¿Por qué los gatos muerden las manos?

¿Por qué los gatos muerden las manos?

Cuando un gato muerde a su tutor, es muy común que se interprete esta conducta como un signo de agresividad. No obstante, hay otras razones por las que los gatos muerden las manos u otras partes del cuerpo de sus tutores (u otras personas), ya que las mordidas pueden aparecer como una respuesta a diferentes circunstancias y estímulos a los que los mininos se exponen a lo largo de su vida para expresar estados de ánimo muy distintos, que van desde una sobreexcitación durante un juego hasta, efectivamente, un recurso defensivo u ofensivo ante una situación que les resulta incómoda o peligrosa.

En este artículo de ExpertoAnimal, te contamos por qué los gatos muerden las manos y qué puedes hacer para controlar o prevenir dicha conducta. ¡Sigue leyendo!

Comportamiento exploratorio

Las mordidas son un comportamiento exploratorio natural en los gatitos que, en las primeras etapas de su desarrollo físico, cognitivo y emocional, utilizan su boca y el paladar para empezar a descubrir e interactuar con el mundo que los rodea, principalmente con su madre y sus hermanos. Mientras los gatitos crecen y sus sentidos se agudizan progresivamente, la madre es responsable de enseñarles los principios más fundamentales de la conducta social y la comunicación de los gatos. Estas enseñanzas incluyen mostrar a los cachorros dónde están los límites del juego, así como de otros comportamientos como el uso de sus garras para arañar y de sus dientes para morder.

Cuando se produce una separación prematura del gatitode su madre y sus hermanos, las probabilidades de que muestre dificultades para relacionarse de forma positiva aumentan considerablemente, tanto con sus “semejantes” (otros gatos) y otros individuos como con diferentes estímulos que pueden presentarse en su entorno. Por ende, se vuelve más propenso a desarrollar diferentes problemas de comportamiento, como pueden ser las conductas agresivas asociadas al juego, porque no ha tenido el tiempo necesario junto a su madre para aprender otros recursos más apropiados que la agresividad (que debería ser un recurso “extremo”) para lidiar con sus propias emociones y las diferentes situaciones y estímulos, ya sean positivos o negativos, a los que se expondrá a lo largo de su vida. Entonces, puede terminar desplegando una reacción agresiva al sentirse inseguro, al tener miedo o sencillamente por no saber cómo reaccionar ante un individuo o un estímulo extraño, por ejemplo.

¿Qué hacer?

Teniendo en cuanta todos estos riesgos, es fundamental respetar el período de destete (de 8 a 12 semanas) antes de separar un gatito de su madre. Sin embargo, si por alguna razón has tenido que acoger a un gatito huérfano en tu hogar, recomendamos la lectura de nuestra Guía de cuidados para gatos recién nacidos.

Socialización deficiente

Más allá de la convivencia con su madre, también es muy importante que un gatito tenga acceso a una adecuada socialización que debería empezar en sus primeras semanas de vida. Socializar a un gato implica enseñarle no solo a convivir armoniosamente con otros gatos, animales y personas, sino también cómo reaccionar ante diferentes estímulos y circunstancias (que pueden llegar a ser repentinas o desagradables) de una manera más positiva.

La socialización temprana es clave para que el gatito desarrolle su confianza y pueda desplegar un comportamiento más estable y seguro en la edad adulta. En la medida que cuenta con un mayor número de recursos o vías positivas para gestionar sus emociones y la forma cómo se relaciona con todo su entorno (incluso con los individuos y estímulos que allí se encuentran), deja, como decíamos, la agresividad como el último recurso al que solo debería sentir la necesidad de recurrir en situaciones extremas que realmente supongan un riesgo a su bienestar.

Es por ello que los gatos que no han sido debidamente socializados tienden a presentar con mayor frecuencia conductas asociadas a la inseguridad y al miedo excesivo, que pueden ir desde esconderse en la presencia de desconocidos hasta morder o arañar ante un intento de interacción por parte de un “extraño” o sencillamente por entender que su presencia supone una perturbación de su rutina habitual. Así pues, si no has prestado atención a su socialización y observas que tu gato te muerde las manos cuando las acercas a él, lo más probable es que se deba a ello.

¿Qué hacer?

Si tu gato suele presentar conductas inusuales cuando recibes visitas o si percibes que su carácter es excesivamente miedoso o asustadizo, deberías empezar ahora mismo a trabajar en su socialización. Para ayudarte, hemos preparado una Guía para socializar a un gato cachorro y una selección de Consejos para la socialización del gato adulto.

Adiestramiento involuntario

“¿Por qué mi gato me muerde las manos jugando?” es una pregunta que muchos tutores se hacen y la respuesta puede estar directamente relacionada con su propia conducta a la hora de educar a sus mininos. Con mucha frecuencia y aunque no lo perciban, los tutores terminan fomentando o incluso reforzando en los gatitos recién llegados al hogar conductas que no les gustaría ver reflejadas en el comportamiento de un gato adulto.

Veamos un ejemplo clásico de esta situación… Una persona adopta a un gatito y le parece muy tierno que el pequeño juegue con sus manos, ya sea mordiéndolas o arañándolas, por lo que permite que esta conducta se repita cada vez que juegan. El problema es que el gatito inevitablemente se convertirá en un gato adulto que no ha aprendido dónde están los límites del juego y cuyos dientes son ahora mucho más poderosos. Entonces, aquella conducta que parecía tan adorable en el gatito, ahora resulta incómoda y dolorosa para el tutor de un gato adulto, y lo peor es que dicha conducta ha sido reforzada de forma sistemática (aunque involuntaria), de manera que el gato la ha asumido como parte de su rutina.

¿Cómo evitar que tu gato muerda jugando?

Nuestro primer y mejor consejo es que no fomentes en un gatito comportamientos que no quieres ver reflejados en la conducta de un gato adulto. Si no quieres que tu gato muerda tus manos jugando, no las uses en juegos que simulan un contexto de caza, como si de una presa se trataran. Opta por ofrecerle a tu minino juguetes apropiados a su tamaño y edad, y revisa por completo el enriquecimiento ambiental de tu hogar para que pueda desarrollar sus instintos de caza y sus sentidos de forma segura para todos.

Además, cada vez que durante un juego tu gato te muerda las manos, dile “¡NO!”, para inmediatamente el juego y dale un juguete adecuado para morder. Con esta actitud, le estarás indicando que morder tus manos no es parte del juego, al mismo tiempo que le enseñas que debe reservar sus mordidas para los recursos específicamente diseñados para este fin (los juguetes). Por otro lado, cada vez que tu gato utilice correctamente sus juguetes y juegue contigo sin morder tus manos (y sin lastimarte de ninguna manera), prémialo para que entienda que esta es la conducta adecuada.

Este método resulta mucho más seguro y eficiente que intentar inhibir una conducta natural de los gatos (como puede ser perseguir una presa y morder en un juego de caza) mediante regaños, castigos u otras prácticas contraproducentes que solo debilitarán el vínculo con tu minino y pondrán en riesgo el bienestar de ambos. Puedes encontrar muchos más consejos en este artículo: “¿Cómo enseñar a un gato a no morder?”.

Estrés o incomodidad

Si tu gato te muerde las manos cuando lo acaricias, es probablemente porque estás intentando tocar o manipular una región particularmente sensible de su cuerpo (la barriga, principalmente), y la mordida es una forma muy clara de decirte “¡Deja ya de hacerlo!”. No obstante, es muy probable que tu minino haya emitido otras señales previas a la mordida para indicar su incomodidad, tales como:

  • Echar sus orejas hacia detrás o hacia los lados.
  • Ronronear de forma cadenciosa y uniforme.
  • Mover su cola de forma errática o llevarla sostenida entre las piernas.

Una reacción similar puede ocurrir cada vez que intentes obligar a tu minino a someterse a una situación que le resulta poco natural y estresante (besos y abrazos son ejemplos “clásicos”), o bien cuando lleves a cabo algún gesto o acción que tiene una connotación negativa en el lenguaje felino. Por poner un ejemplo sencillo, mirar de forma fija a los ojos de tu gato puede ser interpretado como un reto.

¿Qué hacer?

Puedes evitar estos y muchos otros errores en la comunicación con tu minino estudiando un poco más sobre el lenguaje corporal de los gatos. Además, para convivir armoniosamente con cualquier animal de compañía, resulta fundamental conocer y respetar sus preferencias, particularidades y necesidades. Si has optado por la compañía de un minino, debes saber que cada rasgo de su personalidad será único, y si le das el espacio para que se exprese libremente, seguramente te sorprenderás con su capacidad de dar y recibir afecto a su manera.

Por otro lado, es fundamental encontrar la causa que produce el estrés en tu minio para tratarla, eliminarla y evitarla en la medida de lo posible. En este otro artículo explicamos Cómo y dónde acariciar a un gato.

Agresividad por problemas de salud u otras causas

Como hemos comentado en diferentes momentos de este artículo, un gato que vive en un entorno positivo, que ha tenido una buena educación y un adecuado proceso de socialización, solo debería recurrir a la agresividad en contextos de urgencia o necesidad extrema.

En este sentido, hay que tener en claro que la agresividad no es un rasgo del carácter de una raza felina o un gato en particular. Aunque podemos hablar de una mayor predisposición genética en algunos individuos, lo cierto es que la agresividad en gatos es un problema de comportamiento que puede asociarse con múltiples causas, que van desde experiencias negativas o una mala socialización, hasta problemas de salud que provocan dolor o que se manifiestan mediante síntomas neurológicos y pueden generar, en consecuencia, alteraciones en el comportamiento del felino.

Es posible que, al acercarte a él o tocar alguna parte de su cuerpo que nunca le ha molestado, de repente tu gato te muerda la mano porque siente dolor o está enfermo. Igualmente, si acabas de adoptar a un gato que ha sufrido malos tratos en el pasado, es muy probable que muerda tus manos si anteriormente las han usado para hacerle daño.

¿Qué hacer?

Si percibes que tu gato te muerde las manos fuerte cuando antes no lo hacía y se está volviendo agresivo, el primer paso será llevarlo al veterinario para descartar cualquier causa patológica y evaluar la necesidad de iniciar un tratamiento. Y en caso de que, felizmente, se compruebe que tu minino está saludable y el cambio en su comportamiento no se relaciona con una enfermedad subyacente, será importante que revises el ambiente de tu gato, su rutina y también tu propio comportamiento para identificar qué estímulos pueden estar generando o favoreciendo estas respuestas agresivas. Aburrimiento, frustración, estrés..., en muchas ocasiones se desarrollan por una falta de estímulos.

Para ayudarte en esta tarea, recomendamos las siguientes lecturas: “Por qué mi gato se ha vuelto agresivo” y “Cómo calmar a un gato agresivo”, donde podrás conocer en más detalles las principales causas de la agresividad en los gatos y algunos consejos valiosos para ayudar a tu gato a superar este problema.

Por otro lado, en el caso de un gato recién adoptado con traumas del pasado, será fundamental tener paciencia y tratar de ganarse su confianza mediante el refuerzo positivo. Como has podido comprobar, la respuesta a por qué los gatos muerden las manos depende totalmente de cada caso particular, pero en general viene asociada con una mala socialización, separación temprana de su madre o errores en su educación.

Si deseas leer más artículos parecidos a ¿Por qué los gatos muerden las manos?, te recomendamos que entres en nuestra sección de Problemas del comportamiento.

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