Aunque los canes cuenten con un rico y diversificado lenguaje corporal, el ladrido sigue siendo su forma de expresión y comunicación más fácilmente identificada por los seres humanos. Por ello, un perro cachorro o adulto que no ladra nunca o que ha dejado de ladrar repentinamente suele despertar la preocupación de sus tutores. Si bien es verdad que algunas patologías, como la laringitis, pueden provocar afonía en los perros, también existen factores inherentes a su naturaleza y ciertos malos hábitos al pasear que pueden dañar sus cuerdas vocales y alterar su emisión vocal.
¿Has observado que tu perro ha dejado de ladrar y te preocupa que pueda estar enfermo? Pues no dudes en consultar rápidamente a tu veterinario de confianza para descartar posibles causas patológicas. Y si quieres saber más sobre los motivos que pueden explicar por qué tu perro no ladra, en ExpertoAnimal te animamos a seguir leyendo este post.
Causas patológicas
Al detectar cualquier anomalía en el ladrido, en el comportamiento o en el aspecto de tu peludo, no dudes en acudir inmediatamente a una clínica veterinaria. Existen diversas patologías que pueden ocasionar tanto la afonía como los ladridos excesivos en los perros. Cuando un perro intenta ladrar y es incapaz de emitir sonidos, o si no ladra bien, estos pueden ser síntomas de que sus cuerdas vocales están afectadas. Como estas estructuras se encuentran en la garganta, muy cerca de la laringe y justo arriba de la tráquea, cualquier lesión, trauma, inflamación o infección en dichas regiones puede afectar a la capacidad de ladrar o tornar su emisión vocal más ronca.
Si tu perro tiene alguna condición que le provoca vómitos crónicos o excesivos, es muy probable que su laringe y su garganta se vean constantemente irritadas, impidiendo que pueda ladrar correctamente. Además, las enfermedades que afectan al tracto respiratorio también pueden ocasionar que tu perro no pueda ladrar y tosa o directamente no emita ningún sonido.
Por otro lado, si tu perro ladra excesivamente, puede ser un síntoma de estrés, aburrimiento, sedentarismo u otras patologías. En todos los casos mencionados, es igualmente fundamental consultar a tu veterinario de confianza.
Predisposición de la raza
Existen ciertas razas de perros más expresivas, alertas o desconfiadas que suelen ladrar más constantemente, mientras que otras pueden mostrarse más tranquilas o introvertidas. Durante gran parte de la historia humana, los perros capaces de ladrar fuertemente para ahuyentar depredadores y alertar a sus compañeros humanos de peligros inminentes fueron los mejor valorados. No obstante, en la actualidad, las razas caninas menos ladradoras son muy apreciadas por quienes viven en pisos.
El basenji, que lidera el ranking de las razas que menos ladran, no emite el sonido característico que asociamos al ladrido canino. Para nosotros, puede parecer que este perro no ladra, ya que emite un sonido similar a una risa ahogada para comunicarse verbalmente. Se supone que esta particularidad se debe a que la estructura de sus cuerdas vocales es más similar a la de un dingo que a la de un perro doméstico.
No obstante, el basenji no es la única raza conocida por ladrar poco o directamente no ladrar. Otros perros poco ladradores son los siguientes:
- Golden retriever
- Labrador
- Pug
- Bullbog francés
- Rottweiler
- Akita inu
Lo mismo vale para los perros mestizos que heredaron esta predisposición genética de sus progenitores. Así pues, si si tu perro no ladra, está totalmente sano y pertenece a una de estas razas o procede de alguna, lo más probable es que prefiera utilizar otro tipo de formas de comunicación.
Uso de collares inadecuados
¿Tu perro tira mucho de la correa y utiliza collar para pasear? Pues este impacto constante puede lesionar o irritar su laringe, garganta o cuerdas vocales, provocando que el perro no ladre, especialmente si hablamos de collares de ahorque o semiahorque. Si además tu peludo parece ahogarse, jadea muy fuertemente, tiene tos, arcadas o dificultad para respirar mientras camina, juega o se ejercita, no dudes en llevarlo rápidamente al veterinario.
Para evitar estos trastornos, es recomendable utilizar arnés para los paseos diarios, enseñar al perro a no tirar de la correa y a pasear correctamente. Recuerda que el collar de ahorque es contraproducente y peligroso, y que el refuerzo positivo es la mejor forma de estimular y entrenar a nuestros mejores amigos sin poner en riesgo su bienestar.
Periodo de adaptación
Adoptar a un perro es un acto de amor que regala a miles de animales una segunda oportunidad de tener un hogar y recibir el amor que tanto merecen. No obstante, es importante llevar rápidamente a nuestro nuevo compañero al veterinario para descartar cualquier patología y averiguar su estado de salud. También es importante consultar a tu veterinario para verificar si tu nuevo compañero fue sometido a una intervención quirúrgica para extirpar sus cuerdas vocales.
Si hace poco adoptaste un cachorro precioso, es muy posible que tu pequeño no ladre inmediatamente al llegar a su nuevo hogar. Tu compañero necesita adaptarse a los nuevos estímulos de su entorno para sentirse seguro y poder expresar con confianza su personalidad y sus sentimientos. Este fenómeno es conocido popularmente como “efecto luna de miel” y puede aparecer en cachorros mestizos o de raza definida.
Además, si adoptaste un perro adulto, una triste posibilidad es que tu perro no ladre por haber sido víctima de maltratos físicos o emocionales. En estos casos, necesitaremos contar con paciencia, mucho refuerzo positivo y ayuda profesional para conseguir que nuestro nuevo mejor amigo recupere su autoconfianza y pueda volver a expresarse libremente, sin miedos. En este otro artículo te explicamos Cómo quitar el miedo a un perro maltratado.
Ten presente que nuestros artículos son informativos y jamás deben sustituir la atención veterinaria. Por ello, si tu perro deja de ladrar o demuestra cualquier cambio en su aspecto o comportamiento, no dudes en consultar inmediatamente a tu veterinario de confianza.
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