¿Puede un perro ser autista?

¿Puede un perro ser autista?

Este tema es sin duda muy interesante y podemos encontrar opiniones muy diversas al respecto. Genera grandes debates entre veterinarios y criadores a la hora de definirlo y, a los propietarios, no termina de quedarles claro.

En este artículo de ExpertoAnimal queremos responder al interrogante más planteado: ¿Puede un perro ser autista? Seguramente seremos cuestionados luego, ya que no hay grandes definiciones al respecto pero daremos las ideas principales que están más demostradas.

Estudios científicos sobre el autismo en perros

Existe un gran debate acerca del autismo en perros ya que no tenemos resultados concluyentes que puedan arrojar algo de luz al respecto. Algunos estudios sugieren que, las neuronas espejo, que poseen los cerebros de los perros, serían las causantes de la enfermedad. Se trataría de neuronas afectadas congénitamente, por lo que el perro podría nacer con esta condición pero no adquirirla en vida. Al tratarse de una condición muy poco habitual, muchos veterinarios prefieren referirse a ella como un comportamiento disfuncional.

Existen otros autores que hablan de enfermedad idiopática, de causa desconocida, por lo que es muy difícil saber de donde proviene el problema.

Por último, y para confundir más, se habla que puede ser heredada de algún pariente que ha sido expuesto a numerosas toxinas por un tiempo determinado. Esto puede ser debido a vacunas innecesarias o en grandes cantidades y refuerza la teoría que sobrevacunar a un perro puede no sólo perjudicar al animal en cuestión sino, a sus descendientes durante años.

Fuentes: Dr. Nicholas Dodman para la Conferencia " International Association of Animal Behavior Consultants", 2011.

Signos del autismo

Identificar a un perro como autista puede ser un gran reto, más teniendo en cuenta que puede ser cuestionado por otros veterinarios. No obstante, tenemos una serie de signos, en especial de comportamiento, que pueden vincularse a la enfermedad. Son trastornos del comportamiento, incluyendo acciones que pueden ser obsesivas y/o compulsivas.

Normalmente se asocian con comportamientos referidos al autismo humano pero vayamos diferenciándolos para entenderlos mejor. Existen algunos trastornos, como el espectro autista, que es la dificultad del habla, que en los animales no lo encontraremos.

El trastorno compulsivo canino, se encuentra muy presente en razas como pastor alemán y doberman, son comportamientos repetitivos o conductas estereotipadas, como perseguirse la cola, morder o lamer ciertas partes del cuerpo en forma obsesiva y repetitiva que, con el tiempo se hacen cada vez más intensas y duraderas.

El propietario debe estar atento a la evolución de estos trastornos, si aumenta a lo largo de los años o si le provoca a su perro lesiones como por ejemplo, mutilarse la cola. También puede tener una mala interacción con otros perros (siendo demasiado torpe o que tenga una falta de conocimiento acerca de la interacción social) y hasta falta total de interacción. Dicha sensación de incomodidad puede ser con otros animales de su misma o diferente especie o incluso, con sus dueños. No se trata de un rasgo que nos lleve directamente al autismo pero si, es un llamado de atención para los humanos que conviven con el animal.

También, en casos más marcados, podemos observar un animal que se queda parado en un mismo sitio, sin emoción alguna. Es más sencillo de detectar en razas que normalmente son muy activas y, en éstos casos, pasan períodos muy largos de pie con la mirada perdida.

¿Qué puedo hacer?

Como explicábamos al inicio del artículo, no se puede determinar si realmente existe el autismo en perros, razón por la cuál no existe un tratamiento. Sin embargo, los dueños que observan estas conductas en su perro, asistan al veterinario u etólgo para tratar de encontrar la causa que está provocando esta desviación en la conducta del can.

Existen diversas terapias, ejercicios o juegos que puedes practicar con tu perro para retrasar el avance de esta condición. Son animales que les cuesta expresar sus emociones por lo que necesitarán de toda la compasión y amor de sus dueños, así como la paciencia necesaria para entender que es un proceso largo.

Otro consejo que podemos ofrecer es tratar de mantener una rutina muy estricta de paseos, comida y hasta de momentos de juego. Los cambios deben ser mínimos, ya que lo que más les cuesta a estos perros es la adaptación. Una rutina marcada hará que se sienta más seguro ya que conoce su entorno y a su familia. Mantener las rutinas es muy importante.

Evidentemente retiraremos cualquier tipo de castigo, ya que inhibe la conducta natural y exploratoria del perro, lo que empeora su condición y le permitiremos actuar de forma libre (o el máximo posible) tanto en los paseos como en casa, permitiéndole olfatear, curiosear y comunicarse con nosotros si lo desea, pero nunca forzándole a una interacción.

Para mejorar el olfateo podemos realizar ejercicios como el searching, muy popular en refugios y perreras, el targeting e incluso ofrecerle juguetes motivadores (con sonido, con comida, etc.).

Pero no olvides que para superar el problema que esté afectando a tu perro lo importante será acudir al especialista, ya que sin terapia no habrá una mejora en su comportamiento.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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