¿Por qué a mi perro le huele el ano a pescado?

¿Por qué a mi perro le huele el ano a pescado?

Seguro que, alguna vez, has notado un olor terriblemente desagradable que proviene de tu perro, en concreto de su zona trasera. Es un olor muy característico e inolvidable que puede desconcertarnos al punto de preguntarnos por qué a nuestro perro le huele el ano a pescado. En general, el olor a podrido o pescado procedente del ano del perro se debe a un problema relacionado con las glándulas anales, bien por falta de higiene u otros motivos. En este artículo de ExpertoAnimal vamos a explicar por qué se produce exactamente y de qué forma podemos evitarlo, ya que puede ser síntoma de un problema que debe ser tratado.

Origen del olor a pescado: las glándulas anales

Para saber por qué a tu perro le huele el ano a pescado es preciso acudir a las glándulas anales, que son dos sacos que se encuentran bajo la piel a ambos lados del ano (visto como un reloj, se encontrarían a las cinco y a las siete). En ellas se contiene un líquido oleoso y viscoso, de olor desagradable, que se expulsa para facilitar la eliminación de las heces. También funciona como marcaje, de ahí que los perros se saluden olisqueándose el trasero. A veces estas glándulas se pueden vaciar espontáneamente cuando el perro se encuentra en una situación que le produce mucho miedo. También pueden vaciarse algunas gotas que podemos encontrar sobre su cama o el suelo en forma de pequeñas manchas de color marrón. Este vaciado se produce por contracción fuerte del esfínter anal. En ocasiones, este líquido no se elimina correctamente y es fuente de diversos problemas, como veremos a continuación.

Síntomas de mal funcionamiento de las glándulas anales en perros

La explicación de por qué a un perro le huele el ano a podrido o a pescado puede encontrarse en que las glándulas anales no estén funcionando bien. Nuestro perro mostrará los siguientes síntomas:

  • Arrastrar el ano por el suelo. En casos graves, al contrario, el perro tendrá dificultades para sentarse y, si lo hace, se levantará rápidamente.
  • Lamerse y mordisquearse la zona.
  • Manifestar dolor al defecar.
  • Estreñimiento, los perros afectados evitan defecar debido a ese dolor.
  • Girar para perseguirse la cola.
  • La zona perianal puede estar inflamada y/o enrojecida.
  • Puede darse fiebre y malestar si se ha desarrollado infección.

No eliminar este lubricante correctamente hace que las glándulas permanezcan llenas, pudiendo producir las patologías que veremos a continuación.

Trastornos de las glándulas anales en perros

Si no se vacían, las glándulas pueden originar los siguientes problemas:

  • Impactación o retención: se refiere a que las glándulas permanecen llenas y se distienden, por mal vaciado o líquido muy denso, provocando la sintomatología que hemos mencionado. Hay que vaciar las glándulas.
  • Infección e inflamación (saculitis): la impactación puede terminar causando una infección. En estos casos, el olor del año a pescado será mucho más fuerte, la secreción se volverá amarillenta y, una vez diagnosticada, va a requerir tratamiento antibiótico, además de vaciado y limpieza. De esta forma, no es de extrañar observar que el perro echa líquido por el ano con las características mencionadas.
  • Absceso: sería el tercer paso tras la impactación y la infección. La inflamación producida por el proceso infeccioso provoca un absceso que es capaz de abrir la piel e incluso llega a crear una fístula por donde se va a drenar. Provoca fiebre. Por supuesto, necesita antibióticos, drenaje y limpieza. En los casos más graves o recurrentes puede ser necesaria la cirugía para extirpar las glándulas.

Como vemos, todos estos trastornos pueden explicar por qué a nuestro perro le huele el ano a pescado. Además, en las glándulas anales pueden darse tumores, como adenocarcinomas, benignos o malignos, generalmente dependientes de testosterona. Estos últimos pueden metastatizar en pulmón, aunque en ambos se recomienda la extirpación quirúrgica. La esterilización también se aconseja porque favorece la regresión de los tumores, puesto que se dan más en machos enteros de mayores de 7 años de edad.

Cómo evitar problemas en las glándulas anales

Una vez que sabemos por qué a nuestro perro le huele el ano a podrido o pescado, vamos a exponer las formas de reducir este desagradable olor. Las medidas que debemos observar son las siguientes:

  • Atender al perro al primer síntoma, es decir, no esperemos a que se complique el cuadro para buscar ayuda veterinaria.
  • Si nuestro perro es propenso a acumular este líquido, debemos incluir el vaciado de las glándulas en su rutina. Aunque es una técnica que se puede hacer en casa, muchos cuidadores prefieren que sea el veterinario o el peluquero canino quien la realice. Se trata de presionar en la zona, con la precaución de mantener una gasa en el ano para recoger la secreción que va a salir. Hay que utilizar guantes.
  • Se sabe que las características de las deposiciones influyen en el vaciado. La diarrea crónica, las heces pequeñas o demasiado blandas no presionan bien las glándulas en su salida, de forma que será más fácil que puedan acumular el líquido lubricante. Una alimentación correcta ayuda a esta eliminación.
  • También se conoce que hay razas con propensión a padecer problemas en las glándulas. Si convivimos con un pastor alemán, un chihuahua o un caniche, por ejemplo, debemos prestar especial atención a este aspecto.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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