Los gatos son animales que han experimentado un auge tremendo en cuanto a entrar en los hogares a modo de mascota, cada vez más personas se deciden por este simpático felino que poco a poco se va ganando nuestra confianza a base de resultar un animal que necesita de pocos cuidados y a cambio nos proporcionan ratos de gran diversión e incluso fascinación.
Sin embargo en la calle la cosa cambia, sobre todo con los gatos negros, que sufren el histórico estigma de ser considerados como un símbolo o augurio que viene acompañado de mala suerte en caso de cruzarnos con él. Hace ya tanto tiempo del origen de esta creencia popular que en Experto animal vamos a tratar de arrojar un poco de luz sobre la causa asociada a esta creencia de por qué los gatos negros se asocian a la mala suerte y también para que comprendas que solamente se trata de un mito.
Orígenes del mito de la mala suerte causada por los gatos negros
Hace falta remontarse bastante para encontrar al primer pueblo que comenzó a echar leña al fuego para encender el mito. En la península Ibérica fueron los celtas los primeros que asociaron los gatos de este color a las brujas, pues afirmaban que estás quedaron cautivadas por su brillante y excelente para la noche pelaje negro así como por lo mucho que destacaban sus ojos sobre las demás cosas.
También tiene arraigo en la cultura francesa con raíces en las tierras bretonas, que cuenta incluso la leyenda del enorme Chat Palug. Esta habla sobre un enorme gato negro que se pasaba las noches aterrorizando el ganado y a los campesinos cada vez que aparecía, hasta que el Rey Arturo consiguió darle caza y acabar con su vida.
También en los periodos en los que la peste negra sufrió un especial auge se culpó al gato negro, persiguiendo indiscriminadamente a todos los felinos. Lo que se demostró fue un error pues los gatos conseguían disminuir la población de las ratas, verdaderas culpables de la transmisión de esta enfermedad terminal.
La brujería en la Edad Media el peor periodo para los gatos negros
A pesar de las creencias anteriores, no fue hasta la Edad Media cuando los gatos negros sufrieron la peor persecución posible. La caza de brujas fue la excusa, fueron considerados seres demoníacos a los cuales había que evitar a toda costa. El mero hecho de tener uno cercano a tu casa podía suponer que fueras juzgada por brujería. Y en el extremo, se quemaban gatos negros en rituales con el fin de alejar la magia negra de una determinada zona.
El punto álgido del sin sentido de esta creencia tuvo lugar en Salem, entre los años 1692 y 1693, cuando se puso de manifiesto la peligrosidad de los extremismos religiosos llegando a juzgar oficialmente a mujeres por supuesta brujería. El caso es que cualquier símbolo asociado históricamente a la brujería, debía ser erradicado, gozando los gatos negros con tan mala suerte que su nombre había sido ya maldecido hacía muchos años.
Incluso se llegó a extender la creencia de que las brujas tenían la capacidad de transformarse en gatos negros para vagar y buscar sus víctimas por las calles con completa libertad. De ahí que ver un gato negro supusiera casi como ver una bruja.
Una de las historias que se contaban para justificar la persecución de los gatos negros, hablaba de dos jóvenes que se cruzaron en el camino con uno de estos felinos, decidieron seguirlo y por lo visto no acabaron en un buen camino. Con el fin de castigarlo le comenzaron a arrojar piedras y el gato para refugiarse se coló en casa de una anciana que estaba acusada de bruja. Aparecer al día siguiente la mujer con arañazos y magulladuras fue la prueba definitiva de que se había convertido en gato y por lo tanto era bruja...
Otras culturas lo han tratado mejor
Por supuesto no en todos los lugares y en todas las culturas se le ha tratado de la misma manera. Por ejemplo los escoceses siempre han considerado que tener un gato negro en casa traería buena suerte a la familia.
También para la cultura japonesa como hemos visto en la historia del gato de la suerte o Maneki Neko son considerados como un escudo contra la mala suerte.
El gato negro en nuestros días
Por suerte la creencia de que el gato negro trae mala suerte ya es mucho menos transmitida, muchas personas gozan de la compañía de preciosos gatos de este color en casa.
Sin embargo sí que seguimos teniendo esta lacra, aún muchas personas, merced a la ignorancia y los prejuicios transmitidos en forma de dichos o refranes populares, siguen considerando que verlos supone un augurio de mala suerte. Lo peor no es que afecte a cierta parte de la sociedad, allá cada uno con su locura, lo malo es que puede repercutir negativamente en el bienestar de estos bonitos felinos, algo que no es tolerable en ningún caso.
Así que si tienes la oportunidad y deseas acoger un gato callejero, estarás mandando un mensaje de esperanza si su color es el negro. ¿Por qué no cambias tú mismo la suerte de uno de estos felinos adoptándolo?
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