Por qué mi perro me agarra el brazo con la boca

Por qué mi perro me agarra el brazo con la boca

Nos encanta ver lo mucho que disfrutan nuestros perros jugando, sobre todo cuando son jóvenes, ya que tienen energía de sobra para regalar y vender. No obstante, hay veces en que observamos algunas conductas inusuales en nuestros perros que nos preocupan, en especial cuando pueden llegar a estar asociadas a un problema de comportamiento complejo como la agresividad. Por ejemplo, si te haces preguntas por qué tu perro te agarra el brazo con la boca o por qué te muerde jugando, antes de interpretar estas conductas como una señal de que tu perro se está volviendo agresivo, debes tener en mente que hay múltiples factores que pueden hacer que se comporte de esta manera y varios de ellos están relacionados con su proceso de educación y socialización.

Para ayudarte a entender mejor el comportamiento de tu perro, te invitamos a seguir leyendo este artículo de ExpertoAnimal, donde te explicaremos una a una las principales razones por las que tu perro te agarra el brazo con la boca o te muerde suavemente. ¿Listo para empezar?

Comportamiento exploratorio

Esto es habitual en cachorros, de manera que si te preguntas por qué tu cachorro te agarra del brazo, ¡este es el motivo! En la primera etapa de sus vidas, los cachorros naturalmente despliegan una serie de comportamientos exploratorios que les permiten empezar a interactuar con su entorno y los estímulos e individuos que allí se encuentran, lo que te incluye a ti y a los demás integrantes de su núcleo familiar. Es por ello que son más propensos a llevar a la boca o morder prácticamente cualquier cosa, incluso el brazo, las manos o los pies de sus tutores mientras juegan.

¿Qué hacer?

Hablamos de un comportamiento natural y esperado, que forman parte del proceso de crecimiento y desarrollo físico, cognitivo y sensorial de todos los perros, independiente de su raza, tamaño o color. Por ende, como tutores responsables, no debemos intentar inhibir esta conducta exploratoria ni mucho menos reprenderla mediante regaños o castigos, ya que es inherente a la naturaleza y la forma de ser de los perros. Lo mejor es que nos concentremos en direccionar la conducta a los recursos más apropiados para que nuestro cachorro pueda desarrollarse plenamente y con seguridad, sin causar daños colaterales a sus familiares o en el hogar.

Además, es fundamental no separar prematuramente a los cachorros de su madre y sus hermanos, esperando siempre a que completen el periodo de destete. Esto es así porque durante las primeras semanas de su vida, la madre no solo se encarga de alimentar a sus crías y estimularlas para que hagan sus necesidades fisiológicas, sino que también les enseña las bases de la conducta social y la comunicación de los perros, lo que resulta fundamental para prevenir problemas de aprendizaje y de comportamiento en la edad adulta, incluyendo el desarrollo de conductas agresivas asociadas al juego. Para más consejos en este sentido, te recomendamos la siguiente lectura: “¿Por qué mi perro me muerde jugando?”

Cambio de dientes

Hay que tener en cuenta que, durante su infancia, los cachorros experimentan dos grandes periodos de cambios en su dentición. Cuando aún son recién nacidos, nacen las primeras piezas provisorias o dientes de leche que, algún tiempo después, deberán caer para dar lugar a la irrupción de los dientes definitivos y adaptados a la alimentación de un perro adulto. En ambos periodos, pero principalmente en el segundo, el cachorro sentirá ciertas molestias o incluso dolor y tratará de aliviarlos mordiendo lo que encuentre en su camino… Entonces, esto también puede explicar por qué tu cachorro te agarra el brazo con la boca o mordisquea tus manos, ya sea jugando o en otras circunstancias.

¿Qué hacer?

El cambio de dientes también es un proceso natural que forma parte del desarrollo del cachorro. Por tanto, no debemos regañarlo por intentar aliviar las molestias que está sintiendo, sino ayudarle a llevarla de la mejor forma posible.

Cuando hablamos de un cachorro que muerde de todo con el ímpetu de aliviar la incomodidad generada por los cambios en su dentición, es importante ofrecerle mordedores o juguetes que pueda morder sin hacerse daño. ¡Aquí tienes nuestra selección de Los mejores juguetes para cachorros! Además, es importante que revises regularmente su boca para identificar cualquier complicación (aunque no sea algo muy frecuente) y, de ser necesario, acudir a un veterinario. Para más detalles, no te pierdas este artículo: "¿Cómo aliviar el dolor de dientes en perros?".

Falsas mordidas de amor

Las causas anteriores son comunes en cachorros, pero cuando hablamos de un perro joven o adulto debemos atender a otras razones. En líneas generales, cuando un perro joven o adulto agarra el brazo de sus humanos con la boca o les muerde suavemente las manos o los pies, relacionamos esta conducta con su proceso de aprendizaje o con la necesidad de captar la atención de sus tutores para transmitirles o solicitarles algo. No obstante, si hablamos de un perro que muerde fuerte o que empieza a mostrar otros signos de agresividad en las interacciones con sus tutores, otras personas o animales, es importante considerar otras causas más complejas y que pueden estar relacionadas con el estrés y enfermedades subyacentes.

Ahora bien, si nos encontramos ante una mordida suave, ¡lo más probable es que sea un mordisco de afecto! Que los perros dan mordiditas de amor’no es una ilusión de algunos tutores, sino que corresponde a una de las formas que tienen los perros de decirnos que nos quieren. En este caso, el perro es sumamente cuidadoso al coger el brazo de su tutor con la boca, ya que no tiene ninguna intención de lastimar ni reacciona con el propósito de defenderse, por lo que hablamos de un mordisqueo muy suave que, casi siempre, genera más cosquillas que dolor.

Aprendizaje involuntario

Si tu perro te agarra el brazo con la boca o te muerde jugando, hay muchas probabilidades de que le hayas enseñado cuando era cachorro, de forma involuntaria, que esto está bien, es decir, que estas son maneras perfectamente aceptables de interactuar contigo y demostrar su alegría y disfrute en ciertas ocasiones (por ejemplo, durante un juego o una sesión de caricias).

En la práctica, lo que sucede es que, si te parece tierno o inofensivo que tu cachorro te muerda o agarre tu brazo con la boca y permites que lo haga una y otra vez, ya sea mientras juega contigo o en otras circunstancias, lo más probable es que asimile esta conducta como parte de su forma de ser y de interactuar con los demás. El problema aparece cuando el cachorro crece y se transforma en un perro adulto que tiene una mordida poderosa y que no ha aprendido los límites del juego, pues has reforzado a lo largo de su infancia que conductas como morder o gruñir son aceptables en contextos que no deberían serlo.

¿Cómo solucionarlo?

Nuestro mejor consejo es que no fomentes en un cachorro conductas que no deseas ver reflejadas en el comportamiento de un perro adulto. Así pues, si no quieres que tu perro te muerda jugando o te agarre el brazo con la boca, no uses tus manos o pies como presas en juegos que simulan un contexto de caza ni permitas que tu brazo se convierta en un mordedor para tu cachorro. Opta por ofrecerle juguetes y/o mordedores apropiados a su tamaño y edad, así como un ambiente enriquecido donde pueda gastar energía y poner a prueba sus sentidos de forma segura para todos.

Además, cada vez que durante un juego tu perro te muerda o te coja el brazo con la boca, dile un firme “¡NO!”, interrumpe inmediatamente el juego y ofrécele un juguete que sí pueda morder. Esta acción es mucho más eficiente que el regaño por sí solo, ya que te permite indicar a tu perro de forma clara y objetivamente que morderte no es parte del juego, mientras que también le enseñas que debe reservar sus mordidas para los recursos específicamente destinados a este fin (juguetes o mordedores). Por otro lado, cada vez que juegue contigo de una manera amigable, sin lastimarte ni desplegar ningún tipo de conducta agresiva relacionada al juego, recuerda ofrecerle un premio para reforzar la conducta deseada y seguir motivándolo a portarse bien. Para más consejos en este sentido, no dejes de echar un vistazo al siguiente artículo: “¿Cómo enseñar a un cachorro a no morder?”.

Problemas con la socialización

Más allá de poder permanecer con su madre hasta completar el periodo de destete, es muy importante que los cachorros tengan acceso a una adecuada socialización para aprender a relacionarse de forma más amigable con una variedad de entornos, individuos y estímulos. Así pues, una incorrecta o falta de socialización puede hacer que el perro joven o adulto reaccione mordiendo en determinadas situaciones.

Lo ideal es que empieces a socializar a tu cachorro en sus primeros meses de vida (preferiblemente antes del tercero o cuarto mes), ya que en este momento culmina el periodo crítico de su socialización, donde se produce el reconocimiento de las especies amigas.

¿Qué hacer?

Una buena socialización temprana también será clave para que tu cachorro desarrolle su confianza y pueda desplegar un comportamiento más estable y seguro a lo largo de toda su vida. De esta forma, contará con un mayor número de recursos para gestionar sus propias emociones y aprenderá a relacionarse con todo su entorno (inclusive con los individuos y estímulos que allí se encuentran), dejando la agresividad como el último recurso al que solo debería recurrir en contextos extremos, donde su integridad y bienestar estuvieran en riesgo. En este artículo te explicamos Cómo socializar a un cachorro.

Por otro lado, socializar a un perro adulto no solo es posible (con paciencia), sino que es altamente recomendable para favorecer una buena convivencia dentro y fuera del hogar. Entonces, si no has tenido la oportunidad de llevar a cabo la socialización de tu perro en la edad más oportuna, no dejes de echar un vistazo a nuestra Guía para socializar a un perro adulto.

Llamada de atención

Nuestros perros pueden ser muy insistentes y recurrir tanto a vocalizaciones (ladridos, por ejemplo) como a gestos o acciones directas (empujar nuestras manos con su hocico, coger nuestro brazo con la boca, llamarnos con las patas, etc.) cuando desean captar nuestra atención. Esta llamada de atención puede deberse a múltiples causas, pero generalmente expresa un pedido que el perro quiere o necesita satisfacer con cierta urgencia.

Por ejemplo, si tu perro tiene hambre, puede ladrarte porque quiere comer; si necesita hacer sus deposiciones, puede mostrarte su correa y collar para que lo lleves a pasear; si ha estado muchas horas solo en casa y no le prestas atención cuando vuelves, puede que te coja el brazo con la boca para animarte a jugar y dedicarle algo de tiempo, etc. Por tanto, si te preguntas por qué tu perro te agarra del brazo con la boca y tira de él, es probable que se deba a este motivo.

¿Qué hacer?

Si hablamos de una necesidad puntual (por ejemplo, el hambre que lleva tu perro a pedirte comida), la solución a corto plazo consiste, lógicamente, en proporcionarle los recursos necesarios para satisfacer dicha necesidad y restaurar su estado de bienestar. No obstante, las soluciones a largo plazo pueden variar en función de la causa del comportamiento, aunque la idea general es que te anticipes a las necesidades básicas de tu perro para brindarle una buena calidad de vida y evitar que sienta la necesidad de captar tu atención frecuentemente para recordarte que quiere o requiere algo. En este sentido, vale la pena poner atención a los siguientes consejos:

  • Crea un hábito alimentario, es decir, establece la cantidad de comida, el número de tomas diarias y los horarios de alimentación de tu perro (preferiblemente desde su llegada al hogar). Esto evitará que tu perro llegue a sentir molestias debido al hambre y tenga la necesidad de pedir comida. Además, e independiente del tipo de dieta que decidas darle, asegúrate de que su alimentación supla completamente los requerimientos nutricionales de cada etapa de su vida para prevenir deficiencias nutricionales que, entre otros problemas, pueden generar un importante incremento del hambre.
  • Mantén una buena rutina de paseos diarios. Esto facilita la gestión de un peso saludable y un comportamiento más estable dentro y fuera del hogar. Además, disminuye las probabilidades de que tu perro tenga que llamar tu atención con conductas exageradas cada vez que sienta la necesidad de ejercitarse y hacer sus deposiciones.
  • Disfruta de tiempo de calidad con tu perro. Tu amor, tu afecto y tu compañía también son recursos clave para el bienestar de tu perro, y la soledad puede afectar muy negativamente su comportamiento e incluso a su salud. Por ello, si quieres tener un compañero obediente, equilibrado y amigable, no dejes de dedicar algo de tiempo todos los días a darle cariño, presentarle juegos de inteligencia o sencillamente disfrutar juntos de una buena siesta.

Estrés

Otro contexto en que tu perro puede agarrarte el brazo con la boca o incluso morderte sin una razón aparente es cuando se siente estresado y necesita descargar de alguna forma la tensión acumulada. En consecuencia, pueden aparecer una serie de comportamientos extraños, problemas de conducta asociados a la destructividad o incluso signos de agresividad en casos más complejos (principalmente cuando hablamos de un estrés crónico).

Aunque un perro pueda estar estresado por diferentes razones, los síntomas de estrés son más frecuente en perros que llevan una rutina sedentaria o pasan mucho tiempo solos en un ambiente poco enriquecido, donde no pueden encontrar vías positivas para aliviar esta tensión y ejercitar su cuerpo y su mente mientras están solos. Y cabe recordar que el estrés no impacta negativamente solo en el comportamiento de los perros, sino también en su salud, haciéndolos más vulnerables a una serie de enfermedades.

¿Qué hacer?

La mejor manera de combatir el estrés y otros factores de riesgo asociados al sedentarismo es invirtiendo en un buen enriquecimiento ambiental, es decir, asegurándote de que tu hogar cuente con una buena variedad de juguetes, estímulos y recursos que despierten la curiosidad de tu perro y le permitan ejercitarse y entretenerse, principalmente cuando no estás en casa para llevarlo a pasear o jugar con él. Si no sabes por dónde empezar, en ExpertoAnimal te contamos Qué es el enriquecimiento ambiental para perros y cómo llevarlo a cabo en tu hogar. Además, te invitamos a conocer otras buenas prácticas y Remedios naturales para calmar a un perro estresado.

Agresividad

Antes de nada, es fundamental aclarar que la agresividad no es un rasgo del comportamiento o de la personalidad de ningún perro, se trata de un problema de conducta muy complejo que puede estar relacionado con múltiples causas, las cuales van desde una socialización deficiente y la exposición sistemática a la violencia y/o al estrés, hasta problemas de salud, enfermedades o traumatismos que generan dolor, así como síntomas neurológicos que alteran el comportamiento habitual del perro.

Por ello, si crees que tu perro se está volviendo agresivo, lo primero que debes hacer es llevarlo al veterinario para descartar cualquier causa patológica y la necesidad de iniciar un tratamiento. Luego, sería interesante buscar la ayuda de un experto en etología canina o de un educador canino para evaluar la conducta y el historial de tu perro y establecer pautas de manejo compatibles con sus necesidades específicas. En ExpertoAnimal también compartimos algunos Consejos valiosos para lidiar con un perro agresivo.

Ahora que sabes los diferentes motivos que pueden explicar por qué tu perro te agarra el brazo con la boca, no dudes en observar todo su comportamiento para encontrar la causa exacta y tratarla lo antes posible.

Si deseas leer más artículos parecidos a Por qué mi perro me agarra el brazo con la boca, te recomendamos que entres en nuestra sección de Problemas del comportamiento.

¿Tienes contratado el Seguro de Responsabilidad Civil obligatorio para perros? Consiguelo al mejor precio rellenando el formulario con tus datos y los de tu mascota haciendo clic en este botón: