¿Por qué mi gata no tiene leche para sus gatitos?

¿Por qué mi gata no tiene leche para sus gatitos?

Advertir que una gata no tiene leche para sus gatitos supone una gran preocupación para cualquier cuidador, pues es fácil pensar que la vida de los pequeños, tan vulnerables en esta etapa, corre un serio peligro. Por suerte, la falta de leche no es un problema habitual pero, si se produce, debemos identificarlo rápidamente porque es vital ponerle remedio de forma pronta.

En este artículo de ExpertoAnimal explicaremos todos los detalles a tener en cuenta y también comentaremos cómo cuidar de los gatitos si la madre no tiene leche, de esta forma lograremos sacarlos adelante.

¿Cómo saber si mi gata tiene leche?

Que una gata no tenga leche para sus gatitos no es para nada habitual. Durante el embarazo de la gata, las mamas se preparan para su futura función alimenticia, indispensable para la supervivencia de la camada recién nacida. Las mamas se agrandan e, inmediatamente tras el parto, comienzan a producir un líquido que recibe el nombre de calostro. Se trata de un fluido altamente nutritivo y con una importante función inmunológica que sirve para proteger a los pequeños de enfermedades. Tras él comienza la secreción de la leche.

Es posible que no veamos nunca ninguna de estas secreciones pero sabemos que se están produciendo si la camada crece y permanece tranquila. Unos gatitos que engordan a diario, duermen relajados, maman sin ningún problema, están calientes y no lloran ni se quejan nos están indicando que están bien alimentados, es decir, la leche fluye aunque no consigamos observarla. La estampa de la gata y sus gatitos enganchados en sus mamas es la señal inequívoca de que la gata tiene leche. Por ello, en ningún caso hace falta que manipulemos nosotros las mamas buscando la secreción.

Ausencia de leche en las gatas

En algunos casos es posible que una gata no tenga leche para sus gatitos. Esto puede suceder porque la leche, aunque se produce, no llega a salir de las mamas, o, lo que es más infrecuente, no hay leche o esta es insuficiente.

Si esto sucede la señal de alarma más clara es que no veremos la estampa idílica que hemos pintado en el apartado anterior. Al contrario, los gatitos pasarán el tiempo gimiendo, buscando un alimento que no consiguen, no engordarán, estarán deshidratados, fríos e intranquilos. Si no intervenimos rápidamente, estos gatitos morirán. Por lo tanto, es urgente que contactemos con un veterinario. Lo primero será confirmar que se trata de un problema de falta de leche y no de alguna patología del recién nacido. Después, este profesional examinará a la gata para buscar el origen del problema.

Una gata sometida a un alto nivel de estrés puede producir leche pero esta no llega a excretarse porque, para su liberación, necesita de la succión frecuente de los gatitos y de la liberación de oxitocina, una hormona que solo se segrega en situaciones de calma. Un entorno tranquilo para la familia, como vemos, es muy importante para una correcta lactancia. La leche tampoco saldrá si existe algún problema en el pezón. Este tipo de casos pueden tratarse con fármacos, masajes y, sobre todo, propiciando la succión frecuente de los gatitos.

En cambio, cuando no se produce la leche es posible que estemos ante un problema genético que no va a ser solucionable. Por lo tanto, los gatitos solo tendrán la opción de sobrevivir si son criados artificialmente. Por otra parte, si nos encontramos ante una gata con elevada desnutrición, podrá producir leche pero en cantidad insuficiente. Podemos mejorar la situación ofreciéndole una alimentación correcta y de calidad y una adecuada hidratación, poniendo agua limpia y fresca siempre a su disposición.

¿Qué hacer para que mi gata tenga más leche?

Cuando nuestra gata no tiene leche para sus gatitos, es normal que nuestra primera opción sea buscar cómo aumentar la leche de la gata. Es importante que sepamos que, en contra de lo que se cree, no existe ningún alimento mágico que consiga aumentar la producción.

Esta se basa en una madre bien nutrida en un ambiente relajado y en contacto continuo con sus gatitos para que succionen con frecuencia. De esta forma la leche se producirá y, gracias a la oxitocina y la estimulación de las crías, fluirá sin problemas. Por lo tanto, para conseguir más leche debemos proporcionar un entorno cómodo a la gata, evitar separarla de sus pequeños y ofrecerle una alimentación de calidad, además de agua y la falta de estrés.

¿Cómo alimentar a los gatitos?

Si definitivamente, tras la consulta veterinaria, se determina que la gata no tiene leche para sus gatitos, no tendremos más solución que alimentar a los gatitos recién nacidos nosotros mismos, criándolos con leche artificial de venta en clínicas y hospitales veterinarios. Es muy importante que utilicemos una formulada en exclusiva para gatos. Cualquier otra no cubrirá sus necesidades, con lo que pondríamos en peligro a los pequeños.

Para preparar los biberones debemos seguir las indicaciones de cada fabricante. Antes de ofrecer el preparado debemos comprobar la temperatura, ya que sería perjudicial que los gatitos lo tragasen tanto si está demasiado frío como muy caliente. Al principio comerán con mucha frecuencia, aproximadamente cada dos horas.

El biberón no se les da como a los bebés humanos, sino que los sujetaremos con una mano bajo su abdomen y pecho y, en esa postura, con sus patas apoyadas en nuestro regazo, será como traguen el lácteo. Según van creciendo las tomas se espacian. Hacia las tres semanas de vida podremos empezar a ofrecerles alimentos sólidos, siempre específicamente formulados para gatitos en crecimiento.

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