Piroplasmosis equina - Síntomas y tratamiento

Piroplasmosis equina - Síntomas y tratamiento

La piroplasmosis equina es una enfermedad transmitida por garrapatas y causada por protozoos sanguíneos que producen alteraciones derivadas de la destrucción de glóbulos rojos y problemas circulatorios, pudiendo causar desde una enfermedad leve a una hiperaguda que deriva en la muerte del animal. Los síntomas, en su mayoría, son inespecíficos y variables según la gravedad de la enfermedad, que a su vez dependerá de la carga parasitaria y la inmunidad, que vendrá determinada en gran parte por la zona donde se infecte el caballo.

¿Quieres saber más sobre la piroplasmosis equina, sus síntomas y tratamiento? Sigue leyendo este artículo de ExpertoAnimal, te hablamos de esta enfermedad que tanto puede debilitar a nuestros caballos.

¿Qué es la piroplasmosis equina?

La piroplasmosis equina es una de las enfermedades más comunes en caballos. Es una enfermedad parasitaria transmitida a través de garrapatas ixódidas del género Dermacentor, Hyalomma y Rhipicephalus, que afecta a los caballos, mulos, asnos y cebras (estas garraptas actúan como un reservorio importante de la enfermedad en África). Otro modo de transmisión puede ser iatrogénico a través de utensilios de cirugía, jeringas o agujas contaminadas y transfusiones sanguíneas de animales parasitados. Se trata de una enfermedad que causa daño principalmente en los glóbulos rojos de los equinos produciendo síntomas derivados de una anemia hemolítica por rotura de los mismos, además de producir signos clínicos inespecíficos diversos y, en algunos casos, alteraciones circulatorias que acaban con el animal en shock por bajada de la volemia (descenso en el volumen de sangre del animal).

La gran mayoría de los équidos del mundo se encuentra en áreas endémicas de la enfermedad (es decir, que tienen la enfermedad), que son zonas tropicales, subtropicales y templadas del sur de Europa, África, Asia, el Caribe, Sudamérica, América Central y algunas partes del sur de EEUU. La principal importancia de la piroplasmosis equina es la restricción en el movimiento, competiciones y comercio de caballos por el mundo, siendo un riesgo especialmente importante en las zonas donde no es endémica.

¿Qué causa la piroplasmosis equina?

La piroplasmosis de los caballos está causada por los protozoos hemáticos que pertenecen al orden Piroplasmida y filo Apicomplexa, en concreto Theileria equi (theileriosis) y/o Babesia caballi (babesiosis). B. caballi parasita solo los glóbulos rojos de los equinos, mientras que T. equi parasita también los glóbulos blancos, en concreto primero invade los linfocitos y en torno a los nueve días parasita los glóbulos rojos. Es una enfermedad que se puede presentar en cualquier época del año si se produce la infección mixta o la theileriosis en exclusividad, ya que los casos de babesiosis aparecen solo en verano e invierno.

El nombre de piroplasmosis se debe a la forma piriforme que manifiestan los parásitos en el interior de los glóbulos rojos de los equinos infectados. Los caballos que han pasado la enfermedad pueden ser portadores de B. caballi durante algunos años, mientras que de T. equi toda la vida, actuando como fuentes de infección para garrapatas que, a su vez, picarán a otros caballos transmitiéndoles la enfermedad. T. equi también puede transmitirse vía transplacentaria en hembras gestantes acabando con la muerte fetal, aborto o infección aguda en recién nacidos.

Síntomas de piroplasmosis equina

Ambos parásitos se dirigen a los glóbulos rojos del caballo y como consecuencia de su multiplicación en los mismos se produce una anemia hemolítica debido a su rotura, siendo mas grave cuanto mayor sea la carga parasitaria del animal, que suele ser más grave en la theileriosis, pudiendo causar una hemólisis mayor al 40 %.

La enfermedad aguda es la más frecuente y se caracteriza por presentar signos clínicos resultantes de la hemólisis como:

  • Anemia.
  • Anoxia de los tejidos (falta de oxígeno).
  • Abdomen hinchado.
  • Taquicardia (aumento de la frecuencia cardiaca).
  • Taquipnea (aumento de las respiraciones por minuto).
  • Fiebre (superior a 40ºC).
  • Aumento de la sudoración.
  • Coloración pálida o amarilla (ictericia) de las mucosas.
  • Anorexia.
  • Pérdida de peso.
  • Depresión.
  • Debilidad.
  • Estreñimiento, con heces pequeñas y secas.
  • Trombocitopenia (descenso del recuento total de plaquetas).
  • Pequeñas hemorragias (petequias o equimosis).
  • Hemoglobinuria (pérdida de hemoglobina en la orina, dándole color rojizo a la orina).
  • Bilirrubinemia (aumento de la bilirrubina en sangre por la hemólisis).

Además, en la babesiosis equina pueden predominar sobre la anemia hemolítica alteraciones en los vasos sanguíneos con obstrucción de la circulación del cerebro, trombos en pulmones, riñones e hígado que alteran su correcto funcionamiento, así como la liberación de enzimas parasitarias que terminan con vasodilatación, aumento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos y shock por pérdida de sangre que puede acabar con la vida de nuestro caballo.

En los casos hiperagudos, el caballo suele morir. Afortunadamente, no son los casos más frecuentes. En los casos de enfermedad crónica, los síntomas de piroplasmosis en caballos son:

  • Inapetencia.
  • Baja tolerancia al ejercicio.
  • Pérdida de peso.
  • Fiebre transitoria.
  • Bazo dilatado (palpable mediante examen rectal).

Diagnóstico de la piroplasmosis equina

Ante la sospecha de un caso de piroplasmosis equina, debido a que se trata de una enfermedad de declaración obligatoria que aparece en la lista de la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal), los veterinarios oficiales deben notificar a la misma la sospecha de la enfermedad para aplicar las pautas necesarias y tomar muestras para detectarla.

Diagnóstico clínico

Un caballo con palidez de mucosas o ictericia, débil, con poca tolerancia al ejercicio y que tiene fiebre nos hace pensar rápido en una anemia hemolítica y seguidamente en esta enfermedad, especialmente si nos encontramos en una zona endémica o el caballo ha viajado a una. Además, si se le realiza una analítica sanguínea se verán parámetros indicativos de este proceso como aumento de los eosinófilos (ya que estos glóbulos blancos aumentan ante enfermedades parasitarias), descenso en el hematocrito (volumen de glóbulos rojos en el total de la sangre), hemoglobina (proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno) y plaquetas.

Debido a la inespecificidad de algunos síntomas, se debe diferenciar de otras enfermedades equinas que puedan causar la misma sintomatología como:

  • Anemia infecciosa equina
  • Intoxicación
  • Peste equina africana
  • Leptospirosis
  • Tripanosomosis
  • Erhlichiosis
  • Enfermedades autoinmunes que causen anemia hemolítica

Diagnóstico de laboratorio

Para diagnosticar la enfermedad se debe tomar una muestra de sangre del caballo sospechoso para realizar pruebas directas y detectar los parásitos o indirectas para encontrar los anticuerpos una vez que el caballo ha creado una respuesta inmune. Las pruebas directas son:

  • Frotis sanguíneo (ver una gota de sangre al microscopio): es el método tradicional, sencillo, económico y rápido, realizándose cuando el caballo presenta fiebre. Se observarán las inclusiones de los parásitos en los glóbulos rojos del caballo. Sin embargo, si la carga parasitaria es baja, a veces no se ven y puede diagnosticarse como negativo cuando realmente no lo es.
  • PCR: cuando el caballo presenta fiebre si se combina con el frotis sanguíneo la eficacia para detectar el parásito es más fiable.

Por su parte, las pruebas indirectas corresponden a las siguientes:

  • Prueba de fijación del complemento: ha sido la prueba oficial durante bastante tiempo, siendo más útil para descartar la enfermedad que para confirmarla.
  • Inmunofluorescencia indirecta: detecta las infecciones cuando ha pasado ya tiempo y el caballo ha creado títulos altos de anticuerpos. Es útil para detectar caballos portadores.
  • ELISA indirecto: detecta también bien a los portadores y los animales con anticuerpos frente a estos parásitos.

Tratamiento de la piroplasmosis equina

Cuando aparece esta enfermedad, el veterinario equino debe aplicar un tratamiento para paliar los síntomas o sintomático y uno específico antiparasitario para acabar con estos protozoos.

Tratamiento sintomático

El tratamiento para aliviar los síntomas de la piroplasmosis en caballos consiste en:

  • Transfusión sanguínea si la anemia o hemorragias son graves.
  • Antipiréticos para la fiebre.
  • Fluidoterapia para controlar la deshidratación.
  • Suplementos de hierro, vitaminas del grupo B y ácido fólico para reforzar la médula ósea y el sistema inmune.

Tratamiento específico

Para tratar la piroplasmosis equina de forma específica es necesario emplear:

  • Dipropionato de imidocarb: se trata del principal antiparasitario usado para la piroplasmosis equina, es muy efectivo para la babesiosis, con dos dosis de 2-3 mg/kg por inyección intramuscular en 24 horas, y para la theileriosis con dosis de 4 mg/kg por la misma vía cuatro veces cada 72 horas. Si se usa este fármaco se debe usar sulfato de atropina para evitar los efectos secundarios como salivación, cólicos o aumento de la motilidad intestinal.
  • Aceturado de diminaceno: dosis de 4-5 mg/kg al día por vía intramuscular hasta la desaparición de los síntomas o dosis única de 11 mg/kg por la misma vía es efectiva para ambos protozoos.
  • Parvacuona: a 20 mg/kg vía intramuscular es eficaz frente a T. equi
  • Buparvacuona: a 5 mg/kg por vía intramuscular también es efectivo frente a la theileriosis.

Solo un veterinario especializado está capacitado para recetar los medicamentos para la piroplasmosis y determinar la dosis adecuada. Jamás automediques a tu caballo porque podrías empeorar su estado.

Prevención de la piroplasmosis en caballos

La profilaxis de esta enfermedad se basa en la terapia de los caballos infectados, el control de las garrapatas como vector de la enfermedad (mediante acaricidas, búsqueda frecuente en el animal y eliminación de las encontradas) y la limitación de movimientos de caballos infectados al no existir una vacuna efectiva. En las zonas no endémicas se debe restringir la entrada de caballos provenientes de regiones endémicas (en aquellos casos que vayan a entrar se requiere que no tenga síntomas, que sean negativos a las pruebas de anticuerpos y tratamiento antiacaricida previo al movimiento), así como vigilar especialmente las transfusiones y otras vías iatrogénicas de transmisión de la enfermedad.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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Bibliografía
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