Gracias a su aspecto tierno de muñeco de peluche, los conejos se han convertido en una de las mascotas elegidas entre niños y adultos. Son animales muy dóciles y para una casa requieren de pocos cuidados. Pero, cuando llegan al hogar, en especial los que poseen muchas cosas, deben tomar ciertas precauciones para que no muerdan todo lo que encuentran.
En ExpertoAnimal queremos ayudarte para que no entres en pánico y sepas que hacer para no llegar a la crisis. ¿Qué hacer si mi conejo rompe todo? Es una pregunta tan frecuente como la presencia de estos pequeños roedores en las veterinarias.
Educarlo desde el primer día
Todas las mascotas deben educarse, en la medida de lo posible, cuando llegan a un hogar humano. Ellos en libertad tienen muchísimo más espacio y posibilidades de morder y jugar con cosas que, quizás, en nuestras casas no deberían. Esto siempre ayuda, tanto al animal como a los humanos que pasaron los días a su lado. Cuanto más pequeño llegue el hogar, más sencillo será para ambas partes. Desde el primer día debemos trabajar para crear hábitos que favorezcan la convivencia.
Debemos recordar que los conejos son lagomorfos, por lo que aquí tenemos dos conductas muy innatas que nunca erradicaremos, pero sí, podremos controlar. Roer es uno de los entretenimientos principales de estos pequeños, pero también se tratan de animales muy nerviosos o fácilmente estresables. Siempre debemos tener esto presentem ya que gritarles o castigarles será una forma muy negativa de enseñarles y, lo que resulta aún peor, podemos fomentar un paro cardíaco.
Los conejos son animales muy inteligentes que aprenden rápido si les ofrecemos algún incentivo y, la comida, en general, es el más utilizados para educarlo en los hábitos higiénicos y zonas de alimentación.
La adaptación a su nuevo hábitat suele ser complicado para estas especies ya que, en la naturaleza, dispondrián de km y km para correr y explorar. Los ambientes cerrados no son los mejores para ellos, por lo que descartaríamos jaulas o cajas, solo en casos extremos y por no más de unas horas.
Debemos brindarle un espacio tranquilo para que se sienta seguro y pueda moverse libremente. Los primeros días en casa no se recomienda dejarlo suelto si se quedará sólo, pueden ocurrir accidentes durante su exploración.
Tendencia a morder
La tendencia a morder es algo que nunca podremos evitar en estos animalitos ya que sus dientes están en constante crecimiento y necesitan "roer" para ir limándolos. De no ser así, pueden padecer crecimiento excesivo de los dientes, algo muy doloroso para ellos. Al estar en un sitio nuevo pueden darse un auténtico banquete, morder todo lo que esté a su alcance incluyendo, cables, muebles de madera, etc.
No solo debemos educar a nuestro roedor sino que hay algunos consejos de expertos que podemos utilizar. Limitaremos los accesos a cables y objetos que puedan hacerle daño. En el mercado encontraremos además productos específicos que ellos pueden morder, como por ejemplo maderas para roer, tacos o minerales. Ofrecerle una alternativa será esencial.
Es importante reconocer que tanto morder como cavar son conductas normales en nuestros conejos y que aumentan en situaciones de aburrimiento o estrés. Se trata de animales muy territoriales, por lo que cualquier cosa que interrumpa su camino será investigado y muchas veces, mordisqueado hasta la destrucción. A su alcance no debemos quitarle todo sino, darle lo que sí queremos que muerda como sus juguetes, con diferentes formas y materiales.
Otras costumbres a saber
Como madriguera o espacio de descanso, elegirán lugares donde se sientan seguros, debajo de un sofá o cama. Les gusta elegir sitios que tengan techo, paredes y una entrada. Luego podemos ponerles una mantita y respetar su decisión. Sólo debemos tener presente no bloquearle entrada ni salida porque en ese caso, cavará para poder salir.
También pueden destruir y/o comer plantas del hogar o jardín. Debemos proporcionarle heno a disposición, básico en la alimentación del conejo, para que cuando sienta hambre pueda calmarla y no ir a buscar otras cosas. También pueden comer por estrés, en exceso, llevándolos a la obesidad.
Por último, las alfombras son víctimas en ocasiones. Si hay un área en particular que le guste podemos cubrirla con una manta vieja o cartón para que lo siga haciendo pero no, sobre la alfombra.
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