia fluctuante, palidez de las mucosas o ictericia, adelgazamiento progresivo y retraso en el crecimiento de los gatitos.

Síntomas de la PIF seca

En la forma seca de la PIF se produce una hipersensibilidad de tipo IV caracterizada por la formación de infiltrados piogranulomatosos a menudo alrededor de los vasos sanguíneos. Estos piogranulomas producirán signos clínicos variables dependiendo del órgano al que afecten:

  • En riñón, producirán signos clínicos de enfermedad renal.
  • En hígado, de insuficiencia hepática.
  • En pulmón o pleura, disnea y signos respiratorios.
  • En intestino, colon, ciego y nódulos linfáticos ileocólicos, causará signos digestivos como vómitos o diarrea.
  • En cerebro, signos neurológicos como convulsiones, estado mental alterado, cambios en el comportamiento, déficits en pares craneales, signos vestibulares, hiperestesia, ataxia, tetraparesis y reacciones posturales anormales.

También pueden aparecer signos cutáneos como son pápulas eritematosas que no pican en tronco y cuello, edema subcutáneo, síndrome de fragilidad cutánea y nódulos en cuello y extremidades anteriores. En las articulaciones se puede ver una sinovitis generalizada y el ojo también puede verse afectado con uveítis anterior, coriorretinitis, hifema, hipopión, precipitados queratínicos y desprendimiento de retina.

Otros signos clínicos que se pueden ver en gatas con PIF seca son abortos y metritis.

Síntomas de la PIF húmeda

En la PIF húmeda se produce una infiltración de macrófagos infectados en el tejido que rodea los vasos sanguíneos y posteriormente se produce el depósito de complejos inmunes en los vasos junto con activación del complemento que da como resultado vasculitis, daño en el endotelio vascular y salida de suero y proteínas albúminas de los capilares. Es la forma más grave y con peor pronóstico de la enfermedad.

Se caracteriza por la formación de efusiones indoloras compuestas por un líquido amarillento pajizo con proteínas albúminas localizado en:

  • Acumulación de líquido en la cavidad abdominal (ascitis) en la gran mayoría de gatos.
  • Pleura (pleuritis) en hasta en 40 % de gatos.

También puede aparecer edema de barbilla, escrotal y derrame pericárdico que conduce a fallo cardíaco.

La aparición de ictericia es más frecuente que en la forma seca debido al fallo hepático o a una anemia hemolítica mediada por el sistema inmunitario y por la interferencia de los elevados niveles de factor de necrosis tumoral alfa que interfieren con los transportadores de bilirrubina dentro y fuera de las células hepáticas. Pueden aparecer también los signos neurológicos y oculares de la forma seca.

Diagnóstico de la peritonitis infecciosa felina

Lo mínimo a realizar ante un gato con signos de PIF es un análisis de sangre, donde se podrá ver leucocitosis con linfopenia y neutropenia (aumento de los glóbulos blancos pero número reducido de linfocitos y neutrófilos), junto con una anemia no regenerativa propia de un proceso inflamatorio crónico. Sin embargo, esto es muy inespecífico y puede cuadrar con numerosas enfermedades que pueden padecer los gatos.

La realización de pruebas serológicas en busca del coronavirus felino no sirve ya que muchos gatos son positivos y no presentan la enfermedad. La probabilidad de que un gato presente PIF aumenta ante:

  • Un ratio albúmina/globulina inferior a 0,4.
  • Un test de Rivalta positivo, sin embargo también pueden salir positivos los exudados sépticos y los linfomas. No obstante, es una buena prueba para descartar la enfermedad, con un 97 % de fiabilidad.

Si hay signos neurológicos se debe tomar una muestra de líquido cefalorraquídeo donde se verá un aumento de proteínas (50-350 mg/dl) y de células (100-100.000 células nucleadas/ml).

Para el diagnóstico del tipo de peritonitis infecciosa felina, se realiza lo siguiente:

  • Diagnóstico de PIF húmeda: se debe tomar una muestra del líquido de la ascitis o pleuritis, que debe ser viscoso, amarillento-rojizo, sin bacterias, con muchas proteínas (superiores a 35 mg/ml) y pocas células (menos de 5.000/ml). La mejor prueba para el diagnóstico de la forma húmeda es la realización de una inmunofluorescencia para buscar el virus en el líquido de las efusiones.
  • Diagnóstico de PIF seca: en muchos casos el diagnóstico se hace cuando el gato lamentablemente ya ha muerto, tomando muestras de sus órganos. En el animal vivo se deben realizar pruebas invasivas para la toma de biopsias. En ambos casos el diagnóstico más fiable se obtiene mediante la técnica de la inmunohistoquímica con tinción del antígeno del coronavirus a partir de estas muestras.

Tratamiento para la peritonitis infecciosa felina

¿La peritonitis infecciosa felina tiene cura? La PIF lamentablemente a día de hoy sigue siendo una enfermedad con muy mal pronóstico que no se cura, aunque ha habido casos de remisión, especialmente de la forma seca.

La terapia se basa en un tratamiento sintomático que consiste en:

  • Alimentación rica en proteínas.
  • Administración de enzimas proteolíticas.
  • Complejos vitamínicos (A, B, C, E).
  • Drenaje de efusiones pleurales si se compromete la capacidad respiratoria.
  • Fluidoterapia para reposición de líquido.
  • Inyección de dexametasona en la cavidad abdominal o torácica (1 mg/kg cada 24 horas hasta que ya no se produzca el derrame, hasta siete días; si hay derrame en ambos cavidades, la dosis por cavidad debe dividirse).
  • Antibióticos de cobertura.
  • Prednisolona y ciclofosfamida para disminuir la gravedad de los complejos inmunes y la vasculitis deprimiendo el sistema inmune humoral.
  • Interferón omega recombinante felino (FelFN-w) como potenciador de la respuesta inmune celular.

En los últimos años ha aumentado la esperanza de encontrar una cura para esta enfermedad, ya que se han ido realizando diversos estudios valorando la eficacia y seguridad de numerosos principios activos, la mayoría en células, pero otros ya se están probando con gatos. Entre ellos, dos fármacos están demostrando una buena eficacia y seguridad en el tratamiento de la PIF: el inhibidor de la proteasa 3C GC376 y el análogo de nucleósido GS-441524. No obstante, son aún necesarios más estudios antes de que se encuentren disponibles comercialmente en esta especie.

Esperanza de vida de un gato con PIF

El pronóstico de la PIF es muy malo. Lamentablemente, la mayoría de gatos muere a las semanas o meses del diagnóstico. Además, si desarrollan una forma húmeda, en un plazo de 10 días suelen ser sacrificados un gran número de ellos con el fin de no alargar el sufrimiento del animal.

La peritonitis infecciosa felina es una enfermedad que mata en torno al 0,3-1,4 % de los gatos en el mundo, siendo la principal causa infecciosa de muerte en gatos jóvenes, y supone una fuente adicional de amenaza para los felinos salvajes en peligro de extinción.

En caso de ser diagnosticada la enfermedad, los cuidados de un gato con PIF son los descritos en el apartado anterior destinado al tratamiento sintomático, por lo que será necesario establecer una dieta adecuada y seguir las pautas establecidas por el veterinario.

¿Cómo prevenir la PIF en gatos?

Al ser la peritonitis infecciosa felina una mutación del coronavirus felino, es fundamental intentar prevenir este último. Así, no hay una vacuna para la peritonitis infecciosa felina, pero sí existe una vacuna para el coronavirus felino. No obstante, es importante resaltar que es muy difícil controlar esta enfermedad mediante vacunación, ya que se pone cuando los gatos ya tienen entre 16 y 19 semanas, edad en la que muchos gatos ya han tenido contacto con el virus.

Nuevamente, insistimos en la importancia de aislar al gato contagiado de PIF del resto de gatos en caso de convivir varios en un mismo hogar.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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