¿Por qué mi perro monta a otros machos?

Que un perro monte a otro perro es muy habitual en perros machos e incluso en hembras, después de sufrir una situación estresante, que bien puede ser positiva o negativa. El perro intenta bajar esta pequeña subida de estrés mediante la monta y los ejercicios que la acompañan.

Cuando observemos esta situación, es recomendable llamar a nuestro perro (se debe enseñar a acudir a la llamada) para desviar la atención y evitar los posibles conflictos sociales que pudiesen surgir. Una vez esté a nuestro lado, podemos ofrecerle un juguete o realizar un pequeño sembrado (esparcir golosinas por el suelo para fomentar el olfateo) para relajar a nuestro perro.

Cuando un perro macho adulto jamás ha mantenido relaciones con una perra, llega un instante en que está sobrecargado. Por este motivo, en ocasiones, puede ser indiferente para él montar a otro perro macho. Así mismo, los perros que han pasado por la castración tienen un olor difícil de identificar por otros machos, que pueden confundirlos con hembras jóvenes.

No es tan extraño observar perros montando sus juguetes, las almohadas y hasta el sofá. El perro solo intenta aliviar su deseo sexual. Esa es una de las razones que dan respuesta a por qué mi perro monta a otro perro macho.

Finalmente recordar que, aunque no existe un estudio científico que demuestre esta posibilidad, en ocasiones pueden aparecer conductas homosexuales en los animales. De hecho, sin saber la causa exacta, se estima que un 10% de los seres vivos llevan a cabo la homosexualidad en sus relaciones.

Es habitual que los perros de pastoreo, tipo border collie, pastor alemán o pastor ovejero australiano, monten a otro perro como una forma más de "guiar a su rebaño" o de dirigir una situación que se escapa de su control. También puede ser una técnica que utilizan para calmar a un perro que está nervioso, volviendo otra vez al primer punto, que están sufriendo algo de estrés.

Lo ideal en este caso es fomentar las habilidades caninas y la estimulación mental de estos perros para lograr una actitud más positiva en ellos. También intentaremos crear un ambiente tranquilo y relajado. No olvidemos que estas razas son extremadamente activas e inteligentes, por lo que realizar actividades variadas con ellos será una buena forma de canalizar su estrés y energía.

Especialmente en el período juvenil del perro, entre los 3 y 4 meses hasta el año de edad (antes de llegar a su etapa adulta), el perro joven intenta experimentar conductas con otros perros que le servirán en su etapa adulta. Es fundamental para su aprendizaje y para que logre una comunicación correcta con otros perros.

Si un perro monta a otro perro desvela un inicio de sexualidad latente. Es el equivalente a observar jóvenes hermanos de camadas de tigres o leones, enzarzados en luchas en las que algún mordisco o arañazo fuerte uno u otro se llevan. Se trata de un entrenamiento útil para un cercano futuro en el que la cosa irá en serio. Los perros jóvenes "entrenan" su sexualidad.

Al margen de todo lo anteriormente mencionado, un perro monta a otro perro macho de forma puntual en medio de una sesión de juegos muy activa.

Esta actitud es totalmente normal y otra vez la relacionamos con una pequeña subida de estrés, en este caso positivo, debido al juego.

Los humanos no somos los únicos seres vivos que practican sexo por placer. Los perros, entre otros animales, también gozan del sexo sin ningún ánimo reproductor.

No es extraño que animales del mismo género practiquen sexo entre sí. También se trata de un instinto básico de supervivencia, algo innato en la conducta canina.

Aunque en un principio no se trata de una conducta negativa que debamos evitar, lo cierto es que es importante aprender a evaluar la situación concreta en la que se encuentra nuestro perro. Por ejemplo, montar a otro perro macho en el momento del juego no siempre es negativo, pero puede ser un acto que derive en peleas, por lo que no es recomendable reforzar esta actitud. Trabajar obediencia básica o castrar a nuestro perro serán algunas medidas para impedirlo.

Si bien se trata de un problema de estrés, ignorar esta conducta puede suponer que vaya a más y que se convierta en un verdadero problema, ya sea entre perros o entre perro y humano. En este caso, revisar las cinco libertades del bienestar animal nos puede dar una pista de cómo empezar a tratar este problema, teniendo en cuenta la salud y el bienestar mental de nuestro mejor amigo.

Problemas de conducta graves

Si esta situación está desencadenando un problema de comportamiento grave o está afectando a la relación entre tu perro y otros perros, será conveniente acudir al veterinario para realizar un examen físico completo a nuestro perro (incluyendo analítica de sangre) para descartar cualquier problema de salud.

Una vez nos aseguremos que la conducta de montar a otro perro macho no está relacionada con un problema médico, será el momento de consultar con un profesional, ya sea un educador canino, un etólogo o un adiestrador. Estas figuras profesionales te ayudarán a identificar la conducta exacta que lleva a cabo tu perro (estrés, sexualidad etc.) que quizás habías pasado por alto y te ofrecerá unas pautas para que las apliques en tu día a día y puedas mejorar esta situación.

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