¿Por qué mi perro gruñe cuando juega?

¿Por qué mi perro gruñe cuando juega?

No es extraño que en las zonas donde se encuentran perros y puedan jugar podamos observar que, entre ellos, se intercambian gruñidos sin que, en la mayoría de las ocasiones, se esté produciendo una pelea, más bien al contrario. ¿Por qué los perros gruñen a ciertas personas cuando juegan? ¿Y a otros perros?

Los gruñidos, relacionados habitualmente con una situación de amenaza o agresión, pueden alertar a los cuidadores y hacerles pensar que algo no va bien. Por eso, en este artículo de ExpertoAnimal vamos a explicar por qué nuestro perro gruñe cuando juega, ya que es frecuente que esta situación se produzca.

La comunicación de los perros

Nuestros compañeros caninos, obviamente, no pueden hablar, pero es lo único que les falta ya que poseen una rica comunicación no verbal que se manifiesta mediante el lenguaje corporal y en las diferentes vocalizaciones como el ladrido, el llanto, el aullido o el gruñido, del que nos ocuparemos en este artículo.

El gruñido, como decíamos, suele indicar una situación de peligro. El perro suele gruñir como advertencia ante una situación que le disgusta y quiere que concluya ya que, de lo contrario, su evolución será el ataque e incluso el mordisco. Pero el perro puede gruñir también por otros motivos, como cuando tiene algún dolor y le tocamos, sin saberlo, en esa zona y, también, en una situación de juego como la que nos ocupa.

Incluso en una situación placentera, como puede ser una sesión de masajes, podemos observar que el perro gruñe cuando lo acaricias. Es totalmente normal. Es esta vertiente lúdica del gruñido la que se encuentra en la base que explica por qué un perro gruñe cuando juega.

La importancia del juego

Los perros, animales eminentemente sociales, juegan durante toda su vida ya que, como animales que han sido domesticados, mantienen sus características infantiles también en la edad adulta. Es por esto que cuando se encuentran dos o más perros que se llevan bien es habitual que se desencadene una animada sesión de juegos.

Mediante el juego, el cachorro aprende a relacionarse con su entorno y sus semejantes, primero gracias a la presencia de su madre y sus hermanos, de ahí la importancia básica de la socialización del perro, crucial durante las primeras ocho semanas, como mínimo, en las que el cachorro debe permanecer con su familia. Después, el juego se extenderá a otros animales y a los humanos, siguiendo con la tarea de descubrir y relacionarse con el mundo.

Con el juego, el perro pone a prueba y ejercita sus capacidades y habilidades físicas, mide sus fuerzas, así como las de sus compañeros y, además, constituye una medida de buena salud. Si nuestro perro deja de jugar podría estar padeciendo alguna enfermedad o tener algún dolor. Lógicamente, con la edad, va a disminuir el período y/o el vigor del juego de nuestro perro.

Veremos en el siguiente apartado por qué un perro gruñe cuando juega analizando una sesión de juego típica.

El desarrollo de una sesión de juegos con otros perros

A continuación veremos cómo se puede desarrollar una sesión de juegos típica entre dos o más perros. Es fácil observar esta escena en cualquier parque, sobre todo si los canes pueden estar sueltos. Si tenemos la suerte de convivir con más de un perro también nos serán muy familiares estas escenas.

Como hemos dicho, la comunicación no verbal es muy importante en los perros y, así, podremos distinguir una postura muy típica del momento juego en la que el perro va a plantar su tren delantero en el suelo mientras que elevará su trasero. Es habitual, también, que salten en esa posición, abran la boca, saquen la lengua, emitan un ladrido agudo, muevan la cola y, también, gruñan, sin que suponga ninguna amenaza. Esta posición se conoce sencillamente como "postura de juego" y podría recordarnos a una reverencia.

Todos estos detalles constituyen una incitación al juego que pocos perros van a poder resistir. Además, es habitual que los perros se tumben boca arriba y se revuelquen, den con las patas al otro como invitándolo a jugar, corran alrededor o incluso se lancen en una carrera en la que esperan ser perseguidos y atrapados por el compañero.

Todos estos movimientos los van a efectuar los perros intervinientes en la sesión indistintamente, es decir, se intercambiarán los roles y, durante la sesión, todos se sucederán en los papeles de perseguidor o perseguido, mostrarán su vulnerable zona abdominal, etc. Como vemos, durante el contexto del juego, van a darse acciones que, fuera de esta situación, serían motivo de preocupación y peligro, tales como los gruñidos, los ladridos o las persecuciones. Es la vertiente lúdica del gruñido la que permite explicar por qué nuestro perro gruñe cuando juega.

El desarrollo de una sesión de juegos con las personas

Las sesiones de juego entre perros y personas comparten algunas características anteriormente mencionadas, como puede ser el gruñido. Especialmente si hacemos uso de mordedores o juguetes de cuerda, es bastante probable que nuestro perro gruña mientras forcejeamos con él. Es importante resaltar que el perro no gruñe sin motivo, todo lo contrario, sigue haciendo uso de su rico lenguaje corporal y de las vocalizaciones típicas de su especie para que entendamos que está jugando.

Durante la práctica de este tipo de juegos debemos dejar ganar a nuestro perro algunas veces, pero también debemos ganar nosotros en otras, para que no empiece a mostrar posesión hacia estos juguetes y no derive en un problema del comportamiento. Una buena herramienta que nos permite controlar la posesividad es enseñarle al perro la orden "suelta" o "deja", que nos ayudará a recuperar cualquier juguete de forma positiva.

Señales de alerta

Si nuestro perro juega con otro tal y como hemos descrito, no tenemos por qué preocuparnos aunque escuchemos gruñidos, pues vamos a estar ante un gruñido de tipo lúdico, que se va a distinguir del gruñido que sirve de alarma en todo el resto de señales que está emitiendo el perro.

En un gruñido de advertencia veremos al perro tenso, en alerta, quieto e incluso enseñando los dientes. Es en esa situación en la que se podría producir un ataque. Es frecuente en perros mal socializados, con traumas o malas experiencias y es habitual que en estos casos observemos que el perro no juega con otros perros, les gruñe constantemente o cuando se le acercan. En cambio, el gruñido lúdico no lleva aparejado ninguna tensión, al contrario, el perro está contento, relajado y en constante movimiento, corriendo, saltando, persiguiendo o atrapando al otro perro. Aun así, sobre todo si nuestro perro está jugando con uno desconocido, debemos prestar atención al desarrollo del juego.

En ocasiones, perros con diferentes necesidades lúdicas pueden tener algún problema, por ejemplo, si el juego se desarrolla entre un cachorro con energía de sobra para no querer parar y un perro de edad que quiere descansar. En estos casos podría explicarse por qué nuestro perro gruñe cuando juega como una señal de incomodidad y advertencia. Por lo tanto, si vemos a nuestro perro tenso o, al contrario, insistiendo en jugar con un perro que ya no quiere hacerlo, debemos intervenir para separarlos y no dar lugar a una potencial agresión.

Por otro lado, si nosotros tenemos una actitud negativa hacia él, podemos observar que el perro gruñe cuando le regañamos, como muestra de estrés y ansiedad, así como de advertencia. Los perros también pueden gruñir a las personas por otras circunstancias, por ejemplo si padecen dolor, problemas de conducta u enfermedades hormonales. El gruñido como advertencia, si se da contra nosotros o supone un riesgo para otros animales es motivo de consulta con un profesional, etólogo o educador canino.

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