¿Por qué mi perro llora cuando me voy?

¿Por qué mi perro llora cuando me voy?

El momento de irte del hogar y dejar solo a tu perro puede ser uno de los más difíciles de tu día. Los perros destacan por ser animales sociables y sociales. En otras palabras, están adaptados para la vida en manada en la que en ningún momento se encuentran solos y, si eso sucede, enseguida comunican su situación mediante gemidos, ladridos y aullidos. Entendiendo este aspecto normal de su conducta, es fácil comprender que nuestro perro se sienta abandonado cuando lo dejamos solo en casa.

Si sueles hacerte preguntas como "¿por qué mi perro llora cuando me voy?" o "¿cómo hacer que mi perro no llore cuando me voy?" en el siguiente artículo de ExpertoAnimal explicamos las causas exactas de por qué mi perro llora cuando me voy y cómo ayudarlo a manejar nuestra ausencia.

¿Qué siente tu perro cuando te vas del hogar?

Como hemos avanzado, los antecesores de los perros domésticos que a día de hoy conocemos vivían en manadas formadas por un número variable de individuos. Desde su nacimiento hasta su fallecimiento, lo habitual era que permaneciesen todo el tiempo unidos, compartiendo las actividades cotidianas, como la caza, la alimentación, el juego o el descanso. De esta manera, sus posibilidades de supervivencia aumentaban. Juntos era más fácil cazar y protegerse de los peligros.

Por este motivo, aun en la actualidad, cuando uno de nuestros perros domésticos se ve solo, se siente vulnerable, inseguro e inmediatamente comienza a “llamar” a su manada, lo que hará buscando, gimiendo, ladrando y aullando. Esta es la razón por la que mi perro llora cuando me voy. Este comportamiento, aunque sea natural, puede provocar graves problemas en la convivencia en el vecindario por motivos obvios. Muchas veces serán los propios vecinos los que te informarán de que tu perro llora mucho cuando te vas, ladra, aúlla, etc.

Tienes más detalles sobre “¿Qué sienten los perros cuando les dejas solos en casa?” a continuación.

¿Por qué los perros lloran cuando están solos?

Los perros cuentan con varias formas de comunicación, entre las que se encuentra la verbal. Lógicamente, no hablan, pero sí son capaces de emitir distintos sonidos, como los gemidos, los ladridos o los aullidos.

Un perro asustado porque se siente vulnerable al verse solo en el hogar va a llorar. Es un comportamiento muy habitual en los cachorros recién adoptados que, separados de su madre y hermanos, comienzan a llorar reclamando su presencia hasta que se adaptan a su nueva familia. Así, puedes ver como mi cachorro llora cuando lo dejo solo, aunque solo sea para ir a otra habitación.

Además de llorar, como hemos visto, el perro puede gemir y aullar. El aullido es el sonido que acostumbran a emplear los lobos cuando quieren comunicarse a distancia, ya que presenta un gran alcance.

No es extraño oír aullar a perros que se han quedado solos. Tampoco es raro que algunos desarrollen lo que se conoce como ansiedad por separación, un trastorno que puede llevarlos a causar destrozos en el hogar, a orinar y a defecar en su interior, etc. El perro no se comporta de esta manera por fastidiar, sino que es una muestra de sufrimiento. Por este motivo, como parte de una tenencia responsable, debemos actuar para remediarlo.

Como decimos, estos canes pueden expresar estos sentimientos negativos y pretenden aliviar la tensión que tienen acumulada en su organismo por medio de los llantos y de los aullidos. Por ello, otras de las causas que explican por qué mi perro llora cuando me voy son:

  • Hiperapego: muchas veces esta causa del perro está relacionada con la sobreprotección brindada por sus propios tutores, la cual facilita el desarrollo de ciertos tipos de problemas del comportamiento mediante el aprendizaje. El perro gime ya que en el pasado se ha reforzado esta conducta acudiendo cada vez que lloraba, por tanto, el perro espera que mediante este comportamiento sus tutores regresen a casa.
  • Abandono o abusos físicos: el siguiente de los motivos por los que mi perro llora cuando me voy es porque muestra un historial de malos tratos, abandono o abusos físicos y mentales. Así, manifiestan inseguridad y necesitarán recuperar su autoestima para aprender a vencer sus miedos y gestionar su soledad. En estos casos se observa una falta total o excesiva de vínculo con los propietarios que causa esta situación y que además podrá empeorar de no ser tratado.
  • Rutina sedentaria: el último de los motivos por que mi perro llora cuando me voy es porque no tiene una rutina activa y no cuenta con un ambiente enriquecido para estimular su mente. Así, podrá llorar, aullar y mostrar comportamientos destructivos como síntomas de estrés o aburrimiento.

¿Cómo hacer que mi perro no llore cuando me voy?

Existen diferentes pautas que podemos seguir para evitar que el perro llore cuando te vas. Las vemos con detalle:

  • En estos periodos de soledad podemos ofrecerle juguetes que ayuden a mantenerlo entretenido. Un ejemplo son los de la marca Rucan. Hechos con caucho natural, los juguetes de Rucan ofrecen resistencia y seguridad. Disponen de varios modelos, como el Conic o la Dog Ball, que permiten rellenarlos de alimentos, de forma que el perro se entretiene a nivel físico y mental mientras intenta acceder a su contenido. Además, la recompensa comestible actúa como un incentivo.
  • Por otro lado, tenemos que ser conscientes de que los perros necesitan tiempo. No podemos adoptar un perro si pasamos todo el día fuera de casa ni tendrá el mismo grado de dependencia de nosotros un cachorro de dos meses que un perro ya adulto.
  • Por otra parte, para el bienestar del animal es imprescindible que, desde el primer momento, pautemos un horario para su alimentación, ejercicio, descanso, etc. Repitiendo estas actividades aproximadamente a las mismas horas todos los días, ayudamos a establecer una rutina y, a la vez, generamos un vínculo seguro cuidador-perro. Los perros son animales de costumbres y controlar lo que va a suceder en cada momento fomenta su tranquilidad y su autoestima.
  • Además, no hay que olvidar que necesitan estimulación, tanto a nivel físico como psicológico, y socialización. Esto implica que, según sus características, tendremos que ofrecerles, todos los días, posibilidades para practicar ejercicio, pasear, jugar, interaccionar con animales y personas, acceder a diferentes escenarios, etc.
  • Por supuesto, aunque todavía hay cuidadores que no lo consideran imprescindible, sobre todo si sus perros son de talla pequeña, lo cierto es que la educación en obediencia básica es fundamental. Que el perro conozca órdenes como “ven”, “quieto” o “suelta” no solo es importante para su seguridad, sino que le proporciona herramientas para entender qué es lo que se espera de él, un punto que le ayuda a aumentar su control del entorno. Seguir estas pautas favorece el bienestar del perro y fomenta su tranquilidad, también a la hora de quedarse solo.
  • Para este momento la recomendación es comenzar a marcharnos cortos periodos de tiempo, mejor después de un paseo largo o de ejercicio/juego intenso, que se irán prolongando paulatinamente, según la aceptación del perro. La idea es dejarlo cansado para que, durante nuestra ausencia, se dedique a reposar, dormir y recuperar las energías.
  • Conviene que el perro disponga de un lugar tranquilo destinado a su descanso en el que se pueda sentir cómodo y seguro. Algunos ejemplares agradecen que se les deje una música de fondo o la posibilidad de mirar el exterior desde alguna ventana. Otros, al contrario, preferirán un ambiente libre de ruidos y estímulos externos. Hay que probar para descubrir las preferencias de cada perro.
  • Algunos cuidadores adoptan un segundo animal para que el primero no se sienta solo. Pero, si existe un problema de comportamiento, es recomendable solucionarlo antes, ya que podemos encontrarnos con que ese problema no solo no remite, sino que se multiplica.
  • Tanto nuestra partida como nuestra llegada deben afrontarse con normalidad. Las despedidas o bienvenidas exageradas pueden alterar al perro.
  • Tampoco debemos reñirle si se ha hecho pis o ha ocasionado algún destrozo. Al contrario, premiaremos todas aquellas actitudes tranquilas que queremos que repita. El perro acabará aprendiendo a gestionar su soledad y entendiendo que su hogar es un lugar seguro al que su cuidador siempre volverá, aunque cuánto tarda un perro en acostumbrarse a estar solo puede variar según cada ejemplar.

¿Qué hacer si mi perro es muy inseguro o miedoso?

Como las personas, los perros también pueden expresar distintas personalidades. Pueden ser más tímidos, sociables, juguetones, nerviosos o asustadizos. Muchas veces, como fruto de sus experiencias vitales, nos encontramos ejemplares muy inseguros o excesivamente miedosos para los que conviene seguir pautas como las que hemos ido explicando.

Lo vemos con más detalle:

  • Las rutinas, la educación en obediencia, la socialización, el ejercicio y la estimulación a nivel mental van a contribuir a su bienestar.
  • Si el perro reacciona ante desencadenantes concretos reconocibles, como ruidos fuertes, otros perros, determinadas personas, etc., debemos evitar en lo posible su exposición a ellos. Esta debería ser gradual para conseguir una habituación a dicho estímulo.
  • Debemos mantener la calma para transmitir seguridad y premiar aquellos comportamientos tranquilos que queremos fomentar.
  • Por supuesto, nunca hay que forzar ni castigar. Nunca medicaremos por nuestra cuenta.
  • Para estos casos, sobre todo si la inseguridad y el miedo impiden al perro llevar una vida normal, podemos necesitar la ayuda de un profesional del comportamiento canino o etólogo, que nos dará pautas concretas para el manejo correcto del animal.

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