¿Por qué mi gato cojea?

¿Por qué mi gato cojea?

No siempre es fácil detectar la cojera en un gato, ya que estos animales son capaces de aguantar mucho antes de manifestar síntomas evidentes de malestar. No obstante, si ya has advertido que le cuesta caminar, es probable que te preguntes por qué mi gato cojea.

En este artículo de ExpertoAnimal repasaremos las causas más comunes. Salvo que se trate de heridas leves, siempre debemos acudir a nuestro veterinario, pues podríamos estar ante una lesión tan grave como una fractura, que va a requerir, en muchos casos, una cirugía. También puede deberse a una infección que, así mismo, también necesitará tratamiento veterinario.

Mi gato cojea de una pata pero no se queja

Si queremos saber por qué nuestro gato cojea, lo primero es que examinemos la extremidad afectada. Si el gato cojea de una pata delantera podemos pensar que se ha herido al saltar sobre algo, como, por ejemplo, una vitrocerámica caliente. Debemos observar la pata buscando lesiones, sobre todo en las almohadillas y entre los dedos. Observar que el gato coja de una pata trasera también puede deberse a una herida, como un mordisco o un arañazo que puede haberse hecho jugando con otros animales.

Si las lesiones son leves y superficiales podemos desinfectarlas en casa y controlar su evolución. En breve el gato debería apoyar perfectamente. Él siempre intentará ocultar sus dolencias, por ello, aunque llegue a cojear es normal que no se queje ni exteriorice dolor.

En el siguiente apartado explicaremos la cojera por lesiones que sí van a requerir atención veterinaria.

Mi gato tiene una pata muy hinchada

Una causa que puede explicar por qué el gato cojea hemos visto que puede ser una herida. En ocasiones parecen cicatrizadas por fuera pero lo cierto es que en su interior se está desarrollando una infección. Esto es más común en heridas producidas por mordiscos, ya que en la boca de los animales habitan numerosas bacterias que se transmiten en el momento de la mordedura.

La infección que se desarrolla bajo la piel puede explicar la inflamación de una pata. A veces esa hinchazón se reduce a un punto concreto. En estos casos observaremos que el gato tiene una bola en la pata. Es lo que se conoce con el nombre de absceso, es decir, la acumulación de pus en una cavidad bajo la piel. Pero un bulto también puede originarse por un tumor, por eso es importante un buen diagnóstico.

Si nuestro gato presenta estas inflamaciones debemos acudir al veterinario porque va a necesitar antibióticos, una buena desinfección y, en los casos más complicados, un drenaje.

Mi gato cojea de repente

Un traumatismo puede explicar por qué nuestro gato cojea repentinamente. Una caída desde una altura considerable o un atropello pueden fisurar, luxar o fracturar una extremidad. Es probable que no se manifiesten otros síntomas de dolor, como ya hemos explicado, pero observar que el gato no apoya la pata trasera o delantera puede darnos una pista de lo ocurrido.

En los casos más graves, el gato cojea y tiembla debido al shock. Puede tener las pupilas dilatadas, hemorragias o lesiones visibles, dificultades respiratorias, etc... Esto puede suceder tras una caída por la ventana, en lo que se conoce como el síndrome del gato paracaidista.

Tenga más síntomas o no, una cojera repentina es motivo de consulta veterinaria. Si sabemos que el gato ha sido atropellado o se ha caído, la visita a la clínica es obligada porque, aunque no se observen lesiones externas, puede haber una pata rota, daños internos, hemorragias o neumotórax.

El veterinario decidirá si una fractura requiere o no cirugía, ya que algunas pueden resolverse con vendaje o reposo. Si operamos, debemos saber que el posoperatorio es muy importante. Tendremos que mantener al gato tranquilo y darle medicación para el dolor y para evitar infecciones. Los gatos suelen recuperarse muy bien de estas intervenciones de traumatología.

Mi gato cojea a veces

Problemas como la artrosis felina pueden explicar por qué un gato cojea de una manera intermitente. Lo cierto es que, más que cojera, observaremos un deambular extraño, con las extremidades rígidas, sobre todo cuando el gato se levanta tras un período de descanso. Al caminar un rato parece que ya puede andar con normalidad, lo que confunde a los cuidadores.

Con problemas de artrosis aparecen otros síntomas que nos pueden pasar desapercibidos o los achacamos a la edad del animal, pues son dolencias más comunes en ancianos. Es difícil, insistimos, apreciar el dolor en un gato, pero sí podemos notar que come menos, pasa casi todo el tiempo descansando sin relacionarse con la familia, evita saltar, pierde masa muscular, deja de usar el arenero o no se acicala.

El tratamiento es farmacológico y puede incluir suplementos alimenticios que protejan las articulaciones. Hay que modificar el entorno para ayudar a la movilidad del gato utilizando un arenero de paredes bajas, una disposición del mobiliario a la que pueda acceder, una cama mullida alejada de corrientes de aire, además de cepillarlo para contribuir a su aseo. Además, es fundamental controlar el sobrepeso, de ser el caso.

Mi gato cojea y tiene fiebre

Otras veces la explicación a por qué un gato cojea es una enfermedad infecciosa. Una muy habitual es la provocada por el calicivirus felino. Aunque se asocia a sintomatología respiratoria y ocular, lo cierto es que este virus tan contagioso y extendido también puede provocar cojera, artritis, además de fiebre y los síntomas clásicos de conjuntivitis, lesiones en la boca o secreción nasal.

Como en todas las enfermedades víricas, el tratamiento se basa en el soporte y la administración de fármacos para hacer remitir los síntomas o prevenir infecciones secundarias. Como siempre es mejor prevenir que curar, se recomienda vacunar a todos los gatos contra este virus que, aunque suele causar una enfermedad curable, existen cepas de gran virulencia capaces de matar a un gato rápidamente.

Por último, tras la vacunación contra el calicivirus puede aparecer un cuadro caracterizado por cojera y fiebre que remite sin mayores consecuencias, aunque, por supuesto, debemos acudir al veterinario.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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