¿Qué comen los suricatos?

Los suricatos forman agrupaciones cooperativas, no solo mientras se encuentran dentro de las madrigueras colectivas pertenecientes a un grupo familiar, sino también mientras están fuera alimentándose. Estos animales viven en madrigueras y, por tanto, salen del medio subterráneo para buscar la comida. Mientras se alejan de las guaridas, un adulto actuará como centinela o vigilante, manteniendo la típica posición erguida que es común ver en ellos y estando bien alerta ante el acercamiento de cualquier depredador que pueda representar un peligro para el grupo. Así, cuando esto llega a ocurrir, el suricato que vigila emite unos sonidos para que el grupo se alerte. Si hay individuos pequeños, enseguida correrán y se acurrucan alrededor de la madre.

Principalmente, los suricatos son carnívoros, siendo animales muy activos para la búsqueda y captura del alimento, lo cual realizan especialmente a través del olfato. Aunque su dieta se basa primordialmente en el consumo de otros animales, también llegan a comer algunas frutas y tubérculos, hecho que, al parecer, está más relacionado con la obtención de agua.

Como hemos mencionado, los suricatos son animales que cooperan de forma importante entre sí. Así pues, cuando hay adultos que no se han reproducido, actúan como cuidadores de los recién nacidos para que así la madre pueda salir a alimentarse. Esta acción permite que las hembras con crías puedan producir un nivel de leche adecuado para ellas, ya que, como animales mamíferos que son, los suricatos bebés son lactantes.

¿Cómo y cuándo empiezan a alimentarse solos?

Cuando ha pasado aproximadamente un mes o incluso cerca de las siete semanas, los pequeños suricatos ya pueden alimentarse de presas, sin embargo, no son aún capaces de capturarlas, por lo que deben ser sus padres, u otro adulto, quienes les lleven el alimento cuando los pequeños reclaman comida. Los jóvenes no podrán salir de la guarida antes de los dos meses, aproximadamente, de manera que empiezan a cazar alrededor de los tres meses de vida. Cuando salen se mantienen dependientes de los adultos, quienes los vigilan en todo momento, ya que las aves rapaces son grandes depredadores que tienden a alimentarse de crías de esta especie.

Los suricatos se caracterizan por enseñar a sus hijos a alimentarse, especialmente de presas como los escorpiones que pueden resultar peligrosos por su veneno. En estos casos, el adulto atrapa al arácnido y suele matarlo o quitarle el aguijón para dejarlo indefenso, así lo llevará hasta las crías para que empiecen a aprender a manipularlo y, cuando llegue el momento, que sean capaces de capturarlo sin ser picados por este animal.

Un aspecto curioso en los pequeños suricatos es que, aunque se estén alimentando, no son capaces de excretar la orina y las heces sin el estímulo de su madre, por lo que esta debe lamer la región perianal del pequeño para inducir la excreción.

Ya sabemos que la alimentación de la suricata es carnívora, aunque en ocasiones come frutas y tubérculos, pero, ¿cuándo sale a cazar? Los suricatos son animales de hábitos principalmente diurnos, pero su actividad se regula por la incidencia solar y las temperaturas. Así, esperan a que el sol empiece a calentar la superficie de la madriguera para emerger de ella, por lo que en días nublados o con lluvias no acostumbran a salir. En las horas del mediodía, cuando las temperaturas son elevadas, buscan refugio nuevamente en la guarida.

En este sentido, los suricatos salen por la mañana para alimentarse y normalmente dedican entre 5 y hasta 8 horas a su alimentación. Estos animales pueden distanciarse unos de otros hasta 5 metros para olfatear y capturar presas. Generalmente, los animales que capturan son desenterrados y, si llegan a ser muy grandes, los golpean con las garras de sus extremidades anteriores para matarlos.

Mientras se alimentan alejados de sus madrigueras, el centinela se subirá a un montículo de tierra o se posará en algunas ramas para vigilar y alertar en caso de peligro. Los individuos adultos se rotarán en esta actividad, pero solo actuarán como vigilantes después de haber saciado su hambre por completo.

Los suricatos no solo se apoyan cuidando a los pequeños para que la madre pueda alimentarse lejos de la madriguera, sino que además protegen a los jóvenes que están expuestos a depredadores y a otros suricatos que no pertenecen al grupo familiar y que habitan en el área, los cuales los asesinarían si los hallaran solos. Es por esta razón que el apoyo entre ellos es fundamental para la supervivencia de la descendencia y también es el motivo de que existan controles reproductivos internos en el grupo, por lo que machos y hembras dominantes procuran evitar que los subordinados se reproduzcan.

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